Las nenas con las nenas. Los nenes con los nenes. Así, como cantaban Las Primas, se planteó el arranque de temporada de la familia Brieva-Anchipi. Porque mientras el jefe del clan, Dady Brieva, de impecables sesenta años, se instaló en Mar del Plata para debutar con la versión estival de Midachi Kindon, su esposa, la bailarina Mariela Anchipi (40), se quedó en Buenos Aires para debutar en Chantecler Tango. Lo simpático del asunto no son la distancia ni los compromisos laborales, sino cómo se organizaron para sobrevivir al verano separados.
Felipe (7), el hijo mayor de la pareja –Dady tiene además a Bruno (27) y Franco (25)–, llegó a MDQ con su papá, para acompañarlo en la aventura teatral del trío que cuenta más de treinta años sobre el escenario.
En cambio Rosario (4), la más chiquita, siguió con su mamá en Buenos Aires, para alegrarle los días de distancia marital. La bailarina –enamoró al humorista cuando compartían el Bailando 2006– debutó como reemplazante de Mora Godoy en su show tanguero. Y los tres días libres que tuvo resultaron el momento perfecto para subirse con su hija a un avión y pasar el fin de semana con Dady. ¡Felices los cuatro!
Por Ana van Gelderen
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