"Formar mi propia familia es lo más lindo que me pasó en la vida", asegura Alexandra Larsson (31) dos meses después de haber sido mamá, sueño al que accedió junto a su pareja –ahora padre–, Patrik (29), entrenador de hockey sobre hielo y amigo de la infancia, con quien se reencontró cuando volvió a vivir a Suecia en 2016.
"Transitamos el embarazo sin saber el sexo del bebé, aunque soñaba que era un varón", cuenta la modelo, que el último 16 de febrero dio a luz a Elliot.
"Engordé veinte kilos durante el embarazo; todavía me quedan cuatro para volver a mi peso", apunta la sueca. El bebé pesó 4,120 kg y midió 54 centímetros. "Es grandote, igualito al papá –que mide 1.90–, y tiene sus mismos ojos azules", dice, y recuerda el día del nacimiento: "El parto no resultó lo que esperaba. Quería que fuese natural, pero terminó en cesárea, algo que acá, en Suecia, sólo se hace si hay complicaciones. Estuve treinta y cuatro horas con trabajo de parto y una dilatación de diez centímetros, pero Elliot tenía la cabecita mal rotada y no podía salir. Fue complicado, pero hermoso. Es un sentimiento que sólo una madre puede entender… No sé cómo explicarlo. Fue increíble, y aunque estaba cansadísima, tenía muchísima energía. Cuando lo tuve en mis brazos lloré de la emoción. Elliot me llenó de felicidad y amor", detalla la blonda, que a los cuatro días de haber dado a luz regresó a su casa de Jönköping –ciudad situada a 350 kilómetros al sudoeste de Estocolmo–, a donde se mudó por el trabajo de su pareja, disfrutando del año de licencia por maternidad que le corresponde por ley.
–¿Cómo fue el regreso a casa tras el parto?
–¡No me podía ni levantar! Las primeras dos semanas fueron tremendas, pero descubrí en Patrik a un padre increíble. Es muy amoroso y estuvo siempre atento de cuidarnos, al bebé y a mí, que me recuperaba de la cesárea. Igual, Elliot es un amor. Eso sí: a la noche come cada tres horas; después de darle de mamar dormimos juntos hasta las cinco de la mañana, que ya se quiere levantar.
–¿Qué opinás del colecho?
–No creo que esté bien ni mal, depende de cada nene. Si no quiere dormir solo, hay que darle seguridad y amor cerca de sus padres.
–¿Cómo te describirías en tu rol de mamá?
–Soy muy atenta y cariñosa. Me encanta mimar a mi bebé. Adoro a los nenes y siempre quise tener mi familia.
–¿En qué te cambió la maternidad?
–Me hizo entender de qué se trata la vida. Es algo que siempre soñé. Mi mundo cambió por completo: fortaleció a la pareja y redefinió mis prioridades. Hoy pienso en Elliot antes que nada; él es lo más importante.
–¿Cuándo piensan venir de visita?
–¡Extraño tanto…! Vamos a esperar a que Elliot sea un poco más grande. Tal vez a fin de año o el próximo. Tengo muchas ganas de volver y presentarle mi querida Argentina a mi familia
Por Maru Cociffi
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