Análisis de Foretales: un juego de cartas donde la narrativa es la gran protagonista

La nueva propuesta de Alkemi logra capturar a través de su historia y su apartado visual

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Seguramente, si hablamos de juegos basados en cartas, se te vienen a la cabeza muchísimos títulos recientes. Desde el famosísimo Slay the Spire, hasta alguno un poco más osados como Loop Hero. Pero hoy vamos a hablar del proyecto del estudio desarrollador Alkemi, que tomó esa fórmula y la mezcló con una narrativa digna de analizar. Esa propuesta es Foretales, que ya hizo su arribo en Switch y PC.

La historia parte de la vieja y conocida premisa de salvar al mundo. En este caso nosotros seremos Volepain, un pajarraco ladrón, pero de buen corazón, quien en una de sus andanzas decide robar una Lira. Al parecer, este no era un simple instrumento de cuerda y la “lira” libera sobre él una de las visiones más aterradoras: una terrible maldición arrasara con todo el reino y Volepain sería el único capaz de poder detenerlo.

Desde ese momento comenzamos a sentir que la narrativa es fundamental dentro de la aventura. Gracias al poder de la Lira tendremos diferentes visiones -que funcionan como niveles- que comenzaran a ramificar la historia y quedará en nuestras manos decidir qué camino queremos optar. Cada una de estas visiones tendrán una cantidad de turnos para resolverlas y, según la decisión que tomemos, estaremos en condiciones de resolver unas u otras afectando esto al desarrollo, y por supuesto, el desenlace del juego.

Es en este punto donde tal vez te preguntas “¿Como es posible contar una historia tan compleja con cartas?”. Es difícil de imaginarlo, pero efectivamente Foretales lo hace de una manera sobresaliente. La partida comienza con cartas sobre una mesa y continuara todo el juego con esa propuesta, pero el entorno es el que irá cambiando: sus luces, las sombras, estos pequeños detalles harán que sientas estar jugando en inmensos jardines, callejones oscuros y minas abandonadas. Su narrativa es tan atrapante que sentís que pasaste por muchísimos lugares diferentes sin haber salido nunca de aquella mesa de cantina.

En cuanto a sus mecánicas, se desarrolla en su totalidad con cartas. Comenzaremos jugando con Volepain y su amigo Leo. Cada uno de ellos tendrá un mazo de cartas que representan diferentes acciones, mientras que el tablero nos va a mostrar 4 cartas diferentes que indican ubicaciones, personajes o lugares. Con las cartas de acciones iremos avanzando por diferentes pasajes de la historia y cada vez que giremos una de ellas nos dará recompensas, que pueden ser cartas de oro, comida, fama e infamia.

Pero, como en todo juego de cartas, el combate también estará presente. Al doblar alguna esquina de un callejón podremos encontrarnos con enemigos que nos desafiarán a pelear y nosotros podremos decidir si entramos en combate o continuamos por otro camino, en el caso de pelear, cada uno de nuestros personajes tendrán sus puntos de vida, ataque y escudo, mientras que los enemigos tendrán habilidades especiales y puntos de moral. Lo interesante de esto último es que podremos sobornarlos pagando con fama, oro, comida o infamia, restando así sus puntos de moral y ganando la batalla sin derramar una gota de sangre.

La exploración del tablero puede tener muy buenos resultados, ya que podremos encontrar cantidad cartas con objetos para usar en batallas, reclutar aliados, hablar con ratones que nos contaran misterios. Además, cada una de ellas son capaces de interactuar con diferentes cartas que irán saliendo sobre el tablero. Con tan solo pasar el puntero por encima, nos indicará cuáles son las recompensas que recibiremos al hacer interactuar ambas cartas, detalle que lo hace muy simple a la hora de combinarlas.

Sinceramente, la primera vez que vi un trailer de Foretales, lo primero que me capturó fue su apartado visual. Su trabajo artístico es una delicia. Cada una de sus cartas son dignas de una versión física y, mezclado con las cinemáticas que veremos durante el progreso del juego, hacen que transmitir su esencia argumental sea muy simple. A esto lo acompaña un atractivo soundtrack de Christophe Héral, compositor que trabajó en grandes obras de Ubisoft como Beyond Good & Evil, Rayman entre otros, y un excelente actor de doblaje en su narrativa como es Travis Willingham, quien interpretó a Thor en varios proyectos de Marvel.

Después de varias horas de juego y con muchas ganas de rejugarlo varias veces para conocer más sobre sus finales, está claro que la propuesta de Alkemi es mucho más que interesante. Pocas veces un juego de cartas consigue meterte en su atmósfera y transportarte a un reino minado de personajes donde tu cabeza les da vida sin siquiera el juego mover un píxel. Muy cerca de la experiencia de leer un buen libro, donde más triunfa este juego es en permitirte interactuar con su historia de la forma menos esperada.

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