Mónica María Cristina Rímolo (55) yacía inmóvil en su cama de la vivienda que habitaba junto a su esposo, el doctor Juan Gaineddu –ex abogado de Silvio Soldán–, mientras el médico legista, acompañado por policías a cargo del oficial principal Llendro, de la Delegación San Isidro, redactaba su informe con paciencia, en tanto se llevaba a cabo la pertinente orden de allanamiento y detención.
Eran las 16:30 horas del viernes 8 de noviembre, y el galeno escribía: "Al momento del examen se encuentra somnolienta, desorientada en tiempo y en espacio. Presenta una escoriación de antigua data en pierna derecha y una lesión ulcerativa en el pezón de la mama izquierda. También una guía con suero en su brazo izquierdo y se observa mal estado general, por lo que se sugiere su traslado a centro médico asistencial para la realización de los estudios complementarios, con evaluación de especialistas. Deberá ser realizado en una ambulancia de terapia intensiva con médico acompañante.
Presenta un certificado de discapacidad con diagnóstico de estrés postraumático, trastorno depresivo recurrente, episodio depresivo grave sin síntomas psicóticos (con fecha de validez hasta el 26/04/2020). Se encuentra presente durante el examen médico el Dr. Roberto Abalo (MN 36547), médico psiquiatra de cabecera, quien diagnostica trastorno de estrés postraumático y subsecuente cuadro depresivo mayor, con riesgo de desarrollar un cuadro psicótico, por lo cual está medicada con neurolépticos mayores (Risperidona, Nazinan y Haloperidol). Asimismo dice que presenta hipertensión arterial, diabetes tipo II y hemosiderosis. Es medicada con Liotem 10 miligramos, Nexformina 850 y Control K. Sugiero realizar una evaluación psiquiátrica por el Cuerpo Médico Forense de la Nación. Firmado: Dr. Guillermo de Luca, médico legista".
Finalizado el acto, Rímolo fue llevada al sanatorio Otamendi, donde se le practicaron una serie de estudios que aún evaluaban los profesionales legistas al cierre de esta edición, para determinar si es trasladada o no a una Unidad Penitenciaria, por su aparente delicado estado de salud.
EL PRINCIPIO DEL FIN. Dieciséis años atrás, precisamente hasta el miércoles 10 de octubre de 2001, Giselle Rímolo (en su DNI Mónica María Cristina Rímolo) vivía una vida de película. En pareja con el conductor Silvio Soldán, aprovechaba la exposición mediática de éste para aumentar la clientela del instituto de estética corporal CIDENE, que dirigía haciendo las veces de médica, cuando no tenía un título que la habilitara.
Aquel día, una cámara oculta del programa Telenoche Investiga (Canal 13) la exponía en su máxima expresión con un paciente: "Tenés celulitis, poca, pero hay de primero y segundo grado". Otro caso: "Padecés celulitis de segundo y tercer grado. ¿Dónde? Abdomen, flotadores y cadera. También tenés muy mala circulación, lo vi por tu iris y lo corroboré viendo tus piernas".
Después se ocupaba de recetar los remedios. "Hay una primera opción, la A, con la que solamente estarías bajando un kilo y consistiría en las algas. La segunda opción, la B, es muchísimo más completa e incluye equipos reductores. Y tenés una sesión sin cargo por la promoción de la tele", detallaba.
Todo se complicó aún más cuando familiares de Lilian Díaz (41), otra de sus pacientes, que falleció el 30 de junio de 2001, denunciaran que el deceso fue consecuencia de la medicación suministrada en la clínica. "Lejos de ser 'naturales', las cápsulas contenían drogas que causaron en Díaz un desequilibrio metabólico electrolítico que la llevó a la muerte", denunciaban las pericias y el abogado de la víctima, Miguel Arce Aggeo.
El 6 de noviembre, Rímolo fue detenida en su departamento de Belgrano, mientras miraba televisión con su mamá, Julia Cristina Panno, y su hermano, Fabián Rímolo –hoy también detenido–. Dos días más tarde fue trasladada a la Unidad Nº 31 de Ezeiza.
Fue procesada y condenada a nueve años de prisión –hasta ahora cumplió dos– por los delitos de ejercicio ilegal de la medicina, tráfico de
medicamentos peligrosos para la salud, estafas en 70 ocasiones y homicidio culposo.
El calvario en prisión le duró seis meses: el 25 de abril de 2003, gracias a una fianza de 300 mil pesos que pagó Silvio Soldán, la rubia quedó en libertad. En 2004 volvió a ser detenida y allí vivió su momento más difícil. Al parecer, Rímolo hizo con algunas de sus compañeras lo que llaman tras las rejas un "pacto de damas" –era asistida y protegida como una diva–, que finalmente no cumplió. Y entonces enfrentó un ataque feroz.
Su abogado, Roberto Schlagel, por entonces contaba: "Sufre un estado psiquiátrico de estrés postraumático, producido por una brutal agresión que padeció en su segunda detención en el mismo penal. La fui a ver… Le habían arrancado los pelos y presentaba serias lesiones internas, ginecológicas, provocadas con un palo". Según Schlagel, nunca se recuperó de tamaña agresión. Por eso, permanece desde hace años en internación domiciliaria.
El día del traslado desde su hogar de la calle Las Casuarinas, en Don Torcuato, se hizo presente para una interconsulta el prestigioso psiquiatra Enrique De Rosa Alabaster, quien redactó en su informe: "Padece un estado de clinofilia –tendencia de un paciente a permanecer en la cama durante muchas horas del día, sin que exista una enfermedad orgánica que lo justifique; es característica de los síndromes depresivos crónicos–. Presenta todos los elementos de una depresión mayor y de ideación delirante. Se indicó medicación antipsicótica, en función de la posibilidad de una ruptura de un cuadro en estado larvario. Sugiero medicación antidepresiva y no realizar una movilización que pueda inducir una desestructuración con riesgo de pasaje a un cuadro psicótico. Será evaluada diariamente para mensurar conductas de riesgo".
TE ESTAMOS LLAMANDO… Hoy vale recordar que en abril de 2004 su entonces pareja, Silvio Soldán, estuvo detenido en la cárcel de Devoto durante 61 días, sospechado del delito de estafas reiteradas, del que luego fue sobreseído definitivamente.
Entre los pacientes célebres de la falsa médica figuran nada menos que María Julia Alsogaray, Pablo Vilouta, Daniel Passarella y Tití Fernández. Ahora apareció la confesión inédita de Susana Giménez, contándole en su programa a Silvia Süller, otra ex del conductor: "Fui a hacerme unos masajes a lo de Soldán. Ella atendía ahí, no en la clínica. Nunca fui a la clínica. No lo dije porque me dio vergüenza; me dio unas pastillas para adelgazar. No las tomé: las tenía en la mesita de luz. Un día voy a salir para el canal, me miro al espejo y digo: 'Estoy hecha una vaca. No puedo salir así en televisión. Me voy a tomar una pastilla'. No sé cómo me iba a adelgazar una pastilla, pero ¿viste cuando te ves mal…? Cuando llegué me agarró un dolor de cabeza que casi me muero. Llamaron a la Favaloro y tenía 20 de presión, cuando normalmente tengo 9. Estuve internada una semana en Fleni. Tenía como un derrame, una venita se rompió en el cerebro, por la presión. No me dejó nada, pero si con una pastilla pasó eso…".
GENTE habló con Silvio para saber si estaba al tanto de esta situación: "Que yo sepa, Susana nunca estuvo en mi casa. Salvo que Giselle me haya sacado las llaves, porque nunca convivimos, pero lo dudo. Quizás la llevó a un domicilio y le dijo que yo vivía ahí y era mentira. Es la primera vez que lo escucho. Me gustaría aclararlo con ella, porque le tengo gran afecto". Ahora, mientras Rímolo espera semiinconsciente si vuelve o no a la cárcel a cumplir el resto de su condena por decisión de la Corte Suprema de Justicia, la diva de los teléfonos tendrá la palabra en su próximo programa, quizás con el animador como invitado, seguramente en un feliz domingo para ambos.
Por Miguel Braillard y Flor Illbele.
Fotos: Alejandro Carra y archivo Atlántida.
LEA MÁS: