"A Lola la empecé a sentir en la sesión de fotos", cuenta con marcada alegría Débora D'Amato (45), la periodista deportiva y panelista de Intrusos que acaba de disfrutar diez días de vacaciones en las soleadas playas de Miami junto a su íntima amiga Pany Chama.
Tocándose su panza de casi cinco meses, rememora: "Me pateó por primera vez cuando la fotógrafa me pidió que suba a un médano. Tuve un acceso de llanto y de risa, porque fue una nena muy buscada y me generó mucha emoción sentirla. Eso sí, parece que será parte de los medios, porque justo eligió ese momento".
–¿La ves siguiendo tus pasos?
–Nah. Pero veo bebés famosos de verdad, y me parece maravilloso. Marley está todo el día con Mirko, y se ve que ambos son plenos y felices. Si el día de mañana Mirko no quiere ser conocido, bueno, le costará poco: acá todo se olvida rápido. Yo sospecho que la tendré presente en mis redes sociales, porque cuando sos feliz, lo gritás a los cuatro vientos. Y sólo vamos a ser ella y yo.
Muchas mujeres que saben de mi militancia feminista me preguntaron si tenerlo sola era una decisión, pero no
–¿Hoy estás soltera?
–Sí. De hecho, este proceso lo comencé así. Muchas mujeres que saben de mi militancia feminista me preguntaron si tenerlo sola era una decisión, pero no. Yo creo que el hombre y la mujer se necesitan en la vida. De hecho, yo no podría ser madre sin la generosidad de un señor que decidió donar. Si aparece el amor, ¡bienvenido sea!
–¿Es verdad que no elegiste ningún rasgo del donante?
–No quise, porque no me sentía capacitada para eso; lo importante era que viniera. Lo único que sé es que la Clínica IVI, en la que me hice el tratamiento, es de Valencia, España, por lo que tengo entendido que el donante sería español.
–…Como el nombre que elegiste.
–Sí, Lola es un nombre que me gustó toda la vida, porque es corto y de origen español, como mi mamá, Diana, que es madrileña y está viviendo el sueño de ser abuela a los ochenta y cuatro años.
–Tenés 45. ¿Llegaste a pensar que no ibas a ser madre?
–Creí que no iba a ser posible de manera natural cuando mis miomas (tumores benignos) comprometieron mi útero. Pero al despertar de la operación, que fue en septiembre de 2016, mi médico, Martín Anchorena –que va a ser el obstetra de Lola–, me dijo "quedate tranquila que te lo salvé", y ahí se volvió a encender la esperanza. Esperé los tiempos de cicatrización y después empecé el tratamiento. Y, el 28 de febrero de 2018, me hicieron la transferencia embrionaria, porque lo mío fue una fertilización in vitro: el embrión entró en mi cuerpo con cinco días.
Creí que no iba a ser posible de manera natural cuando mis miomas (tumores benignos) comprometieron mi útero
–¿En un comienzo pediste mellizos?
–Sí, pero mi médico, Fernando Neuspiller, me sacó volando (ríe).
ESPERANDO A LOLA. Sin antojos "gorditos" (sólo se le dio por comer frutas, yogur y queso), engordó tres kilos y medio en casi cinco meses. "Algo sorprendente, ya que juré que mi destino era comer chocolates y rodar", dice con humor la mujer que teme que su cesárea se adelante tanto que su hija –que en este momento pesa 400 gramos "y es muy inquieta"– nazca en noviembre, bajo el signo de Escorpio. Otra cosa que desea evitar es algo que le va a costar mucho: "Como madre, quisiera ser menos sobreprotectora de lo que fui con todos mis sobrinos, y que ha logrado que mis amigas me digan 'tía'".
–¿Te ves sacando tu propio libro de maternidad?
–Es una posibilidad, porque me escriben muchas mujeres de mi edad que bajaron los brazos, y eso no puede ser. Además, hay personas que me lo sugieren, por mi manera particular de vivir la maternidad. Yo no tengo drama en decir que la espera es cero dulce: lo dulce es lo que se viene.
–¿Qué valores querés transmitirle a Lola?
–El amor por el otro, por los animales, a ser justa y saber pedir perdón. Y la empatía: a mí, por mi apoyo a la ley de aborto, me achacan mucho cada vez que subo fotos de mi panza. Me dicen "ahora anda y abortalo", sin entender que no lo elijo para mí y que, de hecho, yo luché mucho para ser mamá y no me lo permitiría, pero es un tema de salud pública, y de empatía.
–Tu lado feminista es bastante fuerte. ¿Sentís que Lola lo va a heredar?
–Sí, creo que sí. Es más: cuando me enteré de que era nena me puse una remerita que dice: "Continúa el matriarcado". (ríe)
–Hiciste Deportes muchos años. ¿Por qué cambiaste de rubro y entraste en el periodismo de Espectáculos?
–Porque el medio es bastante cruel con las mujeres. También porque tuve una saturación después de veintidós años de hacer lo mismo. Hoy, en Intrusos me divierto como antes. Igual, sigo haciendo Deportes para México y España.
–¿Cómo viste al periodismo deportivo en el Mundial?
–Hubo bueno y hubo malo. A mí me generó mucha alegría ver que de doscientos veinte periodistas que viajaron, veintidós fueron mujeres. En ese sentido creo que avanzamos un poquito.
–Sos fana de Independiente. ¿Qué hacés si Lola sale de Racing?
–Mirá, esa chica nace sangre roja sí o sí. ¡No tiene opción! Tengo a mi compañero Damián Rojo, que el día que se enteró de que iba a ser mamá me preguntó si podía hacerla socia. Y un montón de fanáticos me tienen amenazada para que no le compre nada, porque ellos quieren regalarle todo.
Por Kari Araujo.
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