Fátima Flórez: "Cuando me enojo, mi mamá me dice que parezco más hija de Cristina que suya"

Instalada en Carlos Paz junto a su marido y productor, Norberto Marcos, la protagonista de Fátima es mágica revela su secreto para elegir a los personajes que imita y cuenta el lado B de su trabajo: “Se me han pegado gestos y formas de hablar ajenas”.

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“No es fácil hacer un
“No es fácil hacer un éxito en teatro”, asegura la imitadora, aquí en la piel de Valeria Lynch.

En un taxi, el supermercado o la farmacia, Fátima Flórez (37) aprovecha para hablar con la gente. "Es una especie de sondeo que hago. Hay que estar atenta al olfato popular. Después, por supuesto, el teatro siempre es un buen termómetro: los aplausos, risas y gritos te dan la pauta de lo que funciona y lo que no tanto", le asegura a GENTE en referencia a las imitaciones que hace en Fátima es mágica, el espectáculo con el que desembarcó en el teatro Holiday de Villa Carlos Paz.

Durante las casi dos horas de show, la comediante se anima a ser Michael Jackson  y Celia Cruz, pasando por Susana Giménez y Jennifer López. Canta, baila, no para un segundo… "Me divierto siendo camaleónica, saliendo de un personaje y entrando en otro. ¿Y sabés qué? Al público le pasa lo mismo; puedo sentirlo. Le apasiona ese vértigo", comenta.

“Mágicamente me transformo en un
“Mágicamente me transformo en un personaje y en segundos en otro”, dice la comediante, aquí con una de sus clásicas interpretaciones, la de CFK.

–¿Existe algún personaje por el que no apostabas demasiado y se volvió un hit?

–(N. de la R.: Mira a su marido y productor, Norberto Marcos, de 60 años, y le pregunta: "¿Vos qué decís?". Sin titubear, él dispara: "Esmeralda Mitre"). ¡Tiene razón! El "wow, wow, wow" pegó un montón. La gente se re enganchó. Después de su participación en ShowMatch el año pasado, Esmeralda se volvió muy popular. Me gusta mucho imitarla. Superó mis expectativas.

–¿Alguno que te haya aburrido?

–No suele ocurrirme, sino más bien lo contrario. Me encariño con ellos, porque hago las imitaciones con buena leche. No me gusta dejar mal parado a nadie.

Shakira según Flórez, en Fátima
Shakira según Flórez, en Fátima es mágica, su espectáculo en Carlos Paz.

–Después de tantos años, ¿te cuesta deshacerte de gestos, muletillas o formas de hablar ajenas?

–Mi mamá siempre me dice: "Cuando te enojás, parecés más hija de Cristina que mía" (risas). Es cierto… Te van quedando cositas y restos de algunos. De hecho, las veces que discuto con mi marido lo hago desde alguno de mis imitados. (N. de la R.: Fátima pone la voz de Cristina Fernández de Kirchner, mira a Norberto y le dice: "Andate a la put…"). Después me excuso: "Esa no fui yo, fue el personaje", le explico.

–¡Una charla de locos! ¿Y vos qué le contestás, Norberto?

N: Ella me grita como Cristina… ¡y yo le respondo como Macri!

F: Entonces la grieta se produce en casa (risas).

SIEMPRE CAMBIANTE, PERO IGUAL. La primera imitación que hizo en su vida fue la de Xuxa. "Tenía 5 o 6 años. Me presenté a un casting y gané. Me llevé una muñeca", recuerda Fátima acerca de sus comienzos.

A su imitación de la brasileña le siguió la de su maestra de quinto grado, Norma Kauffman. "Con mis compañeros le teníamos un miedo bárbaro, porque era muy exigente. Lo que hice yo fue trasladar ese sentimiento hacia el humor: copié sus gestos y su forma de hablar. En casa se mataban de risa, porque me salía igual", explica.

Aunque ya no es aquella niña, Fátima conserva intactas las ganas de jugar y divertirse. Lo que antes hacía para pocos ahora lo practica arriba de un escenario y para miles de personas.

Fátima deslumbra con su imitación
Fátima deslumbra con su imitación de Susana Giménez.

–En varias entrevistas te definís como una artista popular. ¿Qué significa para vos esa palabra?

–Estar en el corazón de la gente, que te conozca todo el mundo. Yo salgo a la calle y recibo permanentes demostraciones de afecto. Desde pulgares para arriba hasta pedidos para que hable como tal o cual personaje. La gente tiene muy buena onda conmigo, sobre todo las mujeres. Y a mí me encanta, porque hasta hace unos años el humor estaba dominado por los hombres. Muchos cosificaban a la mujer y la dejaban en un lugar inferior. Hoy eso está cambiando. Celebro que haya más equilibrio, que nos hayan dado otro lugar.

–¿Te molesta no estar primera en el ranking de venta de entradas?

–Todos los artistas quieren que les vaya bien. Los que te dicen "me da lo mismo" no son sinceros, o no ponen dinero. Nosotros estamos obligados a que nos vaya bien, porque junto con Miguel Pardo somos los productores de la obra y hemos invertido muchísimo en pantallas, vestuario y bailarines para darle al público lo mejor. Si presentás un buen show, te recomiendan y te acompañan. Creo en el boca a boca. Sin ir más lejos, trabajé en teatros chicos y grandes, me vino a ver mucha y poca gente, pero nunca fui a media máquina. Mi entrega es del cien por cien. Siempre fui así. No me permito dar menos: me sentiría mal. Hasta ahora vengo muy bien, con dos funciones de martes a domingo. Mi deseo es que sea una temporada exitosa. Como ya es costumbre, volví a poner precios populares (N. de la R.: Entradas a partir de $300), porque Fátima es para todos, no para algunos.

“Las veces que discuto con
“Las veces que discuto con Norberto lo hago desde alguno de mis imitados. Después me excuso: ‘Esa no fui yo, fue el personaje’, le digo”.

–¿Qué planes tenés para este 2019?

–La maternidad sigue siendo un proyecto. No sé cuándo, porque para 2020 tengo prevista una gira por Los Angeles, Miami y Nueva York. Es un proyecto que me tiene muy entusiasmada. También me encantaría hacer ficción. Sé que puedo, porque me preparé para eso. Nunca me presenté a ningún casting ni tampoco me convocaron. Siempre me llaman para hacer humor, lo cual agradezco, pero ésta es una faceta mía que nadie conoce y que estoy segura va a dar que hablar. ¡Productores, quedan avisados!

Por Flor Illbele. Fotos: Fabián Uset.

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