Nico Vázquez reveló: "Gimena y yo estuvimos separados y nadie se enteró"

El protagonista de Una semana nada más (El Nacional) lleva con Accardi, diez años de "amor único, sin prejuicios ni reglas". Sin embargo, en su última charla íntima con GENTE, da cuentas de un episodio que marcó su relación para siempre. Secretos de un matrimonio casi utópico.

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Llevan juntos una década de
Llevan juntos una década de amor, se casaron en 2013

Intimo y reflexivo, Nico Vázquez (41) abrió su corazón en exclusiva para GENTE. Entre otras confesiones, el hombre detrás del suceso teatral de Una semana nada más (El Nacional), reveló no solo las claves de su relación con Gimena Accardi (33) –que este año celebra una década de "amor único, sin reglas ni prejuicios"– sino que además contó "estuvimos separados y nadie se enteró". 

Al ser consultado sobre si diez años de amor, hoy en día, es una utopía, Nico respondió: "Imaginate la necesidad de uno hacia el otro, que mientras todos dicen ´la relación dura si te extrañás un poco´, a nosotros, eso, nos liquidó. En 2014 estuvimos separados, pero nadie se enteró. Durante el día yo grababa Mis amigos de siempre (eltrece) y por la noche protagonizaba Stravaganza Tango, y ella, Dos pícaros sinergüenzas. Ese vernos poco y el despegue de energías nos provocó fricciones. Cuando comenzaron las peleas dijimos: ´A ver, tomemos un tiempo para ver que sentimos´. Y nos separamos durante diez días. No nos gustó nada y pudimos dar las cartas otra vez. Funcionamos juntos"

¿Es demasiado ñoño creer en el destino? "Entonces seré el más cursi de los ñoños", dice Vázquez. "Existen las energías que se buscan, las almas gemelas, y el amor eterno. Nuestro amor está tejido por tres claves", anuncia.

1. "No tenemos reglas".

2. "Jamás contamos los años que llevamos juntos: intentamos renovarnos mirando hacia adelante".

3. "Dejamos de planificar y atarnos a plazos: ahora visualizamos, ´algún día, con vos, me gustaría…´, sin obsesión, disfrutando el ahora uno abrazado al otro. Hoy más que nunca, dejo lugar a la sorpresa. Y claro que la prueba mayor fue la superación del dolor. La vida nos dio piñas, de lleno en el centro de la cara. Cuando estábamos reponiéndonos de la pérdida del bebé (en 2013, Gime estaba embarazada tres meses y una semana), pasó lo de Santi. Y a pesar de todo, siempre volvemos a elegirnos. Día tras día. Hace muy poco pude volver a poner en palabras la frase "Soy feliz". Porque soy feliz, otra vez. Y no es poca cosa".

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