A las cinco de la tarde del jueves 2 de noviembre, la jornada laboral de Luli Salazar (36) llega a su crepúsculo después de doce horas entre maquillaje y rodaje. "Me levanté a las cinco menos diez de la mañana para llegar a filmar a las siete. Anoche me dormí tarde, pensando en todo lo que me queda por hacer antes de que nazca mi hija", cuenta la actriz, modelo y cantante, que se prepara para no volver a dormir de corrido una vez que llegue Matilda, su deseada hija.
Acaba de terminar un nuevo día de grabaciones de ¿Qué puede pasar?, la película –en tono de comedia– que comparte con Darío Lopilato y Grego Rossello.
Mientras deja el set, comparte las sensaciones del mes previo al nacimiento: "Además de esta película, estoy grabando el real life (un docu reality sobre la llegada de la beba) y organizando mi cumple para la semana que viene y el baby shower de Matilda para la siguiente. Estoy indecisa con la torta y ¡el cuarto! Se lo empezaron a pintar. Me queda mucho por resolver. Es que no me gusta delegar y estoy en los detalles. Todo debe tener mi aprobación. Estoy un poco hincha".
PREPARTO ESPECIAL. Matilda llegará a este mundo a mediados de diciembre en Sarasota, ciudad ubicada en la Florida, Estados Unidos. Será gracias a un vientre subrogado y después de que Luli aportara sus óvulos y un donante anónimo, su esperma. En contacto permanente con la clínica encargada de seguir el embarazo y el parto, Luciana está todo el tiempo al tanto de cómo crece su hija dentro de la panza de su portadora. "Me voy a tomar diez días para armar las valijas. Necesito ser estratégica. Voy a estar un mes y medio en Estados Unidos. Tengo pasaje para volar el 27 de noviembre… ¡Se me adelanta, como le pasó a Marley, que tuvo que viajar solo, me muero! Lo veía en las fotos y me daba una cosita. Es hombre y ellos son más inexpertos que nosotras… Aunque parece que la está llevando bien. De arranque me van a acompañar mis padres y mi mejor amiga. Después se sumarán mis hermanas. Además, mi tía Evangelina también va a pasar las Fiestas a Miami, con mi querido primo Emanuel, que quiere que estemos juntos. Va a ser lindo que conozcan a mi bebita", confía Luli, que permanecerá allá al menos hasta que su beba cumpla un mes, para hacer los trámites de pasaporte y poder traerla.
–¿Por dónde te pasan ahora las ansiedades?
–Tengo una sensación de responsabilidad enorme… Soy todo en esta vida para mi beba, y no me veo una madre muy relajada. Ya no lo soy conmigo, imaginate con una hija. ¡Pobrecita! Espero no volverla loca. Además, su educación va a ser algo primordial. Cuando Matilda se entere de su historia, sabrá: "Mi mamá me deseó como nadie". Eso es lo mejor que le puede pasar. Porque tuve que resignar muchas cosas… Cuestiones que quedan en mi privacidad.
–¿Cómo sigue tu relación con Martín Redrado y cómo te acompaña en este proceso?
–Martín me ayudó con algunos trámites y contratos legales. Yo hablo muy bien inglés, pero él lo habla mejor. Para ciertas cosas necesitás inglés nativo. Está bueno llevarnos bien, sobre todo en un momento así. De todas maneras, ando enfocada en mi beba, esperando el momento mágico y único de recibirla.
Por Ana van Gelderen. Fotos: Alejandro Carra
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