Benito Cerati sobre el amor y el sexo: "En un momento dije: 'Bueno, por ahí soy bisexual'"

El hijo de Gustavo Cerati abre su corazón y habla de las relaciones, la música, y el peso de la herencia de su padre.

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En el backstage del video de Siglos, dirigido por su amiga la directora de cine Belén Asad, donde encarna a un ser unisexual. .
En el backstage del video de Siglos, dirigido por su amiga la directora de cine Belén Asad, donde encarna a un ser unisexual. .

Junto a su banda, Zero Kill, Benito Cerati acaba de lanzar el primer single de su tercer disco –que saldrá el 26 de noviembre, día de su cumpleaños–, titulado Unisex.

En una charla sincera y descarnada con Gente, habla de amor, música, sexo y el peso de la herencia de su padre, Gustavo: "De chico agarraba una guitarra de plástico y me ponía a imitarlo. Lo admiraba mucho, y realmente fue un referente para mí".

–Hablemos de sexo. ¿Alguien de tu familia te habló, algo que te haya dicho tu viejo, o había ESI (Educación Sexual Integral) en tu colegio?
–La verdad que no. En mi familia siempre hubo mucho pudor con esos temas, cosa que me han transmitido. Nadie de ellos me ha sentado a charlar. Por ahí más de grande, ya a los 19, con mi tía (Laura) lográbamos hablar un poco más de esas cosas. Sí me han hablado mis padres, muy por el aire, de temas como usar preservativo, pero más que nada me fui enterando. El tema es que los colegios tampoco te dan educación sexual: el único que fui que tuvo fue el Colegio del Sol (también fue a la escuela Rudolf Steiner y a un colegio Waldorf), pero obvio que era sólo normativa: todo era vulvas… ¿Entonces qué hago? De venéreas, ni hablar. Sólo te hablan de la prevención del embarazo. Yo me tuve que ir deconstruyendo de grande. No es que a uno le gusta el sexo; puede haber prejuicios dentro de lo que te gusta que te pueden trabar o inhibir.

En un momento yo dije: “Bueno, por ahí soy bisexual”. Y muchos me decían: “La bisexualidad no existe; vas a terminar siendo gay”… ¿Y qué sé yo si algo de todo lo que me dijeron influyó?
En un momento yo dije: “Bueno, por ahí soy bisexual”. Y muchos me decían: “La bisexualidad no existe; vas a terminar siendo gay”… ¿Y qué sé yo si algo de todo lo que me dijeron influyó?

–La otra vez dijiste que la sociedad te había empujado a definirte sexualmente.
–Es una mezcla entre la presión sexual y lo que te pasa a vos. En un momento yo dije: "Bueno, por ahí soy bisexual". Y muchos me decían: "La bisexualidad no existe; vas a terminar siendo gay"… ¿Y qué sé yo si algo de todo lo que me dijeron influyó? Por ahí estoy cancelando una parte mía o quizás sí estoy definitivamente del otro lado. Creo que en el futuro no va a importar: hoy es una herramienta opresiva.

–¿Te gusta estar enamorado?
–Sí, lo he pasado muy bien en ese estado. Cada vez tengo más claro lo que digo en Siglos: que el amor es una fuerza y no algo que le corresponde a una sola persona. Entiendo que podés elegir amar a una sola persona toda tu vida, pero siento que uno no debería limitarse a sentir amor en general. Muchas veces dicen: "Antes se casaban y duraban más de veinte años juntos". Lo que pasa es que esas personas no sé en realidad si quieren estar juntas. Muchos hacen las cosas por mandatos. No era tan feliz en otras épocas como lo quieren pintar. El amor se trata de seguir buscándolo. Yo siempre me llevo bien con todas mis ex parejas, porque el amor es algo energético: no se termina.

–¿Qué te enamora?
–La sensibilidad, la sinceridad. Me gusta sentir no que sea todo totalmente libre, sino que se pueda comunicar lo que no nos gusta. Me gusta el amor a la imperfección.

–Muchos se preguntan cómo te influyó la música de tu papá. Que hagas tu camino no supone que sigas sus pasos, ¿Cómo lo ves a la distancia?
–De chico agarraba una guitarra de plástico y me ponía a imitarlo. Lo admiraba mucho, y realmente fue un referente para mí. Yo sentía que la música venía de él. Mi pasatiempo fue siempre quedarme en el estudio a ver cómo se crea todo. De ahí salió mi alma de productor. En un punto me gusta su música y tomé muchas cosas de él, pero con mi camino, con mi impronta y mi forma de aprender. Además, nadie que no sea mi abuela o mis tías lo han visto a él empezando, y yo pensaba, igual que la gente, que él ya era lo más. Muy difícil para mí despedestalizar a mi padre… Pero es necesario. Voto por sacar de la cabeza el concepto de ídolo: yo no elegí ser una figura pública. Salí así y lidio con eso desde siempre. Todos nos equivocamos, y nos dan una responsabilidad que no pedimos.

Por Karina Noriega.
Fotos: Belén Asad.

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