Basta retroceder y desgrabar los 23,5 megabytes –o 49,2 minutos– de entrevista para que inmediatamente el periodista compruebe dos situaciones paralelas.
Una, relevante desde lo informativo, ya que entre otros aspectos los entrevistados irán revelando una relación hasta ahora desconocida entre ellos.
La otra, profesionalmente frustrante, porque no era necesario prepararles un cuestionario de 53 preguntas: Lorenzo Ferro ("llamame Toto, nomás"), Ricardo Mario Darín ("a mí, Chino") y Juan Pedro Lanzani ("Peter, para todos") las contestarán casi sin necesidad de formulárselas. A las pruebas – play recording– nos remitimos.
Peter: Henos aquí juntos, ¡de nuevo!
Chino: La banda de 3 leches otra vez reunida.
Toto: Aclaremos a los lectores que es el grupo que formamos por WhatsApp. Nació como Los turros. Luego se rebautizó.
P: Igual, admitamos que nos habíamos cruzado en la vida bastante antes. Toto, por ejemplo, a mí me conoció en bolas.
T: Compartía con mi papá, en teatro, la obra Equus (2015/6). Un día me llevó a verla y, cierto, ahí el tipo aparecía desnudo. ¿Y ustedes?
Ch: Con Peter nos habíamos encontrado en un premio, alguna fiesta.
P: La primera vez vos me gritaste: "¡Alejandro Puccio!". Me di vuelta y nos pegamos un abrazo de Alejandros Puccio, ya que el Chino lo personificó en la serie Historia de un clan, y yo en la película El Clan. Al margen de aquella anécdota, nosotros tres nos terminamos de conocer bien durante los ensayos.
T: Nos recuerdo sentados en un auto, y a los cinco segundos transformados en hampones. Puedo admitir que ésos fueron los días más divertidos.
Ch: Ahí afianzamos la relación entre los personajes y una amistad más allá de la actuación.
P: El humor también nos unió un toco.
–Comparten profesión, WhatsApp, ojos castaños (los del Chino con un toque verdoso) y desenfado, un estilo llano de humor y, observamos ahora, hasta los cigarrillos.
Ch: El pucho te permite relajar cuando estás en buena compañía.
T: Fumar se transformó en una especie de ritual entre compañeros de set.
Ch: No siempre se da, pero…
P: … en este caso sí: El Angel nos convirtió en buenos amigos. Quizá no es tan convencional, porque tampoco nos vemos a diario.
T: Pero cuando lo hacemos, pareciera que pasó apenas un día.
Los tres: ¡Qué emoción! (se abrazan a pura carcajada).
Por Leonardo Ibáñez.
SEGUÍ LEYENDO:
Osvaldo Laport cuenta como anticipo la muerte de su madre, un tío y el don que tiene para dar alivio a los que sufren