Su historia juntos nació en 2001, cuando Argentina transitaba una de las crisis económicas más profundas de su historia. En ese momento, la vedette Ximena Capristo (40) y el actor Gustavo Conti (42) decidieron participar de la segunda edición de Gran Hermano (Telefe). El ganador de aquel reality fue Roberto Parra –de quien muy pocos se acuerdan–, pero ellos se llevaron un premio mucho mejor: un amor que ya cumplió 17 años.
A diferencia de otras parejas que nacieron en estos programas, ellos se casaron en 2007 y diez años después fueron papás de Félix. Ahora, por primera vez desde el nacimiento de su hijo, decidieron compartir las vacaciones en familia. "Yo era una mujer independiente y bastante egoísta. A partir del nacimiento de mi hijo todo cambió. Hoy, nuestra vida gira alrededor de Félix", confiesa Ximena, que durante ocho días disfrutó junto a su familia del sol en las playas de Bahía, Brasil.
Desde el 5 hasta el 13 de junio estuvieron alojados en el Grand Palladium Imbassai, un all inclusive que además de ofrecer beneficios para las parejas propone muchas actividades para los chicos.
Durante muchos años, Ximena y Gustavo soñaron con ser padres. Como el bebé se hacía esperar, pusieron un plazo: los cuarenta de ella. "Si no quedaba embarazada, iba a ser mamá de cualquier forma", dice la vedette. Félix llegó hace poco más de un año y causó una revolución en la casa.
Si bien la vida laboral de Conti no cambió demasiado –continúa con sus participaciones en Cien días para enamorarse (Telefe) y con la gira de esa obra Felices los cuatro–, para Ximena las prioridades son otras. "Con mi marido hicimos temporada de verano en Las Grutas con la obra, pero no me sumé a la gira porque quiero dedicarle más tiempo a mi hijo. ¡Soy una mamá muy presente! Como me recibí de locutora, estoy haciendo radio dos veces por semana en Late con el programa No era tan grave, con Sergio Gonal. Dentro de unas semanas estaré lanzando Yakarta, una marca de chicos que va a ser bien rockera. Félix, obvio, será una de las caras de la campaña, junto a la hija de mi socia", asegura Capristo.
Y viajar es un recurso que la pareja utiliza para cortar el año y distraerse. Claro que hoy su hijo los obliga a disfrutar todo desde otro lugar. "Es hiper-kinético: ¡no para! Todo lo que se le pone adelante lo patea. Mira los partidos de Boca junto a su papá. A diferencia de otros chicos, no le gustan los celulares ni las tablets. Por eso, ni salimos del hotel", cuentan. "Fueron las vacaciones ideales, porque tuvimos todo: amor, paz y la calidez de la familia"
Por Sergio Oviedo.
Fotos: Catherine Avilés.
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