En la intimidad, cada una tiene su propio apodo familiar: María Eugenia es Coca, María Laura es Lula y María Emilia, Mila. Y de esta manera se tratan las Trillizas de Oro (57), apenas reunidas para la producción de GENTE, y con una testigo privilegiada: mamá Paulina.
"Este año cumplimos medio siglo de nuestro debut. Fue en Sábados circulares, con Pipo Mancera", cuenta María Laura. Agrega María Eugenia: "Todo empezó como un juego, porque un amigo de la familia nos vio en la casa de nuestros abuelos tocando la guitarra y cantando unos villancicos, y quiso llevarnos a la tele. Nuestros padres no querían que pasáramos papelones y se negaron".
Y remata María Emilia: "Pero insistimos tanto que nuestro tío Lalo nos dio el gusto. Parece que nuestra aparición anduvo bastante bien, porque Pipo convenció a nuestros padres de ir al programa dos veces al mes. A los sesenta días estábamos grabando un disco de Navidad con Ben Molar, y no paramos más… Bueno, hasta que decidimos dedicarnos a nuestras familias. Porque era difícil acompañar a maridos polistas, criar hijos y hacer tele. Pero ahora…", la dejan picando las tres.
–¿Ahora…?
–Somos tres abuelas que volvemos renovadas y muy millennials.
–Regresan luego de varias décadas, con matrimonios que superan los treinta años. ¿Cómo hicieron para conservar tan unido al clan?
Emilia: Mantener a la familia unida es un trabajo. Tampoco es que nos movemos para todos lados juntas. Cada una tiene su independencia.
Eugenia: Yo ahora me mudé a la Capital, mientras que ellas viven acá, en Pilar, pero siempre estamos conectadas. Tenemos un chat nuestro, otro con nuestros hijos y hasta un tercero con todas las mujeres de la familia.
Laura: Las tres sabemos que, si nos necesitamos, estamos al instante. Somos más que hermanas. Siempre nos sentimos acompañadas y compartimos todo. Nunca hubo envidia ni celos entre nosotras.
Eu: Cuando hay amor de por medio, se superan un montón de cosas. Aparte, convengamos, tuvimos en la vida una pizca de suerte.
L: El amor de los tuyos siempre está. Eso no significa que todo sea un lecho de rosas. ¿Sabés las veces que me divorcié de mi marido sin pasar por el Registro Civil? Pasa que eso es parte del matrimonio.
Em: El matrimonio y la familia son una negociación constante, pero con amor en la base todo se soluciona.
–¿Las tres son tan parecidas como se supone?
Em: Aunque todos nos ven iguales, somos bien diferentes. Lo único que tenemos en común es ser mujeres de polistas y abuelas. Nuestros padres y nosotras éramos los únicos que jamás nos confundíamos con quién era quién, pero siempre fuimos muy distintas. María Laura es la más pensante, la de los consejos.
L: María Eugenia es la más difícil de convencer. Siempre está a la defensiva, y es a la que no le gusta demasiado exponerse en eventos sociales. Por ejemplo, ella fue la que decidió que no sigamos haciendo ficción tras María, María y María (1980).
Eu: El otro día acompañé a mi hija Laura a su último día de filmación de Golpe al corazón (Telefe), y no podía entender cómo estuvo ocho meses metida ahí. Ellas se creen que soy la más vaga, pero no es así… Igual, la más "trilliza de oro" de las tres es María Emilia… Bien pizpireta, le gustan mucho las cámaras.
–¿Ustedes dejaron sus carreras para seguir a sus maridos? ¿Eugenia a Horacio Laprida, Laura a Ernesto Trotz y Emilia a Clemente Zavaleta?
Em: No, yo apenas me casé me fui a trabajar a Venezuela, y después –sin saber que estaba embarazada– también viajé a Tokio. Luego criamos a nuestros hijos siguiendo las temporadas entre Palm Beach, Europa y Argentina, donde gracias a Dios ahora vivimos las tres.
Eu: Apostamos a nuestro país. Además, ahora que somos abuelas, nos gusta malcriar y estar cerca de nuestros nietos. Pero sí, vivir en el exterior no fue fácil. Uno escucha fantasías de la gente que se quiere ir, pero cuando estás afuera extrañás un montón.
L: Yo crié a mis tres hijos viajando por todos lados… Ahora que nos instalamos de vuelta acá, ellos se fueron a vivir a España, Sudáfrica y Estados Unidos. Lo que más lamento es ver por Skype cómo crecen mis nietos. El otro día, mi hija Paulina me comentó que había alquilado un auto con CD y les iba a poner nuestros discos a mis nietos. Hay que hacer algo para estar en Spotify!
–Su alejamiento de los medios, sin embargo, no incluyó su distanciamiento total de la exposición pública: se convirtieron en Embajadoras de la Paz.
L: Fue por nuestro trabajo solidario con la fundación Prosalud, de la cual somos madrinas y directoras.
Em: Pese a que hemos hecho de todo –cine, teatro y televisión en Argentina y en el exterior y recibimos varios reconocimientos–, uno de los mejores premios fue cuando el año pasado, en la Legislatura porteña, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) nos declaró Embajadoras de la Paz.
Eu: Dicha Fundación funciona como brazo solidario del hospital Austral de Pilar. Cada año organizamos cenas benéficas y muchas cosas más, para colaborar con los casos que llegan de los nosocomios municipales.
–¿Cómo surgió la propuesta de que vuelvan a la tele?
Em: Nos llamó Fernando Prensa, que es amigo nuestro y estará en el programa Mañanas nuestras, conducido por Pato Galván por KZO. La contactaron primero a María Eugenia, que es la que siempre dice que no.
Eu: Sí (risas)… Contó la propuesta y nos pareció bueno volver a la tele después de trece años. Lo último que hicimos fue Estamos como queremos por eltrece. Es interesante estar en KZO, un canal con toda la tecnología, que también se puede ver por YouTube. Será de 10:15 a 14 horas. Vamos a tener que madrugar…
L: La propuesta es hacer un magazine aggiornado. Volver a la tele es una aventura que nos divierte… ¡Y nuestros once nietos nos van a poder ver y darnos rating!
Por Pablo Procopio
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