Fito Paéz a días de cumplir 55 años dice: "Creo en las barricadas y en el Parlamento"

El inagotable rosarino lanzó su vigésimo séptimo disco, compuso la música de una obra y una película, acaba de entregar el original de su libro (que incluye una novela negra y varios cuentos), gira y gira y prepara su desembarco en el Luna Park. Entretanto, nos habla de todo, incluyendo la lucha por los derechos de la mujer, y su pareja, la modelo y actriz María Eugenia Martínez Kolodziej, a quien duplica en edad.

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Fito Páez desde su casa
Fito Páez desde su casa (Fotos: Pía Ignacia Figueroa Zelaya)

Del 63, tituló en 1984 el primero de sus veintisiete discos… A punto de celebrar el próximo martes 13 de marzo los 55 años, Fito Páez, ¿en qué disfruta y dónde le duele el paso del tiempo?

–Siento los 54 en las lumbares y cervicales, pero por lo demás te diría que la cosa se va poniendo mejor. Acabo de entregar mi próximo libro (un novelón negro contemporáneo ligado a la política y el sexo, al que se suman varios cuentos cortos), que presentaré en la Feria de Buenos Aires antes de volver, el 28 de abril, al querido Luna Park: desde Giros, en el '85, toqué la mayoría de mis álbumes allí.

Aparte, durante enero compuse la música de La conducta de los pájaros –una obra de Norman Briski y Oscar Muleiro– y de Camino sinuoso, el filme de Juan Pablo Kolodziej.

Por si fuera poco, comenzamos a girar con la banda por Chile y nos espera toda América y parte de Europa. Cada vez disfruto más de las mieles del paso del tiempo.

Fito Páez desde la intimidad
Fito Páez desde la intimidad del hogar. (Fotos: Pía Ignacia Figueroa Zelaya)

–Cuelga en la redacción, a nuestra espalda, un póster suyo con camisa de color violeta, cabello largo azabache, arito y la leyenda Rueda Mágica Tour 1993. ¿Qué grandes diferencias encuentra entre aquellas primeras giras y las actuales?
–Recuerdo que la primera fue justo una década antes, por toda Argentina, como tecladista de Juan Carlos Baglietto, cuando los lugares empezaban a liberarse. Se trató de una experiencia iniciática, caótica y muy divertida. Ahora los viajes son más largos (vamos en avión). Utilizo ese tiempo en infinidad de actividades. Las tardes son de reposo absoluto de la voz y para generar música y escribir. Después del concierto, se cena con los colegas… y a la cama. Salvo que queden varios días sin actividad y podamos tomarnos algunas licencias recreativas. No me imagino una vida sin tocar. Tocar en vivo o en la sala de ensayo o en el bar o en una casa o en cualquier espacio, para mí es como respirar.

–¿Cuáles son sus vicios y sus excentricidades en los tiempos que corren?
–No sé qué son las excentricidades. Lo que para algunos puede ser excéntrico, para mí puede ser de lo más normalito, y al revés. ¿Vicios? Bueno, todo lo que me gusta hace mal, ¡¡¡ajajaja!!! Si aquellas eran giras de sexo, droga y rock and roll, éstas serían de… sexo, droga y rock and roll.

El arte del nuevo disco
El arte del nuevo disco de Fito Paez

–Su nuevo disco (La ciudad liberada/Sony Music) replica de cierta manera el gesto del póster del Rueda Mágica Tour: manos cruzadas al pecho (en realidad, a los pechos), como si fuera Cristo, incluidas. La diferencia, aparte del color del pelo –ahora entrecano– es que en la nueva foto se lo ve muy ¿sexy sería la palabra?, entre uñas pintadas de carmesí y labios rosados, y dentro de un asombroso cuerpo… de mujer. ¿Por qué se jugó a semejante ambigüedad? Algunos sostendrían que hay que ser muy macho para animarse a tanto. ¿Qué opina usted?
–Las tapas de mis álbumes son siempre una excusa para pasar una temporada de risas con el amigo Alejandro Ros (director de la portada). Muchas veces se suma Nora Lezano (responsable de las fotos). No hacemos más que plantear absurdos y reírnos. Nunca, por ningún motivo, nos tomamos en serio nada de lo que hacemos. Todo es una excusa para jugar y reír… En pleno siglo XXI es impensable una discusión sobre elecciones y gustos sexuales. La cuestión de géneros se encuentra visibilizada y puesta en escena. Quien no lo acepte será expulsado de la época. De esto se trata la libertad. De jugar, pelear, reír, permitir y permitirle al otro, de agujeritos y cositas que se abren, se suben y bajan… y del amor, por supuesto. Nunca de represión. La represión, en cualquiera de sus manifestaciones, atrasa la aguja.

Fito Paez
Fito Paez

–Una oración de Aleluya al sol, el primer tema, apuntala las imágenes. "Porque todos los hombres seamos mujeres al menos un segundo", promueve. ¿El grito de #NiUnaMenos es una revolución latinoamericana, como canta usted en su flamante compacto?
–Nadie puede estar en contra de la lucha por los derechos de igualdad de las mujeres. Lo que sabemos es que en nuestro país se mata a una mujer cada veinticuatro horas y que en general a ellas se les paga menos. Esto sin contar las cuestiones ligadas a la lucha por el aborto legal, seguro y gratuito y a cualquier aspecto que haga que una mujer sienta que no tiene lo que le corresponde. En tal sentido, pareciera que el mundo occidental vive una gran revolución. Cualquier persona que, en busca de libertades civiles, apoye o milite en cualquier actividad que se encuentre dentro de los marcos democráticos, será bienvenida entre quienes siempre peleamos por esas libertades. Creo en las barricadas y en el Parlamento. De ese cóctel saldrá un espacio pleno de leyes, donde se pueda vivir con más igualdad de derechos para todos.

–"Me gustan los artistas que jamás serán artistas./ Yo nací y moriré amateur", afirma desde la letra de El ataque de los gorilas. ¿En qué plataforma prefiere escuchar lo suyo, Fito: casete, disco, CD, Spotify?
–En todos los formatos. A mí me siguen gustando algunas copias de casetes que he recuperado. Ese soplido inolvidable de las pequeñas cintas. Spotify también tiene una aplicación de máxima calidad muy buena. Deberían pagar derechos de autor a los autores, no a las compañías discográficas. Así seríamos amigos, incluso. El cidí posee su encanto y el álbum de vinilo es definitivamente la máxima calidad y calidez que se puede lograr para el escucha y el artista exigente.

Fito dice que tocar para
Fito dice que tocar para él es como respirar, no puede dejar de hacerlo.

–¿Nos elaboraría su auto-playlist histórico, con 15 temas, no más, del 1 al 15, en orden de preferencia personal? ¿Se atreve?
–Aunque me vayan a odiar las que se queden afuera de este orden tan arbitrario que me pedís, ahí vamos: Tres agujas, Tumbas de la gloria, Margarita, Yo vengo a ofrecer mi corazón, Rey sol, Islamabad, Naturaleza sangre, Nada del mundo real, Ciudad de pobres corazones, Al lado del camino, Hay otra canción, Polaroid de ordinaria locura, Cadáver exquisito, Un vestido y un amor y Tu vida, mi vida.

–Sostiene una frase de la canción final, Se terminó: "Perdieron todas las apuestas los cantores de protesta./ Al final el reggaetón mueve el mundo". ¿Lo proclama justamente con bronca, con resignación o, considerando las leyes del mercado, con dolor?
–Está nombrado con certeza científica. La verdad no ofende. Cada uno sacará sus conclusiones. Dolor cero. Nunca fui mas libre que ahora, cuando reina en América una música popular que no se toca en nada con la inmensa calidad inventiva que desarrolló en el siglo XX.

–¿Qué músicos nuevos sí le gustan?
–Daland Gutiérrez y La Armada Cósmica es por lejos lo que más me entusiasma de lo que escuché en los últimos años. Desde que arrancó, me copa la banda El mató a un policía motorizado. Los pibes que rapean en las plazas. Rosal, que ya es casi un clásico. Indios, Militantes del Clímax, Ok Pirámides… Si no agrego otros grupos es porque no los conozco. Debe haber miles en sus casas haciendo músicas hermosas y contando sus barrios.

Con su pareja, la actriz
Con su pareja, la actriz María Eugenia Martínez Kolodziej

–Allá por 2002, cuando usted no había arribado ni a los 40, el entonces presidente Eduardo Duhalde comentó que la Argentina era un "país condenado al éxito"… 
–… Quizá debería revisar su vínculo con su futurólogo-a.

–¿Y cómo ve Fito hoy a la Argentina y a los argentinos?
–Imposible generalizar. Se está votando en democracia, y no es poca cosa. 00Claramente vemos un país dividido, que es una cuestión atávica histórica en cualquier parte del mundo. No nació quien nos lo pueda explicar en grandes rasgos… A los terrícolas, digo.

–Cierra el librito del compacto acercando un plano de su cabeza inmersa en un simpático afro y mencionando tres palabras: sexo, moda y política. ¿Qué lugar ocupan ellas en la contemporaneidad de Rodolfo Páez Avalos?
–El sexo es todo. La política es donde se inserta ese todo, y la moda el ratito en que lo hace.

Por Leo Ibañez

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