"La fe mueve montañas", afirma la Biblia. Y cuando la medicina no da respuestas, lo único que queda es confiar en una fuerza superior. Quizá por eso, Adabel Guerrero (38) se postró delante de la Virgen de San Nicolás y se mojó con agua bendita; cumplió con el ritual de atarse en la cintura las cintas de las monjas carmelitas de Salta; y hasta le escribió una carta a una viejita milagrosa, para que incluyera en sus plegarias su deseo de quedar embarazada.
"Fueron cinco años de búsqueda", sintetiza en el lobby del Eleton Resort, de Villa Carlos Paz. Y sigue: "Al principio lo hacíamos más relajados. No nos fijábamos tanto en las fechas y, si me contrataban para hacer temporada, entre noviembre y febrero hacíamos una pausa. Pero cuando pasaron tres años y no quedaba, decidimos consultar con un especialista. Martín (Lamela, 43, empresario) no estaba de acuerdo. Como nos pegó mal estar tanto tiempo buscando –de hecho, tuvimos una crisis y nos separamos cinco meses– él pensaba que iba a ser peor".
–¿Tenía razón?
–Más o menos. Me sirvió para bajar la ansiedad porque, a medida que me hacían estudios, sentía que me estaba ocupando del tema. Me calmé, hasta cierto punto. Después de tantas visitas al médico, llega un momento en que te preguntás: "Si está todo bien, ¿qué pasa que no quedo?". Así que empecé a gestionar la autorización para hacerme una inseminación artificial de alta complejidad. Sentía que, por mi edad, no podía perder más tiempo.
Sacando cuentas, creemos que fue cerca del 18, el día de mi cumpleaños
–¿Demoraron mucho los trámites para comenzar el tratamiento?
–Los iniciamos en junio y los aprobaron al mes siguiente. ¡Increíble! Pero, ¿qué pasó? Me agarró en pleno estreno de Sherlock, una comedia de Pepe Cibrián, donde era protagonista. Tuve que posponerlo hasta noviembre. Fijate cómo son las cosas, que en julio quedé embarazada de manera natural. Sacando cuentas, creemos que fue cerca del 18, el día de mi cumpleaños. Estoy segura de que fue mi regalo, el más hermoso de la vida. Un milagro.
–¿Cómo te diste cuenta de que habías quedado embarazada?
–El que lleva las cuentas en casa –de todo tipo– es Martín. Fue él quien empezó a decirme: "Tenés un día de atraso". Yo pensaba: "No entiende nada". Pasaron dos o tres días y volvió a insistirme para que me hiciera un test de embarazo. Yo no quería saber nada: estaba cansada de que dieran negativo. Al final, me lo terminé haciendo y aparecieron las dos rayitas. No podíamos creerlo. Nos miramos. Nos abrazamos. Lloramos. Al día siguiente fuimos al médico: me hizo un análisis de sangre y ahí lo confirmamos.
Tengo fecha para el 15 de abril.
–Martín es padre de tres varones (Juan Cruz –18–, Thiago –14– y Valentino –10–) y va a debutar como papá de una nena. ¿Será un "cuida"?
–Lo quiero ver cuando tenga a la beba en brazos (risas). En un punto, yo deseaba que fuera mujer, para darle algo diferente. El está feliz. No sabe lo que le espera y eso me encanta.
Por Flor Illbele.
Fotos: Fabián Uset.
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