La pareja que gana el Bailando 2017…", comenzó a decir Marcelo Tinelli (57) a la 1:12 del martes 19 de diciembre, y Flor Vigna (23) levantó la cabeza hacia el cielo con los ojos bien cerrados. Durante 1'40" permaneció inmóvil, mientras millones de espectadores la veían a través de la pantalla.
¿Qué pasaba por su mente? "Trataba de pensar en todo lo lindo que me sucedió en el año, en el tape hermoso que mostraron en el programa, en lo que me costó llegar ahí y en cada teléfono que ganamos… Con todo eso me armaba una película. A la vez, por dentro, repetía: 'Gonza y Flor, Gonza y Flor'", cuenta la ganadora.
Sostiene que cree firmemente en la Ley de la Atracción y que nunca faltó a sus cábalas: "Me comía un gajito de limón antes de bailar y lo pateaba con la pierna derecha para embocarlo en el tacho de basura. Además, usaba la camiseta del sueño (del Club Atlético Independiente, de El Piquete, Jujuy), que tiene una energía particular".
Por supuesto, la acompañaron su talento, su carisma y sus fanáticos. Refiriéndose a ellos, la geminiana dice: "Sé que va a sonar cursi, pero creo que este bicampeonato es el resultado del poder de las y los vignistas. ¡Son increíbles!".
–¿Celebraste el título con ellos?
–Sí. Esa noche me quedé en la calle hasta casi las cuatro de la mañana, con la tribuna que me esperó con banderas, globos, bombos, micrófonos y parlantes. Por suerte, los vecinos fueron re buena onda, porque la final del Bailando tiene eso medio del Mundial y la gente se copa. Sin dudas, ese día va a quedar para la historia, porque fue inolvidable.
–Tanto, que pasan los días y la sensación debe ser la misma. ¿Qué se siente ser bicampeona?
–¡Que es una locura!
–¿Por qué?
–Porque para entrar hice una campaña en la que me ayudó la gente. Fue una juntada en la Plaza Houssay, en febrero de 2016, donde hicimos un flashmob con un montón de personas al ritmo de Fiesta Reggaeton. Poco después se me abrió la oportunidad de ser bailarina. Tuve la suerte de que me tocara un re compañero como Pedro Alfonso, que me dio un lugar y fui creciendo. Pero jamás se apostó a mí como figura. Nunca se dijo: "Sí, Flor tiene lo necesario". Calculo que al no ser confrontativa y no responder al quilombo, no me creían capaz de llevar ese peso. Pero, a medida que fue pasando este año, que Pepe tuvo que irse a Las Estrellas y que Agus (Casanova, su segundo acompañante y líder de Márama) no se sintió muy cómodo, pensaron descalificar a la pareja llegando al final.
–¡Y vos ya habías participado casi todo el año! ¿Qué hiciste?
–Les mandé un mensajito a Chato y a Hoppe, diciéndoles que me gustaría seguir, por el sueño y por el compromiso, y para dejar en claro que yo no había renunciado. Ahí es que ellos me volvieron a dar la oportunidad, ¡y volvimos! Y a los dos meses se dio el bicampeonato.
–¿Ahora cambia todo?
–Siento que es verdad una frase que tanto me decía mi madre: "Todo a su tiempo". Porque creo que se dio en el momento necesario. Yo antes había hecho varios castings para ser bailarina, pero quizá no estaba preparada mentalmente, porque es un programa que necesita mucha personalidad. El primer año me la pasé llorando, y el segundo definí que tenía que ser fuerte.
–En pocos días se viene tu debut como actriz en un canal de aire. ¿Qué se siente?
–¡Está muy bueno! Yo había hecho teatro under y de extra muchas veces, pero nunca había conseguido un buen bolo… Era la que comía pochoclo y después recortaban porque el plano estaba muy abierto (ríe). Está buenísimo lo que me está pasando, porque Simona es espectacular. Tengo un director que es lo más y un elenco muy lindo, cero prejuicioso. Todos son súper copados y no paran de ayudarme.
–¿Cómo es tu personaje?
–Genial, porque me deja demostrar todo lo que estudié durante tanto tiempo. No tiene nada que ver conmigo ni con lo que juego a hacer en ShowMatch, que me pongo las pestañas postizas, el push up, el pelo, y trato de hacerme la linda. Trini –así se llama– es un aparato total. Le va recontra mal en el amor, es torpe, anticuada y mal vestida. Es un personaje con mucha comedia y eso me permite jugar y divertirme mucho.
–¿Es difícil decidir cómo sigue tu carrera?
–¡Re! Es recontra cierto que las carreras se hacen diciendo que no. Me pasó que tuve que decidir entre Simona y la temporada en Carlos Paz… También debí decirle que no a Por una moneda, con El Pollo (Alvarez) y Pico (Mónaco). ¡Y todas las propuestas me encantaban! Pero a veces no se puede todo… Igual, con cada oportunidad me brillan los ojitos, porque no es que siempre tuve un montón de propuestas. A veces no tenía laburo y agarraba cualquier changa. Por suerte, el año que viene nos toca defender el título en el Bailando, Simona tiene planes para largo, y en ESPN y en eltrece está la oferta de seguir con la conducción. Entonces voy a ver qué hago, porque soy muy consciente de que debo meterle mucho para hacer una carrera bien sólida.
–Antes de despedirnos, una consulta: hace un ratito posaste con un cartel que decía "Wild". ¿Sos una chica salvaje?
–¡Qué pregunta! (se ríe). A nivel mujer, no. Soy bastante noviera, sensible, dulce… Pero si soy salvaje, es de bruta. Hay algo de estar todo el tiempo linda y con ropa pegada, que después me dan ganas de ponerme una camiseta de Nico o algo bien suelto. Es clave poder comer un sándwich y mancharme tranquila. En mi vida necesito un mix: esa chance de poder ser sexy, y también el aire para ser cachivache.
Por Kari Araujo
Producción: Mica Faiman.
Make up y pelo: Agus Pallavicini.
Agradecimientos: Wild Like Me, Ailyke Bikinis, Love Lola Accesorios y Aloud.
LEA MÁS:
"Quiso estar encendida", la técnica que usó China Suárez para cambiar su look