Lanzarse a descubrir el mundo de lo femenino fue un antes y un después en su vida: "Siempre sentí fascinación. Cuando descubrí que las drag queens actuaban y cantaban, me dije a mí misma que lo podía hacer". No fue magia: se vengó del bullyng escolar ("fui víctima de burlas y me aferré a mi madre y a Dios"), se encontró ante el espejo y con algo más que un golpe de suerte, logró convertirse en ícono LGBT mundial y se impuso en todas las listas pop.
Phabullo Rodrigues da Silva –nombre registrado por sus padres–, nació en São Luís, Maranhão, el 1º de noviembre de 1994. Su primera participación en televisión como Pabllo Vittar (24) fue en 2014, en la Red Globo, en Uberlândia, Minas Gerais, ciudad a la que se mudó cuando era adolescente y vive actualmente.
Gran parte del público local la conoció el año pasado, cuando hizo un dúo explosivo con Lali Espósito con el mega hit Caliente, pero en 2015 comenzó a llamar la atención en sus redes sociales hasta lograr notoriedad presentándose en el show de Fergie en Rock in Río y con el clip Sua Cara, con Major Lazer y Anitta.
Desde entonces es la reina de los récords: debutó en el ranking Social 50 de la Billboard, fue tapa de Marie Claire y Paper Magazine, fue nominada para más de 22 premios en 2018 –incluyendo el Grammy Latino y el EMA (Europe Music Awards) y la primera brasileña en realizar el proyecto Beauty Secrets de la Vogue americana; su segundo álbum –lanzado en octubre– se ubicó entre los 20 artistas más escuchados del mundo en LastFm, fue incluida entre las 100 personas más influyentes del planeta según Time y es la drag más seguida del mundo en redes, doblando en número a RuPaul, la conductora del reality RuPaul's Drag Race.
–¿Qué te genera ser una drag queen tan exitosa en el país con más asesinatos de personas LGBT en el mundo?
–Me siento muy honrada. No soy la única, hay varios artistas LGBT que son suceso en Brasil. Está historia recién está comenzando y todavía estamos muy lejos. Pero no nos van a callar más, ya no aceptamos ser subyugados y dejados al margen.
–Sos voz de quienes no son escuchados. ¿Te consideras parte de la resistencia contra la derecha?
–Soy del nordeste, gay, afeminada, drag queen y vengo de una familia muy humilde. Represento lo que la sociedad elitista no quiere ver y lo que los conservadores quieren esconder. Pero ahora ya no tienen modo: personas como yo afeminadas cada vez estarán más presentes, mostrando que tenemos talento, profesionalismo y sobre todo carácter.
–Conquistaste el mundo y tu pop según decís, "siempre va a ser de las masas". ¿Cómo era tu realidad antes de ser una celebridad? ¿Con qué soñabas y cuáles eran tus aspiraciones?
–Siempre soñé con ser cantante. Cuando vivía en el interior de Brasil siempre participaba de concursos de danza y canto de los programas de televisión locales, presentaciones parroquiales y demás. A los 18 comencé a montarme como drag y a cantar en algunos clubs y bares pequeños de mi ciudad. Fue así como surgió Pabllo Vittar.
–Contame cómo fuiste críada si fue complicado para vos ser libre y vivir tal como sentís y sos.
–Yo tuve mucha suerte con la familia que me tocó. Mi madre y mis hermanas siempre me apoyaron y siempre creyeron en mi talento. Mi sexualidad nunca fue un problema o un tabú dentro de mi casa. Puedo decir que formo parte de un pequeño porcentaje de personas LGTB que no sufren preconceptos en su propia familia.
–Según leí fuiste críada con formación religiosa y mantenés tus creencias: ¿cómo te afectan las denuncias de violación contra la iglesia y la posición del Papa referida a la homosexualidad?
–Sigo a Cristo y creo en Dios pero ya dejé de acompañar hace mucho tiempo cualquier tipo de religión. Creo y brego por el amor y el respeto al prójimo: esos son mis lemas.
–¿Cómo empezaste a montarte como dragqueen y cuáles eran tus referentes?
–Comencé a montarme cuando tenía 18 años. Siempre me gustó el arte drag y acompaño los shows de las drags de mi ciudad y ciudades próximas, pero me apasioné por completo cuando asistí por primera vez a Ru Paul's Drag Race. Al ver a las queens que competían en el programa fue que empecé a estudiar maquillaje y empezar a montarme.
–Hablando de Ru Paul, tenés más seguidores en Instagram que ella y te convertiste en protagonista de marcas tradicionales dirigidas a la familia. ¿Creés que el marketing ahora se da cuenta de que es necesario un mensaje más inclusivo?
–He conseguido llevar mi imagen y mi mensaje aún para más gente. Sobre todo a personas que no me conocían y otras a las que no les gustaba. Creo que eso generó introducir discusiones importantes dentro de las casas de los brasileños, en cuanto a identidad, sexualidad, libertad de expresión, etc. Además demostramos que todo debe ser inclusivo y no excluyente, y que todos merecemos nuestro espacio.
–¿Alguna vez sufriste algún tipo de abuso o acoso?
–Sí sufrí bullying durante mi infancia y mi adolescencia. Hoy soy blanco de muchos ataques de odio virtuales. Pero aprendí a filtrar eso en mi vida y ya no me importa.
–¿Cuál es tu lectura del gran movimiento feminista que estamos viviendo en Latinoamérica?
–Lo presencié cuando estuve en Buenos Aires el año pasado. Me parece un movimiento muy importante pero ese no es mi lugar para hablar, entonces prefiero abstenerme.
–¿Cómo vivís la popularidad? ¿Te es difícil hacer tu vida en tu país, ir al cine o tener una cita?
–Yo siempre fui muy casera entonces te diría que no cambió tanto. Me gusta mucho ir al cine y salir a comer. Amo cocinar en mi casa y jugar a los videojuegos con mis amigos jaja.
Por Karina Noriega. Fotos: Sony Music y Rock & Reggae.
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