"Estaba resignada a que este verano volvía a la playa envuelta en una carpa de circo, pero por suerte la genética apareció en escena, hizo lo suyo y aquí estoy… ¡Mi recuperación fue asombrosa!", asegura Gabriela Sari (36) desde las playas esteñas, donde pasó las primeras vacaciones con su hija Donna (cuatro meses), junto a Darian "Rulo" Schijman (35), hospedados en el hotel Enjoy Punta del Este.
"No sabíamos cómo iba a ser el verano con la beba, pero ya los primeros días nos dimos cuenta de que con ciertos cuidados podíamos hacer de todo. Cuando vamos a la playa es siempre por la tarde. Ella se queda debajo de la sombrilla y al atardecer hacemos caminatas por la orilla", revela la actriz, dueña de una increíble figura tras dar a luz a su primogénita por cesárea, el 17 de septiembre en el Sanatorio de los Arcos.
–Tu cuerpo ya no tiene rastros del embarazo. ¿Cómo hiciste para recuperarte tan rápido?
–Aumenté sólo diez u once kilos; entonces, me resultó muy sencillo volver a mi peso. Me sirvió muchísimo usar una faja los primeros cuarenta días, para contener y ayudar al cuerpo a que todo vuelva a su lugar. Además, al mes volví a hacer gimnasia en Iobella. Me lo tomé con calma, entrenando sólo dos veces por semana durante cuarenta minutos. Abdominales no volví a hacer: sólo isométricos. ¡Ya quiero que pase el tiempo, para volver a entrenar fuerte! En dos meses, cuando Donna tenga seis, empiezo a full.
–Imagino que no sos de las que aprovechan el embarazo para comer sin culpa… ¿O tuviste algún antojo goloso?
–Nunca hice una dieta, pero llevo una alimentación sana y tomo mucha agua. No me dieron ganas de comer cosas que habitualmente no consumo. Mis antojos pasaban más por las frutas y las verduras. Me la pasé comiendo mandarinas y frutas jugosas, porque estaba muy sedienta. Me gusta comer sano, porque además de hacerte bien a vos, le hacés bien al bebé.
–¿Cómo te describirías en el rol de mamá?
–Soy muy amorosa y cuidadosa. ¡Mimar a Donna es mi nuevo hobby! Veo cómo va creciendo y evolucionando y me maravillo. Pensar que crece alimentándose de mí es algo que no deja de sorprenderme. Agradezco a la Naturaleza que así sea. Todas las mañanas, cuando se despierta, nos miramos y me regala una sonrisa tan grande que casi no entra en su carita. La beba tiene muy buen humor. Nos retroalimentamos en el amor.
–¿Te da culpa volver a trabajar?
–No soy una mujer que viva con culpa. Y, por supuesto, tampoco la maternidad. En los próximos días tengo que grabar unos capítulos para el próximo unitario de Endemol (Rizoma Suites), así que voy a retomar de a poco. Cuando me voy de casa dejo mi leche y el padre le da la mamadera. Nos turnamos. En 2018 Darian continuará conduciendo Plan TV (eltrece) y en radio, Enrulate (Late 93.1).
–¿Y cómo es en su rol de papá?
–Un padre divino, activo y que cambia pañales. Somos un equipo en función de nuestra pequeña.
–¿A quién se parece?
–Es una mezcla perfecta de los dos. Cuando sonríe, por momentos veo la cara de su papá, y me derrito. Pero sacó mis cejas… ¡y me encanta! Espero que no quiera cortárselas, como hice yo a mis seis, porque deseaba ser como todas las demás.
–¿Cómo repercutió Donna en la intimidad de la pareja?
–Todo cambia con la llegada de un hijo, pero con Darian somos como imanes y siempre terminamos uniéndonos. Ser padres nos mejoró como individuos. El amor de un hijo te completa y te llena de una felicidad inexplicable. Te hace sentir súper poderosa, ¡invencible! Nos colgamos mirándola, nos hipnotiza.
–¿Hacen colecho?
–Donna duerme en su cuna, en nuestro cuarto, de mi lado de la cama. Tal vez se despierta una vez para tomar la teta, pero generalmente descansa toda la noche. Muchos me dicen que no lo cuente, porque se me va a cortar la racha. Ja, ja, ja… No me importa, y tampoco lo creo. Prefiero decir la verdad.
–¿Te imaginás con más hijos?
–Con Darian concretamos el deseo de tener una hija, y estamos disfrutando de Donna al máximo. Es tan fuerte este presente que no hay mucho lugar para pensamientos a futuro. A veces la vida misma se encarga de eso, ¿no?
Por Maru Cociffi
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