En la mañana del lunes 25, después de tres meses de intensa pelea, murió Geñi (34), la hija mayor de María Eugenia Fernández Rousse (58), una de las Trillizas de Oro, y Horacio Laprida (60). La joven había cumplido 34 años el 11 de junio. Era pintora y docente de Artes Plásticas y desde 2006 estaba casada con el arquitecto César Bustos, con quien tuvo dos hijos: César –le dicen Cesarito (11)– y Cala (5).
Hace dos años y medio comenzó su padecimiento, cuando le detectaron cáncer de mama. Tras una operación y con tratamiento de quimioterapia pudo salir adelante. Pero hace tres meses recibió un nuevo revés: le habían detectado tres tumores en la cabeza.
La última semana estuvo internada, acompañada por toda su familia. En las primeras horas del lunes, las Trillizas se reunieron a rezar en el hospital Alemán.
Antes del amanecer ingresaron a la habitación donde estaba internada Geñi y, tomadas de la mano, María Eugenia, María Laura y María Emilia –su madrina– le comenzaron a cantar bajito la canción de cuna Amanece, que les cantaban a sus hijas cuando eran pequeñas. "Amanece / y el día contento despierta / la mañana se asoma a su puerta / Amanece, amanece / y mi sol es un niño que crece / En la copa de un árbol aparece / Amanece, amanece…".
Segundos después de escucharlas, "Geñi partió con una sonrisa, rodeada de todo nuestro amor", como dijo su madrina.
Paulina, la mamá de las Trillizas, intentó contener a toda la familia y especialmente a sus tres nietos, Horacio, Laura y Pilar, que aún no pueden creer la muerte de su hermana.
En una historia en Instagram, Laurita Laprida agradeció el apoyo de sus seguidores con esta frase en inglés, que traducida dice así: "Llorar es una manera en la que tus ojos hablan cuando tu boca no puede explicar cuán roto está tu corazón".
Geñi pintó y dibujó desde siempre. Se formó en el St. Hilda's College, donde obtuvo el título de bachiller bilingüe. Pero su verdadera pasión fue el arte. Se formó en la Universidad del Museo Social Argentino, donde se licenció en Artes Visuales, para luego unir sus dos grandes pasiones: la pintura y los caballos.
Se casó a los 22 años con el arquitecto César Bustos. Con su marido vivieron en Dubai durante tres años por compromisos laborales de él. Ella nunca dejó de pintar el universo del polo. Criada en el entorno de ese deporte, los caballos fueron sus primeras fuentes de inspiración.
Pero la distancia se hacía difícil: Geñi extrañaba a su familia y principalmente consideraba que sus hijos debían estar cerca de los abuelos. A mediados de 2013 regresaron a Argentina, para radicarse en General Rodríguez. Con su bajo perfil se dedicó a dar clases de pintura y perfeccionarse como artista plástica. Incluso lanzó una línea de carteras con motivos de polo.
En una entrevista realizada hace varios años a las Trillizas en el programa Gracias por venir (Telefe), Geñi le pudo decir a su madre: "Mi mamá me enseñó que los valores familiares son todo. Mamá, te quiero muchísimo. Gracias por el apoyo de siempre, por todas las cosas que me pasaron y vos estuviste siempre ahí, muy firme. Te quiero mucho, y a mis tías también". Siempre repetía esas palabras. Y así partió Geñi: rodeada de amor y con el canto más dulce.
Por Pablo Procopio.
Fotos: Archivo Atlántida e Instagram.
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