Miriam Lanzoni: "Si no meditara, la vorágine me llevaría puesta"

Llegó a Villa Carlos Paz el miércoles 20 de diciembre con varias valijas de ropa, el equipo de mate y su inseparable y adorado perrito, al que bautizó Chocolino ("es mi compañero incondicional; desde cachorro va y viene conmigo a todos lados, incluso al teatro"). Su fecha de regreso está estipulada para el 4 de marzo.

En el medio la aguardan dos meses de intenso trabajo: de martes a domingo a las 22 hará reír al público con la comedia Como el culo, en el teatro Candilejas, junto a Gustavo y Tamara Garzón, Víctor Laplace, Pablo Rago, Alejandro Paker, Gonzalo Urtizberea y Fabián Rendo. "Soy la protagonista femenina. Es un honor que un productor como Javier Faroni me haya dado esta oportunidad, una gran apuesta profesional para mí", explica Miriam Lanzoni (37). La obra, dirigida por Manuel González Gil, se estrenó el 22 de diciembre. "Fuimos uno de los primeros elencos en debutar. La sala estaba llena y, al finalizar, el público nos aplaudió de pie. Fue muy emotivo", asegura la actriz.

AQUI Y AHORA. Aunque éste es su tercer verano consecutivo haciendo temporada en la Villa, lo que le exige alejarse de su casa, su familia y sus afectos, procura mantener sus rutinas, entre ellas la de meditar cada mañana. "Es una práctica sagrada. No importa qué tan tarde me haya acostado. Pongo el despertador, me levanto, medito y vuelvo a la cama. Lo hago por una cuestión de salud mental. Me gusta hacerme un rato para conectar con mis sentimientos, mis necesidades y mi alrededor. De lo contrario, la vorágine me llevaría puesta", entiende. Pero eso no es todo.

Por las tardes sale a correr por las sierras y practica barregym. "Es una técnica estadounidense, que combina posturas de baile y yoga con oxigenación. Trabaja sobre la laxitud del cuerpo y los músculos. Es muy orgánica", informa. Amante del deporte y el agua, Lanzoni agrega: "Más adelante voy a aprovechar para hacer wakeboard en el lago. Está bueno entrenar antes de ir al teatro, porque quedo bien energizada para la función. Como el culo es una obra recontra exigente: saltamos, vamos, venimos, se caen las escenografías… Hay que estar en buen estado físico", asegura. ¿Si le obsesiona su imagen? "Para nada. Me alimento sano, pero también me doy mis gustos. En Navidad, por ejemplo, brindé con champagne y comí helado. En líneas generales, no me privo de nada", afirma.

QUE TODO FLUYA Y NADA INFLUYA. "Estoy atravesando un gran momento, de mucho amor", sintetiza Miriam en referencia al romance que mantiene con el empresario Christian Halbinger (35, separado y padre de dos hijos), que comenzó hace un año en la disco Tequila. "Me gusta porque es un hombre divertido, inteligente y bien plantado, que cuida mucho los detalles. No me refiero a que me regale flores o bombones, sino a que todo el tiempo se preocupa por conocerme y saber cómo estoy", le revelaba en noviembre a GENTE la ex de Alejandro Fantino. ¿Planes de convivencia? "Por el momento, no. Quisiera que las cosas se vayan dando sin forzar absolutamente nada", dice.

Mientras define si va a pasar Año Nuevo en Córdoba o viajará a Punta del Este para reencontrarse con su enamorado ("Navidad lo pasamos separados"), Miriam reflexiona acerca del amor a distancia, que deberá atravesar durante los próximos dos meses: "Hace que todo sea un poquito más cuesta arriba. Hay sentimientos para los que las palabras no alcanzan y sólo pueden expresarse con un abrazo, un beso o una caricia. De cualquier forma, extrañar está bueno. Por otro lado, es lo que nos tocó. Instalarme acá es parte de mi laburo y lo que yo elegí. Además, él también trabaja y tiene su vida en Buenos Aires", señala antes de hacer una pausa para revisar el celular, sonreír y cerrar: "(Chris) no vino a visitarme aún, pero calculo que lo hará en estos días. Igual, no quiero dar muchos detalles. El tiene un perfil muy bajo y preferimos evitar la exposición".

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