Martin Luther King, a 50 años de la muerte de un soñador y uno de los hombres más influyentes del siglo XX

Sus discursos y acciones, que buscaron derribar las barreras raciales en los Estados Unidos, inspiraron a millones de afroamericanos. A medio siglo de su asesinato en Memphis, su imborrable legado permanece intacto, sin perder su vigencia.

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Martin Luther King. En 1963,
Martin Luther King. En 1963, a sus 34 años, pronunció, frente a una multitud reunida enWashington, su célebre discurso Tengo un sueño. (Foto AFP)

Fue la voz de la conciencia estadounidense, el dedo en la llaga, el discurso coherente en una época convulsionada como pocas. Lo amaron, lo combatieron, lo calumniaron, lo abrazaron con lágrimas en los ojos, sobre todo aquellos afroamericanos que se reconfortaban con sus palabras y acciones.

Martin Luther King Junior no sólo fue un hombre de oratoria contundente, brillante y sagaz; también puso el cuerpo en la calle, codo a codo con sus hermanos, hasta el límite de que su prédica por los derechos humanos le terminó costando la vida.

Coretta Scott, viuda de Martin Luther,
Coretta Scott, viuda de Martin Luther, marcha el 8 de abril de 1968 en memoria de su esposo, en Memphis.Ocurrió cuatro días después del asesinato. A su derecha caminan tres de los cuatro hijos que tuvieron: Yolanda, Martin III y Dexter (Berenice, la más chica, sólo tenía 5 años en ese momento (Foto AFP)

Ocurrió hace medio siglo, cuando la Guerra Fría había escalado en temperatura: en varios rincones del mundo, en nombre de una supuesta paz, estallaban bombas y ráfagas de ametralladora. Las amenazas entre Occidente y Oriente sobrevolaban la Cortina de Hierro.

Puertas adentro, las potencias de uno y otro margen ocultaban la basura bajo la alfombra. Estados Unidos imponía su doctrina con fuerza, pero los conflictos raciales –y las pobres condiciones de vida para muchos trabajadores– desestabilizaban la pureza del Sueño Americano.

La voz que los guiaba provenía de la imbatible verba de King, pastor de la iglesia baptista de Montgomery, Alabama. Sí, el profundo Sur esclavista, reaccionario por naturaleza y enemigo de cualquier movimiento que intentara modificar el statu quo: allí, los hombres y mujeres de raza negra eran ciudadanos de segunda. "Separate but equal" (iguales, pero segregados) fue la maliciosa doctrina que imperó durante décadas. King intentó cambiar esa mentalidad.

Martin Luther King con su
Martin Luther King con su mujer e hijos. (Foto AFP)

Nacido el 15 de enero de 1929 en Atlanta, Georgia (ciudad siempre señalada como profundamente racista), era hijo del reverendo Martin Luther Senior y Alberta Williams. De niño y adolescente brilló por su inteligencia en el colegio y logró impresionar a todos por su facilidad para la oratoria.

El funeral de Martin Luther
El funeral de Martin Luther King. Berenice, Yolanda y Martin III, tres de los cuatro hijos deKing, durante el entierro de su padre en Atlanta.

Convivió, por supuesto, con la despiadada intolerancia racial y los prejuicios, y llegó a sufrir episodios de fuerte depresión. Se graduó en Sociología y Teología y a los 18 años ingresó a la Iglesia. Pronto, ya instalado en Montgomery, comenzaría su activismo: en 1955, Rosa Parks, una costurera de 42 años, se subió a un colectivo y se negó a ocupar uno de los asientos reservados a los afroamericanos (así de insultantes eran los desprecios hacia los seres humanos).

James Earl Ray, el asesino
James Earl Ray, el asesino de Luther King. El 4 de abril de 1968, King fue asesinadopor un balazo presuntamente disparado por el ex convicto James Earl Ray, luego condenadoa cadena perpetua.

La detención de Parks funcionó como detonante, ya que a las semanas se inició un boicot al sistema de segregación imperante. Un año después, la Suprema Corte lo declaró inconstitucional. Fue una de las primeras batallas ganadas por King, quien comenzó a erigirse en un carismático líder de los derechos humanos, sustentando su protesta en la "desobediencia civil no violenta".

Martin Luther King yace en
Martin Luther King yace en el balcón donde fue asesinado.

Sin embargo, para los sectores más radicales (por caso, el que lideraba Malcolm X), esta práctica era vista como "blanda". Y King recibía ataques de ambos costados. En 1956 bombardearon su casa (su mujer y su hija resultaron milagrosamente ilesas) y en 1958 fue apuñalado mientras firmaba libros. Su fama creció. Su prestigio, también. El establishment lo acusaba de ser agente del comunismo y el FBI lo puso bajo la lupa.
La táctica de King desarticulaba a sus detractores: protestas pacíficas, meditadas, que interpelaban al estadounidense blanco de distintas clases sociales. La aparición de un nuevo medio masivo de comunicación –la televisión– operó a su favor.

El reverendo Jesse Jackson, otro
El reverendo Jesse Jackson, otro líder de los derechos civiles, es uno de los que estaban junto a Martin Luther en el balcón del motel Lorraine. Cinco décadas después volvió al lugar, hoy convertido en museo.

King, sabio, supo utilizar esa herramienta a favor de la concientización. El 28 de agosto de 1963, su fama alcanzó el pináculo, durante la marcha hacia Washington (el símbolo del poder), cuando varios movimientos civiles pidieron igualdad de derechos y mejoras en las condiciones de trabajo. "Les digo a ustedes, mis amigos, que aunque nosotros enfrentemos las dificultades de hoy y de mañana, aún yo tengo un sueño. Es un sueño profundamente arraigado en el Sueño Americano: que un día esta nación surgirá y vivirá verdaderamente de su credo: 'Nosotros mantenemos… que todo hombre es creado igual'. Yo tengo un sueño: que ese día, en las tierras rojas de Georgia, hijos de esclavos anteriores e hijos de dueños de esclavos anteriores se podrán sentar juntos a la mesa de la hermandad", dijo King durante su parlamento de 17 minutos, ante más de 200 mil personas.

El 4 de abril en
El 4 de abril en Memphis, Tennessee hubo una marcha para conmemorar el 50 aniversario de la muerte de Martin Luther King (Foto AFP / Brendan Smialowski)

El 29 de marzo de 1968 fue a Memphis, para apoyar una protesta de recolectores de basura. El 3 de abril pronunció allí su último discurso, en el que profetizó su muerte. Y al día siguiente, a las seis de la tarde, recibió un balazo en la mandíbula, mientras se encontraba en el balcón de su habitación en el motel Lorraine. Tenía 38 años. Se condenó como asesino a James Earl Ray, un delincuente recurrente, pero siempre se sospechó de una conspiración a gran escala, como sucedió con el presidente John Fitzgerald Kennedy (su viuda, Jackie, participó del sepelio de King). A muchos, sus palabras les provocaban una incomodidad insoportable. Para otros siguen siendo una de las fuentes más inspiradoras que nos legó el siglo XX.

Por Eduardo Bejuk

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