Yamil Ponce, el médico que salvó al turista apuñalado, se prepara para cantar en los subtes porteños

A un año del hecho delictivo que puso en riesgo la vida de Frank Joseph Wolek, el turista americano que fue apuñalado al resistirse a un robo mientras paseaba por La Boca, su cirujano –médico del Hospital Argerich–  sorprende con otro de sus talentos: la música. De los ensayos en los pasillos de los guardias, a su debut en las calles: "¡mi prueba de fuego!"

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Su nombre se popularizó en diciembre de 2017, cuando salvó la vida de Frank Joseph Wolek, el turista estadounidense que fuera diez veces apuñalado por dos delincuentes cuando se resistió al robo de su cámara de fotos mientras paseaba por La Boca. Un año después (8 de diciembre), el cirujano cardiovascular entrerriano, Yamil Ponce (39), vuelve a ser noticia por otro de sus talentos: la música. Y en las últimas horas, pacientes y enfermeros del Hospital Argerich –donde trabaja– viralizaron videos en los que el médico da cuenta de eso.

Ponce y Frank Joseph Wolek,
Ponce y Frank Joseph Wolek, en plena recuperación, el 27 de diciembre de 2017, tras dos perforaciones cardíacas, cuatro pulmonares y otras cuatro en otras partes de su cuerpo. El próximo mes de enero, la dupla volverá a reunirse en Buenos Aires y pasarán juntos una semana.

"Me crié en una villa de San Nicolás –Provincia de Buenos Aires–, en el seno de una familia humilde, en la que la mayoría apenas había terminado el primario", cuenta Ponce a GENTE. "Crecí pensando en mi futuro: ¿seré médico o basurero?, porque muchos en mi casa eran recolectores. Fue una vida de ajustes y sacrificios. Pero cada vez que juntaba un peso, por la solidaridad de la gente o por las changas que podía conseguir, como la de lavar autos, lo destinaba a la música. Desde los seis años estudié guitarra, saxo, piano, lo que podía", dice Yamil, quien comenzó la universidad a los 16 años.

El autor de una técnica quirúrgica sin precedentes –"innovación de la medicina", según sus colegas– dice que la música "es el medicamente más directo al alma". Y suele llegar al hospital con guitarra en mano. "Canto para mis pacientes, porque verlos felices me hace feliz". Y su aporte no se limita a los pasillos de la guardia. "Todos los sábados voy a la Iglesia Adventista de Escobar a tocar el piano para los fieles", cuenta. "Desde que me enteré que les faltaba pianista, me ofrecí sin dudarlo. Me siento y le pido a Dios que me ayude a mover los dedos…¡porque no tengo tiempo de ensayo! Y ese es un buen espacio para hacerlo. De chico componía, y hoy solo puedo dedicarme algunas horas durante la madrugada en un mini estudio que monté en casa".

Ponce al piano en la
Ponce al piano en la Iglesia Adventista de Escobar, donde toca el piano todos los sábados.

Sobre si imagina una nueva carrera en este rubro, Ponce revela: "Un día, Leonardo Facundo, un guitarrista que me había visto en redes (y en su propio canal de YouTube), me buscó en el hospital. Entonces me propuso dedicarnos a cantar en salones. Pero yo le respondí, la música tiene otro propósito para mi, y el mango que podamos juntar, será para vos. Le ofrecí prepararnos, en principio, frente a mis pacientes: nos serviría para ensayar, y a ellos para aliviar el alma. Y luego, en la línea D de subtes", dice. "Porque creo que en un salón, o en una reunión familiar, nuestros afectos aplaudirían incondicionalmente. Y yo necesito probarme en la calle. Saber si realmente tengo el talento", dice.

Ponce y Frank durante el
Ponce y Frank durante el karaoke que improvisaron en casa del doctor en enero pasado.

Y además de preparar su "debut piloto" en los andenes, el doctor se dispone a recibir a su hoy amigo Frank, quien "aún apasionado por la Argentina" regresará al país en enero para pasar juntos una semana con los Ponce: Yamil, su mujer Andrea, y sus hijos Yael (8) Elian y Sofía (los mellizos de 3 años). "La última vez, en casa, tocamos el piano juntos y hasta hicimos karaoke", revela.

Por S.S.

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