Sofía "Jujuy" Jiménez (27) tiene una belleza extra, que reside en su interior. Es la misma que la hace levantar los hombros como si la hubieran agarrado en falta cuando se le pregunta cómo es que ella, por iniciativa propia, "se mandó" a Sausalito, la localidad a unos 300 kilómetros de la capital provincial con viviendas de tierra, adobe, paja y barro que espera cumplir el sueño de tener un baño y una cocina en la salita maternal gracias a su participación en el Bailando.
Y que ella, con frescura, como justificándose, responda: "Es que fui a Jujuy y dije: '¡No puedo estar acá sin conocerlos!'. Así que le pedí prestada la camioneta a una amiga ¡y fui! Pasé las salinas, me metí por 50 kilómetros en caminos de ripio, y al llegar me recibieron con unos abrazos tan enormes que no pude contener mis lágrimas. ¡Fue hermoso! Recitamos coplas, cantamos y bailamos el Carnavalito hasta que nos fuimos a dormir. Al otro día fue hermoso ver sus caritas, porque yo les había llevado galletitas dulces y leche chocolatada para que tengan un desayuno distinto –habitualmente es mate cocido y tortillas–. Después jugamos al fútbol un rato, con unas pelotas que les había llevado, y me volví".
–Todo sin paparazzi ni intermediarios. ¿Te das cuenta de que son muy pocos los que hacen algo así?
–Puede ser. Pero para mí era re importante conocerlos. Amo saber que tengo la posibilidad de ayudar a esos ciento ochenta habitantes hermosos, y eso me motiva a dar todo en la pista de baile.
–¿Qué pensás de lo que dijo Moria, de que sos una de las grandes candidatas a ganar?
–¡Me llamó mucho la atención! Y me encantó, obvio. Por eso, cuando la vi en la Gala de GENTE me acerqué a agradecerle personalmente, porque fue un halago enorme.
–¿Te ves ganando?
–Ay, ¡no sé! Lo que más me gusta es que la gente pueda conocerme tal cual soy. Voy a darlo todo por el sueño de Sausalito, y por uno propio, que se me generó ahora que estoy adentro. Hoy siento que cuando piso esa pista estoy dando lo mejor de mí. Si eso me ayuda a ganar, genial.
–¿Por qué pensás que te llamaron recién ahora?
–Porque las cosas se dan cuando tienen que ser. Antes, quizá no estaba preparada para semejante exposición, ¡porque es impresionante! Automáticamente la gente empieza a hablar de vos, te proponen trabajar en teatro en el verano… y se largan a inventarte relaciones.
–¿Como la del Pocho Lavezzi?
–Ay, sí. ¡Y lo aseguraban! Traté de tomarlo con humor, porque no nos conocemos, no tenemos nuestros números ni nos seguimos por las redes sociales… Bah, él no sé, porque no me fijé. Pero entendí que el rumor tuvo que ver con estar en el Bailando y soltera.
–¿Puede ser que estés más explosiva desde que te separaste?
–(Ríe) Sí, puede ser, porque todo el mundo lo nota. Me dicen: "Te ves increíble, mucho mejor, radiante", todas cosas re lindas. Y no sé por qué. Capaz porque estoy más segura y eso se traslada.
–¿Te generaba inseguridades estar en pareja (con Guillermo López, 49)?
–No sé. De novia estás más condicionada y prestás muchísima atención a lo que dice tu pareja, porque vivís la vida de a dos. Entonces, todo el tiempo es como que hay una negociación. Al estar sola, soy yo al cien por cien. Quizás la liberación viene por ese lado.
–¿Tenés ganas de volver a tener novio?
–No. ¡No quiero saber nada! Estoy disfrutando mucho. Me encuentro a mí misma en este año en el que hice viajes que me hicieron muy bien. Por el momento pienso seguir bien soltera. Que no aparezca nada. De hecho, no hay nada.
–Alguna que otra cita debés haber tenido…
–Bueno, sí, tuve. Y fue raro re-acostumbrarme.
–¿Dónde fue la primera?
–Un chico muy divertido me llevó a un lugar exclusivo de vinos, donde había maquinitas e ibas probando cepas de distintas partes del mundo; compartimos una picadita. Después fuimos a ver un show al Microteatro y nos quedamos charlando. Fue una cita canchera. Bien ingenioso el muchacho, pero quedo ahí.
–¿Y la vuelta al primer beso cómo fue?
–¡Te juro que no hubo primer beso ahí! Sí después, pero tampoco hubo tantas citas, porque en enero y febrero estuve trabajando a full en Telefe. A partir de marzo viajé y recién en junio/julio me quedé fija en Buenos Aires y empecé a salir.
–Y, con la llegada del frío y el invierno…
–(Ríe a carcajadas) ¡No te creas! Te juro que fue muy triste en ese sentido. ¡Este invierno no hice cucharita! Lo pasé en casa sola, con mis hermanas (Elige seguir viviendo con Inés y Pilar, pese a que se compró su propio departamento hace seis meses). Hubiese sido genial, pero fueron más citas de ver qué onda que otra cosa. Tuve dos o tres situaciones con chicos que quisieron conocerme y fueron buena onda, pero soy yo la que todavía no está lista. Transito un proceso y no reniego. No voy a forzar nada, porque nadie me apura.
–¿No es que querés ser madre joven?
–No, ¡cero!
–A tus veintisiete, ¿te sentís más sexy?
–Creo que todas las mujeres tenemos la parte sexy, puede que algunas más elaborada que otras. Yo, al trabajar con mi cuerpo haciendo campañas, fotos y desfiles, la tengo más incorporada. Pero son momentos: siento que la sexy me sale en producciones, pero en mi vida normal soy más "Cachito", una piba normal y relajada. No vivo arriba de los tacos ni siento que tengo que estar seduciendo. Me encanta estar en joggineta… ¡Ojo, que eso también puede ser sexy!
–¿Tenés algún movimiento matador?
–Me gusta mucho bailar. Soy bastante bailarina. ¡Y eso es un montón para decir! (ríe). Ahora, con el Bailando, le tengo que sacar el jugo a eso más que nunca.
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