"Hola a todos, buenas noches", saluda Dalma Maradona (31) de pie junto al micrófono. Es un miércoles caluroso de otoño y la propuesta al aire libre del Centro Cultural Recoleta se vuelve aun más atractiva. Sobre el escenario –ubicado en un lateral de la Plaza Francia– la hija del Diez se prepara para volver a las tablas después de su boda.
Delante suyo, a un par de metros, un semicírculo con varias hileras de reposeras de madera emula un anfiteatro. Más de cincuenta butacas llenas. Eso sin sumar a los curiosos que se arriman de manera espontánea o se sientan en el pasto, expectantes por saber de qué va la cosa.
Pasadas las 20.15, Dalma da comienzo al tercero de los cuatro ciclos de Mujeres desobedientes. Actrices haciendo lo que quieren, actividad que compartirá con Natalia Lobo, bajo la dirección y curaduría de Erika Halvorsen.
Hojas en mano, la actriz le pone su voz a Nina (el personaje de Antón Chéjov), bajo la mirada de su marido Andrés Caldarelli (31) y su mamá Claudia Villafañe (56), que no escatiman fotos ni videos.
Su sentida lectura finaliza a los diez minutos con una frase potente. "Cuando pienso en mi vocación, dejo de tenerle miedo a la vida", dice la mayor de las hermanas Maradona. Hay aplausos y algún que otro grito de aliento.
Dalma se inclina sigilosa –parece que va a bajar del escenario–, saca de su cartera el pañuelo verde, símbolo de apoyo a la ley de despenalización del aborto, y se lo ata al cuello. Entre flashes, mira al público y habla.
"Hola a todos, soy Dalma Maradona. Como algunos sabrán, nací famosa y no lo elegí. De hecho, quiero contarles que padezco la fama más de lo que la disfruto. Pero si hay algo que comparto con la Nina de Chéjov es el amor por mi profesión. Ser actriz me da una libertad tremenda, una libertad que no tengo en ningún otro lado y que me permite ser desobediente. Muchas gracias", se despide para darle paso a Natalia Lobo.
Tras el saludo final, y por primera vez en el año, la hija del futbolista más popular de la tierra concede unos minutos a GENTE.
–Lo que dijiste arriba del escenario acerca de la fama fue fuerte. ¿Tanto la padecés?
–Me tocó hablar de Nina, una actriz que quiere fama, y aproveché para contar mi punto de vista que, claramente, no tiene nada que ver con el de ella. Como dije recién padezco la fama más de lo que la disfruto.
–Una lectura al aire libre con música en vivo, reposeras de madera y mantitas para que el público se siente en el pasto. ¿Una movida medio neoyorquina?
–Sí, fue una propuesta del Centro Cultural Recoleta bajo la dirección y curaduría de Erika Halvorsen, que es amiga mía y también me dirigió en Hija de Dios. La verdad, salió increíble. El público estuvo muy atento. Además, compartir el escenario con Mariano Godoy y Natalia Lobo fue un placer.
–Tu mamá estaba aplaudiéndote en primera fila…
–Sí. Vino con dos de mis mejores amigas, Denise y Flor, y mi marido. Son incondicionales.
–Hablando de tu marido: ¿ya se acostumbró a lidiar con la exposición?
–Le cuesta. Aparecen los medios y él desaparece. No quiere cámaras.
–¿Te apoya con tu profesión?
–Sí. Andrés está acostumbrado a escucharme hasta hablando sola. Las primeras veces se asustaba. "¿Estás bien?", me preguntaba. Ahora sabe que estoy repasando alguna letra. En casa hay libretos y textos por todos lados. De hecho, este año escribí mi primera obra para microteatro. Tardé un montón en presentarla, y él siempre me incentivó. Me super alienta y acompaña en todo.
–¿Están con ganas de agrandar la familia?
–Sí (risas), pero no ahora. Voy a filmar una película en junio y no puedo. Es mi mamá la que anda desesperada por tener otro nieto, pero ni Andrés ni yo estamos apurados. Es un proyecto a futuro.
–Contame de la película. ¿De qué se trata?
–Voy a protagonizar una de terror. Es un proyecto que me tiene bastante revolucionada, porque se trata de un género que nunca hice y me da una intriga tremenda. Ya empezaremos con los ensayos y calculo que ahí podré contar algo más.
–¿Y la luna de miel para cuándo?
–Todavía no definimos ni fecha ni lugar. Depende de cuánto demore el rodaje. Mi marido sabe que ésa es mi prioridad y me banca a full.
–¿Hablaste con tu papá después de tu casamiento?
–No tengo por qué contar cuándo y cómo hablo con mi papá. Para mí es muy importante que eso se mantenga en el ámbito de lo privado. Es difícil, porque del otro lado a veces no sucede. Por eso quiero tratar de respetarme yo.
Por Flor Illbele
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