Charly García: "Con esta terapia me siento Superman"

"Vi a mi amiga Moria, que está rejuvenecida y se siente espléndida, y me dieron ganas de conocerte. Quiero que seas mi médico rejuventólogo", cuenta a este periodista Charly (66) que le dijo al doctor Rubén Mühlberger (57, MN 71566) –especialista en Medicina anti aging, estética, regenerativa y genómica (personalizada)– en el primer encuentro que tuvieron en la clínica del experto en terapia ortomolecular, que estudia las reacciones que suceden en nuestro cuerpo antes de que se enfermen los órganos, con la finalidad de recuperar el equilibrio entre cuerpo y mente.

García agrega, mientras ingresa con entusiasmo para su consulta y para aplicarse los sueros rejuvenecedores que fortalecen sus órganos, sacan el estrés de su cuerpo y lo mantienen revitalizado: "Esta medicina la conocí en Europa. Me fascina. La quiero para mí. Y quiero que sea este doctor –lo señala– quien me siga manteniendo joven. ¿Sabés por qué? Porque tengo un año muy creativo y movido, con recitales y exigencias y quiero sentirme bien, con mucha energía", detalla Charly.

Las pruebas están a la vista: el astro del rock acaba de protagonizar en febrero, en el teatro Coliseo, un concierto sold out que llamó La Torre de Tesla, con 1.700 entradas agotadas a la media hora de salir a la venta sin siquiera promoción, donde además de sorprender con la vigencia de su talento, también lo hizo con su muy buena condición física.

"Estoy muy contento con lo que hago acá en la clínica. Me tratan muy bien desde que llego hasta que me voy. Me hace acordar al médico de la infancia que todos tenían en su familia… ¿You remember? El dice que soy un ser diferente y único. Yo digo que él también", expresa el ídolo entre sonrisas, durante su visita de todos los martes al consultorio.

Cuenta al respecto el doctor Mühlberger: "Desde el primer encuentro fluyó una muy buena sinergia médico-paciente. Lo sentí muy curioso con esto de no envejecer aceleradamente y mis tratamientos. Cada consulta es para escribir un libro. Si hay algo distintivo en este artista es su humildad, el respeto, la forma tan gentil de tratarnos a todos. Es un caballero íntegro, un ser interesantísimo, de mente inquieta, extremadamente observador. Dejó de lado el ser famoso y se entregó a recibir, escuchar y preguntar todo, ya que se siente fascinado con esto de detener la vejez, cuidarse, y que el reloj del tiempo no corra tan rápido. El no tiene desagrado con envejecer", explica el médico mientras García aporta: "Rubén, sólo quiero sentirme bien, con energía, poder seguir creando y creando, y no parar de sentir la música para darla a mis fans, a mi gente que me quiere ver bien siempre. Por eso estoy acá".

Como la terapia es personalizada, en las primeras citas hablaron de la infancia del rockstar, de sus afectos, de la vida en general, y Charly supo paso por paso cómo sería el tratamiento. Siempre se mostró entusiasmado y con ganas de comenzar. Recibió las indicaciones, las órdenes correspondientes para realizarse estudios, y a la semana estaba en la clínica, siempre puntual, con la rutina de estudios en la mano.

"Doctor, quiero empezar hoy, je", exclamó entonces. Los análisis indicaban parámetros normales de salud para iniciar la terapia. Charly ya no tomaba medicamentos, porque le hacían mal al estómago: los había dejado hacía meses. Estaba listo para empezar un nuevo ciclo saludable. "Los médicos del futuro no van a recetar medicamentos: van a curar previniendo las enfermedades", resume el doctor hoy mientras lo abraza.

Genio y figura, en aquella primera consulta García entró con su teclado en los brazos, acompañado por Tato y Javi, sus fieles y queridos asistentes. Dijeron que cada vez que llegó a la clínica fue una fiesta. Lo estamos comprobando ahora que lo acompañamos para la nota. Desde que llega y hasta que se va, se cansa de recibir y transmitir afecto, siempre con una sonrisa dibujada en el rostro.

–¿Cómo fue hoy la terapia?
–Un éxito. Me voy mejor de lo que vine, como me pasa siempre. Me siento súper contento. Aparte del tratamiento, Rubén me escucha: tenemos buenas charlas. Pasamos de lo real a lo fantástico. El vino al concierto del Coliseo. Por eso hablamos sobre Nikola Tesla, el verdadero inventor de la electricidad, que lo hizo para regalarla, no como Edison (Thomas), que la vendía, je.

–¿Vas logrando buenos resultados?
–Sí, llego feliz. Me siento con energía, con ganas de volver… Todos me tratan bien. Con esta terapia me siento Superman. Me acuerdo de cuando pasé por situaciones o internaciones feas, donde el trato no era el mejor. Esto es todo lo contrario: estoy esperando que llegue el día para venir. Tengo consulta una vez por semana, con atención personalizada del doctor, je.

–Me comentaron que tenés agenda cargada.
–Sí, la idea es hacer algunas presentaciones más, como la de La Torre de Tesla, que fue espectacular; a todos les encantó. Mis músicos estuvieron geniales. Y yo me sentí muy bien. Quería seguir.
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"Charly también recibió muy bien el tratamiento. Se ve la evolución semana a semana. En un año disfrutará de un bienestar distinto en cuerpo y mente, porque es híper creativo. Le apasiona conversar de filosofía espiritual, por ejemplo, y de música ni hablar", cuenta Mühlberger.

–¿Cómo te llevás con las indicaciones que te dan?
–Bien. Trato de cumplir. No falté nunca. No tomo más gaseosa. Como bien. En casa hago kinesiología: me sirve, y mucho. De acá salgo fortalecido. Es un sabio este doctor. Yo también le aporto lo mío, no te creas, je.

–Se te ve sonreír permanentemente.
–Siempre fui divertido. No estaba acostumbrado a que me atiendan tan bien en un lugar donde hay tanta gente con delantales, je. Como te conté, en el pasado lo padecí. No me gustaba ver a los médicos. En cambio, ahora el doctor me dice que no soy su paciente, sino su invitado. Me recibe y me hace reír. Yo también lo entretengo: le digo que vengo a la fuente de la juventud. Tiene una acá donde está el Buda. Me gusta el Buda, porque soy multirreligioso.

–¿Sentís que hay un nuevo Charly?
–No sé si nuevo. Ahora soy un Charly biomolecular, con más energía que la que tenía, que era mucha, eh. Tanta energía como la de mi último show, La Torre de Tesla… Fue increíble. Lo disfruté mucho, y creo que se notó. De acá a fin de año quiero hacer más. Porque mi música, como el tratamiento del doctor, también me carga de energía.

Por Miguel Braillard.

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