Pinky y Cacho Fontana: "Alcanzamos un punto que al comienzo de nuestras carreras era imposible de imaginar"

Los míticos referentes de nuestra radiofonía y televisión recibieron una estatuilla homenaje en la 48ª entrega de los Premios Martín Fierro de Radio. Aquí, y contadas por Kari Araujo, sobrina de la Señora Televisión y periodista de GENTE, la previa, las vivencias y las confidencias que nadie más narró.

Guardar
Mientras Héctor Larrea presenta el homenaje, Cacho y Pinky se emocionan. Testigo del inolvidable momento: Kari Araujo, la sobrina de Lidia Satragno.
Mientras Héctor Larrea presenta el homenaje, Cacho y Pinky se emocionan. Testigo del inolvidable momento: Kari Araujo, la sobrina de Lidia Satragno.

Son Pinky y Cacho, y los residentes de la Clínica de Rehabilitación Inter Plaza, lo saben. El lunes 26 a las 19, ellos se dieron cuenta de que algo diferente estaba pasando. Por el ascensor principal (ubicado frente a las mesas en las que se sirven las cuatro comidas) circulaban mujeres desconocidas (maquilladora y peinadora), además de varios familiares de Norberto Palese (86) y Lidia Elsa Satragno (83), quienes estaban vestidos de gala. Entre ellos iba yo.

Soy periodista de GENTE, pero esa noche era, simplemente, la sobrina de Pinky. Mi tía me recibió, con esa sonrisa radiante que la caracteriza, en el piso impar en el que reside desde marzo. Estaba encantada con sus largas pestañas postizas y las prendas que había desplegado a su alrededor la asesora de imagen personal, Lelen Lesa Brown. Eligió un equipo de Fabián Kronenberg, dejó que le acomoden una enorme flor de seda en la solapa de la chaqueta y, con entusiasmo, exclamó: "¿Vamos bajando? No quiero llegar tarde".

Lidia y Cacho cocinando juntos en Con sabor a Pinky (1977), hace cuatro décadas.
Lidia y Cacho cocinando juntos en Con sabor a Pinky (1977), hace cuatro décadas.

En el hall de entrada la esperaban dos hombres: Salvador Lijtenberg (presidente de la clínica e ideólogo, junto a Luis Ventura, de toda esta aventura que se concretó con los premios otorgados por APTRA) y el gran Cacho Fontana.  Tras una lluvia de elogios (y algunas fotos personales), los dos históricos referentes de la radio y la televisión estuvieron listos para salir, por primera vez juntos, del establecimiento sito en Palermo.

En dos autos –y acompañados por quienes ellos eligieron– llegaron al hotel Sheraton, marcando la primera diferencia: mientras él decidió recorrer la alfombra roja de punta a punta, ella, más discreta, eligió ingresar al Salón Libertador por una entrada lateral.

Amigos: Pinky y Cacho conviven en la clínica Inter Plaza.
Amigos: Pinky y Cacho conviven en la clínica Inter Plaza.

Y en la mesa 10, la primera de adelante a la derecha, se reencontraron. Eso sí: antes de que llegaran a probar la burrata con salmón ahumado que tenían delante, el desfile de admiradores se sucedió sin interrupción. Uno a uno, colegas de todas las edades fueron acercándose para saludarlos, contarles hasta dónde los habían impactado en sus carreras y pedirles las para ellos no tan clásicas selfies.

Entre las alabanzas recibidas –encabezadas por frases memorables como "reina de reinas" o "campeón de la vida"–, una les llamó especialmente la atención. Fue la de Jonatan Viale, quien les dijo: "Los admiro mucho. Es un lujo estar en el mismo lugar que ustedes". No bien se alejó, Pinky comentó por lo bajo: "Me encanta encontrarme con todos, pero me da una alegría particular que se estén acercando los pibes". Cacho respondió con un gesto afirmativo. Minutos más tarde, saludaría muy cómicamente a Héctor Larrea (80) al grito de "¡neneee!".

El 12 de agosto de 1965, Pinky y su entonces marido, Raúl Lavié, protagonizaron la tapa del número 3 de GENTE.
El 12 de agosto de 1965, Pinky y su entonces marido, Raúl Lavié, protagonizaron la tapa del número 3 de GENTE.
El 29 de julio de 1965 Cacho había aparecido el primer número de GENTE.
El 29 de julio de 1965 Cacho había aparecido el primer número de GENTE.

Después, y antes de lo que ellos esperaban, llegó su momento. Eran las 22:36 cuando en las pantallas comenzó a proyectarse un video que repasa sus extensas trayectorias. Entonces, los dos dejaron la mesa a toda velocidad, para ubicarse frente al micrófono en el tiempo en el que se desarrollaba la proyección (vieron sólo el final). Y ahí arriba, curiosamente, estuve yo también, acompañando a mi tía para recibir su premio de pie. ¡Y qué premio!

Fue su amigo Héctor Larrea quien lo entregó, acompañándolo con sentidas palabras. "La gente de APTRA me encomendó esta tarea, que es lo más grato que se le puede pedir a un hombre de los medios: presentar a estas personas tan queridas. Esta elegantísima señora se llama Pinky, y es la radio y la televisión, y este muchacho –devolviendo el cumplido recibido un rato antes– tan querido es Cacho Fontana".

Inmediatamente la ovación sacudió el recinto. Los presentes fueron avanzando hacia ellos en silencio, para terminar todos juntos al pie del escenario. "Eso fue lo que a mí más me impactó, porque fue profundamente emotivo", me diría mi tía un rato más tarde, ya de regreso en el auto. Pero mientras ellos brillaban en el escenario, sus palabras fueron otras.

Norberto dijo: "Ustedes no saben lo difícil que es alejarse de un medio que ha sido tan generoso con nosotros y nos ha dado tanto. Decir 'gracias' es algo vulgar, pero es la verdad… ¡Gracias a todos!". A lo que Pinky –luego de que le preguntaran si se sentiría cómoda diciendo algo– retrucó: "¿Cómo no me voy a sentir cómoda si la radio y la televisión son los únicos lugares en el mundo donde jamás he tenido miedo? Muchas gracias a todos y un beso y medio a cada uno. Repártanselos, por favor".

Cacho y Pinky con sus Martín Fierro de Radio: un merecido doble homenaje.
Cacho y Pinky con sus Martín Fierro de Radio: un merecido doble homenaje.

Después, los aplausos ensordecieron el salón y ellos, cómplices y sonrientes, emprendieron la retirada por detrás del escenario, atravesando un laberinto de cables.

A la salida recibieron muchísimos más elogios de quienes estaban aún con la emoción a flor de piel. Cacho, ya alejado de todo tipo de micrófonos, reflexionó: "¡Qué noche! Llegar a esta altura y recibir un reconocimiento así es alcanzar un punto que era imposible de imaginar en el comienzo de nuestras carreras. Y para mí tuvo un plus especial, porque mi nieto Lucas (18), que me acompañó, me dijo que él me había interpretado antes, pero que hoy tomó más conciencia del lugar que yo ocupo en el afecto de la gente. Y eso para mí es enorme…".

Por Kari Araujo.
Fotos: Diego Soldini y M. Silvestro, E. Pagés y J. Obregón (Net TV).

SEGUÍ LEYENDO:

 
Guardar