"Ya pasó un año, y recuerdo como si fuese hoy cuando, recién llegado a los Estados Unidos, me dijeron que Mirko se había adelantado y que no iba a nacer en tres semanas… ¡sino en unas horas! En ese momento sentí pánico. Lloré mucho. Más allá de la gran preocupación por su salud, me sentí solo y en una ciudad –Kenosha, cerca de Chicago– que no conocía. Tuve la angustia de los primeros detalles: aún no tenía ni ropa para él… No había practicado cambiar pañales. Todavía no me daban el departamento que había alquilado y vivía en un hotel. Entonces me desesperé y llamé a mi mamá (Ana María, 79) que enseguida supo contenerme. La otra imagen que recuerdo de Mirko fue cuando apenas nació, el 27 de octubre de 2017: él estaba en los brazos de Brittany, la mujer que lo llevó en su vientre. Ella es negra, así que juntos parecían un comercial de Benetton. Y fui inmensamente feliz cuando tuve a mi hijo en brazos… No puedo creer que ya haya pasado un año y que hayamos dado la vuelta al mundo juntos. Nos merecíamos un festejo doble: el sábado compartimos un asado con amigos y el domingo me junté con mi familia. Pura felicidad".
Quien recuerda aquella aventura que padre e hijo iniciaron hace un año es Alejandro Marley Wiebe (48). Y el, sábado 27 de octubre de 2018, vivió el primer año de Mirko con una emoción increíble, dedicado al mínimo detalle en el impecable look del cumpleañero, de pantalón blanco y chomba azul marino.
El sábado empezó a preparar todo muy temprano en su casa de Don Torcuato, para no descuidar ningún detalle. Los primeros en llegar fueron los de Casa Fátima y el Estudio Luisa Manau, quienes se encargaron de ambientar el jardín con muchos globos terráqueos, aviones, globos aerostáticos, catalejos, Torres Eiffel y banderines. Es que pocos han viajado tanto en 2018 como padre e hijo.
"Cuando @agus_prensa me propuso hacer la fiesta con la temática de Por el mundo, me pareció que la idea era genial, porque Mirko se iba a sentir cómodo, ya que se iba a reencontrar con todas las figuras que viajaron con nosotros. En la decoración había detalles de los trece países que recorrimos: Estados Unidos, Canadá, Japón, China, Singapur, Dubai, Alemania, Grecia, Rusia, España, Italia, Francia y Bélgica. Igual, Mirko se quedó maravillado con el gran arco de nubes de globos de papel y luces que puso Pez Globo para enmarcar la mesa dulce de Sono Dolce. Pero dentro de la fiesta y la decoración, no podía faltar el objeto más desesado de Mirko: el conejo que le regaló Susana en Nueva York. No se duerme sin él y la canción de cuna que le canta Susana. Obviamente, el conejo tuvo un lugar privilegiado en la hamaca que colgaba de ese cielo de globos", cuenta Marley.
Los invitados estuvieron citados a las trece. Para la recepción, había una barra de tragos y cerveza, sandwiches de pernil y picada. Después hubo asado para todo el mundo. Sus padrinos, Susana y Coco Fernández, no pararon de mimarlo y malcriarlo.
Florencia Peña, la Negra Vernaci, Humberto Tortonese, Jimena Barón, Lali Espósito, la China Suárez, Benjamín Vicuña, Paula Chaves, Vicky Xipolitakis, Noelia Marzol y las cincuenta personas que daban vueltas por el jardín hicieron que el festejo fuera súper divertido.
"Mirko recibió muchos regalos –cuenta el papá –. Susana, que vino con Lucía, le trajo una hermosa calesita. Coco Fernández y Virginia Elizalde, una moto a batería que por ahora no va a usar. Coco prometió que en Navidad le va a regalar el casco. Humberto Tortonese y su novio Nico le obsequiaron una hamaca. Además, recibió juegos didácticos, triciclos sin pedales y muchas cosas más. ¿Mi regalo para Mirko? Bailey, un cachorro que es descendiente de Wylie, el labrador que me acompaña desde hace trece años. Bailey posee cuenta de Instagram y ya se convirtió en un perro influencer, ¡ya tiene casi 150 mil seguidores!".
Mirko pasó la tarde de brazo en brazo: estuvo a upa de Vicky Xipolitakis; se divirtió con la Negra Vernaci; se montó en la moto que le regaló Coco y que después estrenó con Morrison, el hijo de Jimena Barón… Pero hay algo que a Marley le llamó la atención: "Estuvo muy papero, no quería despegarse ni un segundo de mi lado".
Después, entre todos le cantaron el feliz cumpleaños y lo ayudaron a soplar la velita de la torta de dos pisos. Tan cansado quedó después de semejante festejo, que esa noche, Mirko no necesitó de su conejo para dormir.
Por Pablo Procopio.
Fotos: Eva Fotografía y redes
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