Ramiro Bueno y Rodrigo Romero: parecidos y diferencias entre el hijo de El Potro y el actor que lo encarna

Hermanados por la película de Lorena Muñoz -El Potro, lo mejor del amor- tienen más de una conexión que los une. "Más que el parecido a mi papá, me importaba que quien lo encarnara fuera buen tipo”, confía el hijo de del último mito que dio la música nacional

Guardar
Rodrigo, que casualmente tiene el mismo nombre de El Potro, y Ramiro, posando para la producción.
Rodrigo, que casualmente tiene el mismo nombre de El Potro, y Ramiro, posando para la producción.

Aunque parecen dos personas muy distintas Rodrigo Romero y Ramiro Bueno, existe una conexión que los une, incluso desde antes de conocerse. Es que, de maneras diferentes, el cuartetero que rompió el cascarón de Córdoba para triunfar en la Capital Federal y en todo el país marcó sus historias.

Sí, Rodrigo Bueno cambió sus vidas: A Ramiro, por ser hijo del último mito que dio la música nacional y por caminar con esa mochila desde que nació. Y a Rodrigo, por el tremendo parecido que lo acompañó toda su vida y porque su madre le pasó el fanatismo.

“Todos los excesos que vivió mi viejo en su vida son vox populi. La película lo refleja; esconderlo sería no mostrar la realidad. Ese era mi viejo y yo le agradezco todo” (Ramiro)
“Todos los excesos que vivió mi viejo en su vida son vox populi. La película lo refleja; esconderlo sería no mostrar la realidad. Ese era mi viejo y yo le agradezco todo” (Ramiro)

Rodrigo Romero nació en Río Cuarto, Córdoba, hace 29 años. Ramiro Bueno en la Capital Federal, hace 21. Rodrigo es morocho, tiene la piel curtida, hizo la primaria en el Bartolomé Mitre de Río Cuarto y abandonó el IPEM 79 en primer año "porque me corrieron al diablo, era tremendo". A partir de ahí, un polirrubro: fue verdulero, albañil, plomero, pintor y hasta se animó a la venta de autos.

Ramiro, en cambio, tiene tez clara, piercing en la nariz y pinta de millennial (de hecho lo es); hizo la primaria en la Argentina School, la secundaria en San Pablo Apóstol y se recibió de periodista en el ISEC.

Por Julián Zocchi.
Fotos: Christian Beliera y Archivo Atlántida.

SEGUÍ LEYENDO:

Guardar