Hace rato que se debían un abrazo interminable. Entonces, a ambos se les ocurrió: "¿Por qué no nos encontramos en la clínica del doctor Rubén Mühlberger, que nos atiende a los dos?". Con la vuelta de Diego Maradona (57) a la Argentina después del Mundial de Rusia, sólo había que congeniar con Charly García (66) para que se diera el encuentro cumbre.
Por compromisos de ambos hubo un par de postergaciones, pero el día finalmente llegó. El martes 7 de agosto ambos lo esperaron con suma ansiedad. Charly arribó alrededor de las 17 horas, acompañado por Javier y Tato, sus fieles asistentes. Diego lo hizo pasadas las 18, de la mano de Rocío Oliva (28), su amada, y preguntó apenas cruzó el umbral: "¿Dónde está mi gran amigo?".
De inmediato, García y Mühlberger salieron a su encuentro. Se sucedieron las carcajadas, los besos, los abrazos y las frases emotivas: "Ya me temblaban las piernas antes de que llegaras… Y todavía me siguen temblando", se sinceró el músico. "Les voy a contar a todos que estuve con Dios", arremetió el Diez. "A los dos nos atiende el mejor", reconocieron juntos entre risas. Y levantaron en andas al doctor, que no podía ocultar su felicidad.
Luego vinieron charlas informales, íntimas, donde ambos se consultaron sobre sus respectivas actualidades: "Sé que la rompiste en los recitales en Córdoba", lanzó Maradona. "Y vos no te digo nada: ahora sos presidente de un club de Bielorrusia (el Dynamo Brest). Era lo único que te faltaba, je", expresó García.
Mühlberger reconoce que la coincidencia de los ídolos se produjo por iniciativa de ellos mismos. "Estoy orgulloso de que hayan resuelto hacerlo acá. Ambos están muy bien físicamente: se quieren y se admiran, dos sentimientos nobles. Vivieron un momento de felicidad, se dieron un gusto, demostrándose el cariño que se tienen".
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