En los estudios de Telefe, en Martínez, todos celebran lo que pasa con La Voz. "A mí no me sorprende", asegura Soledad Pastorutti (38), mientras Tini Stoessel (21) termina de definir si posará con una mini o un jean. Es entonces que llega Ricardo Montaner (61) y saluda fuerte, para que Axel (41) reparta sonrisas y sea el primero en dejarse fotografiar.
GENTE los convoca para un análisis compartido del programa éxito de este 2018, que en tiempo de plataformas y nuevas formas de entretenimiento llega a medir 20 puntos de rating… ¡cuando faltan aún las instancias finales!
–¿Cómo es eso de que el éxito de La Voz no te sorprende?
Sole: Creo que no hay que ser demasiado previsor para saber que esto podía funcionar… Nunca tuve dudas de que iba a andar bien. ¡Y me alegra que además sea un éxito! Es que si al público le das múltiples opciones en la pantalla, con el control remoto en la mano termina eligiendo siempre lo bueno. Este es un programa que en el mundo funciona: en los Estados Unidos ya van por la temporada quince… Claro que la televisión venía con un encendido… raro. Por eso es más lindo aun que haya aparecido La Voz y la familia se reúna para verlo. Yo, por ejemplo, en casa y con dos hijas, evito poner el informativo.
Tini: A mí la gente me dice que había perdido el hábito de comer en familia mientras miraban tele. Ahora te encontrás con el abuelo, la tía, la mamá, la nena, ¡todos viendo La Voz y opinando!
–¿Cómo explican ustedes el éxito, chicos?
Axel: Tenemos una energía hermosa. Todos estamos dando lo mejor. Desde la gente de casting hasta las personas que limpian el estudio. Trabajamos con buena onda y eso ayuda a lograr este resultado. Y, sin duda, fue un gran acierto que el programa sea diario.
Ricardo: Totalmente. Hay mucha química. Es un lujo trabajar con esta gente y hacer un formato exitoso de por sí. Yo ya lo hice dos años en Colombia y uno en México.
–¿Dirían que el público valora la calidad?
T: Totalmente. La gente está pendiente de los detalles. Nos han hecho comentarios por el vestuario, por ejemplo. Yo nunca había estado en televisión abierta todos los días. En Disney todo es más cerrado.
S: En la tele yo soy una turista. Por eso, como artista agradezco tanto que estén en los detalles. Que venga un iluminador y me aconseje sobre la sombra en los ojos. Me cuidan. Eso está genial, porque la gente se da cuenta de todo. Quiere ver calidad, además de buena edición. No le gusta que le mientan y la subestimen. En La Voz se respeta al público y por eso la gente acompaña.
T: Se nota que está bien hecho. Se hizo un mega casting por toda la Argentina. Tenemos música en vivo, dos sets paralelos… Es una producción gigantesca.
–Después de las audiciones a ciegas, ¿cuánto pesa la imagen a la hora de elegir un artista para que continúe en el equipo?
A: Buscamos un artista, y eso va más allá de la voz. Es la actitud que puede tener en el escenario, su carisma, cómo transmite emociones al cantar. Lo que menos importa es la imagen.
R: Yo trato de proyectarlos veinte años más adelante y privilegio mucho a aquellos que componen. Tampoco me fijo en la imagen, porque podés ser bajito como yo… Todo se trabaja. Lo que más valoro es que tenga lágrimas en su voz y pueda provocar.
–Es una época en que la imagen suele ser fundamental en la tele…
S: Sí. Pero finalmente es la gente la que elige. Veremos qué pasa. Yo tengo mucha incertidumbre con lo que se viene.
–¿Qué admiran de sus compañeros de jurado?
A: Montaner es dueño de un gran profesionalismo, es inteligente y tiene mucho oficio. Marca el corazón de la gente con sus canciones. Sole es un ser muy íntegro; es talentosa y tan carismática que enamora. Puso al folklore en el lugar que la Argentina necesitaba y siempre va tras nuevos desafíos. Y con 21 años, Tini le aporta ingenuidad al programa. Canta muy hermoso y tiene mucha madurez en su voz.
R: Para mí, Axel es de los coaches más apasionados. Es perfeccionista y coincidimos en la visión de la vida del músico. Sole es un ser humilde; no es consciente de todo lo maravilloso que provoca en el público argentino. Tini me sorprendió. Porque más allá de lo que ha trascendido a nivel mundial con su música, me encontré con una mujercita muy profesional.
S: Axel es muy comprometido. Tiene mucho bagaje cultural y la capacidad de formar a un artista. Tini sabe muy bien lo que es estar en la tele, a pesar de sus 21 años. Tiene ángel, es genuina y simpática. Además, es muy necesaria en el formato, porque atrae a un público que nosotros tres no. Y a Ricardo lo admiré siempre. Hace que cada devolución sea especial. Genera un momento televisivo.
–¿Por qué sí y por qué no hubiesen participado de un reality como La Voz?
A: Después de haber visto cómo se hace este formato por dentro te diría que sí, que hubiera participado. Por la forma en que se cuida a cada participante y cómo buscan hacerlo crecer. La Voz Argentina no es una carnicería. Cuida a cada persona para sacar lo mejor de ella.
R: Cuando yo comencé, los realities no existían. Había festivales de cantantes… ¡y yo me anotaba en todos! Seguramente hubiera hecho el casting…
S: Creo que sí. En mis inicios, Buenos Aires quedaba lejísimos y no había plata. Pero lo hice de alguna manera en muchos concursos, como cuando a los quince fui a Cosquín. Cuando uno quiere llegarle a la gente busca las oportunidades. Siempre que no vaya en contra de su esencia. Yo no me traicionaría. Creo que no lo hice nunca… aunque alguna cosita puede haber pasado, porque uno no es perfecto. Porque el éxito es el peor momento de un artista. Hay que cumplir con la demanda que uno genera, y eso no siempre es sinónimo de que todo está bien.
T: Yo nunca me imaginé nada de lo que me pasó. Iba al colegio doble turno y se dio… Claro que me recuerdo bailando y cantando frente al espejo. Pero lo hacía por amarlo; no pensé que sería mi carrera. Intuyo que me hubiera anotado, porque mi familia me habría apoyado.
–¿Qué música escuchan ustedes?
A: De todo. Soy muy abierto y curioso. Además, me gusta saber qué suena en el mundo. También, conocer las raíces musicales de cada país que visito. Por supuesto que tengo música para escuchar en casa y relajarme, otras para bailar y otras para ir por la ruta. Si tuviera que elegir me inclino por el folklore argentino o por los Beatles, Queen o Billy Joel.
R: Escucho mucha música cristiana, como el grupo Hillsong, y a otros como Alejandro Sanz, Serrat, Sandro, Alejandro Lerner y también Almendra.
S: Tango, folklore, también cuarteto, cumbia y balada. Tal vez no tanto en otro idioma… como en inglés. No la elijo, pero de todas maneras la sé apreciar. También reggaetón, que es alegre. Yo siempre ando con un parlantito. De fondo prefiero la música a la tele. Tengo dos nenas (Antonia –8– y Regina –5–) que deciden mucho en casa. Además está mi marido, Jeremías, que es melómano, pero me deja elegir a mí. Es decir que las mujeres somos las poderosas. ¡Ah, y escuchamos mucho a Tini!
T: ¡Ji, ji, ji! Yo voy de la cumbia al jazz. Nada que ver una cosa con la otra. Depende de cómo me despierte. Yendo al trabajo puedo escuchar tanto a Alejandro Sanz… ¡como a Damas Gratis!.
Por Pablo Procopio y Ana van Gelderen.
Fotos: Christian Beliera, Instagram y Prensa Telefe.
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