Luquitas Rodríguez es comediante y uno de los streamers del momento en Argentina. Comenzó su carrera haciendo stand up en bares y teatros y saltó a la fama con la dupla Rodríguez - Galati, que la rompió no solo en vivo sino también a través de redes sociales como Instagram. Hace algunos meses que realiza directos casi a diario en Booyah, donde es seguido por más de 128.000 fanáticos, a quienes entretiene con chistes, anécdotas, gameplays o hablando de fútbol. Logra generar una identificación con su humor y sus observaciones, y llega tanto a adolescentes de internet como a adultos desde otras plataformas.
-¿Por qué considerás que atraés a la gente?
-Creo que es una mezcla entre el azar, el trabajo que uno le puede dedicar y el termómetro de la gente. Algo muy importante para nuestro trabajo es tener bien aceitado el termómetro en relación a lo que está pasando. Como nosotros somos prueba y error todo el tiempo, si vos hacés algo y vos tenés la capacidad de darte cuenta de que eso funcionó, o de que podés sacarle algo más a esa beta y seguir explorando por ese lado... Esa capacidad me parece una de las más importantes en mi trabajo. No digo que yo la tenga ni mucho menos, digo que a veces la tenemos y a veces no la tenemos. Pero más que ser buenísimo en lo que hacés me parece que tener ese mecanismo aceitado es importante.
-¿Qué considerás que es fundamental de eso?
-Y esto está muy trillado. Pero esto de hacer lo que a uno le gusta... Siempre lo que más cómodo te va a quedar es lo que más te gusta hacer. No traicionarse en ese sentido a uno mismo me parece importante porque influye en el formato final. Si yo no siento algo y lo hago, lo hago por una cuestión de que es la que va. Yo veo que la que va ahora es hablar de gorros y no me gustan los gorros, pero yo los intento meter. Es difícil, es raro. Mis experiencias personales a la hora de intentar hacer algo porque es la que va no fueron las mejores. No fueron las veces que mejor me fue. Las veces que mejor me fue fue cuando agarraba algo que era popular o que estaba en la vida de las personas como puede ser el fútbol, la Copa América, y le aporté lo mío.
Luquitas pudo adaptar su labor y llevarlo a cabo tanto en vivo, frente a cientos de personas, como en videos o en stream, con solo una cámara ante sus ojos. Hace algunas semanas volvió a los teatros junto a Roberto Galati con su show “Modo Cochino”, y avisa que hay una diferencia sustancial entre ambos modos de hacer comedia.
- ¿Es distinto hacer reír a alguien en persona que por internet?
- Yo creo que sí. Es muy distinto. Es como comparar la vida real con la virtual. Espero que sí, porque sino me encierro acá y no hago más nada. Con la risa pasa lo mismo. Uno lo siente en el cuerpo indudablemente. Si hacés una función en el teatro y hay 500 personas riéndose eso impacta de forma en uno que vos decís “acá está pasando algo”. No digo que en lo otro no pase algo. Vos podés estar haciendo un stream con muchas más personas... Ponele 6000 personas, y que las 6000 se estén riendo, también está pasando algo. Pero ponerle el cuerpo a la vida, ponerle el cuerpo a la actividad que sea, yo siento que siempre va a ser superador.
- Sos uno de los influencers digitales que traspasa una barrera y llegando solo a una generación
- Supongo que tiene que ver con el hecho de que yo soy eso también. Yo soy una mezcla entre ambos mundos. A mí me tocó empezar a trabajar en el momento donde lo que tenía que ver con la generación de contenido en internet estaba creciendo, entonces empecé trabajando ahí. Pero yo me crié mirando la televisión. Hoy en día no la prendo tanto, pero hay cosas buenas, hay cosas malas, es como todo. Tiene que ver con el fútbol también, porque el fútbol traspasa todo. Está presente en internet, en la televisión, en el bar de la esquina. Es un fenómeno popular que traspasa todo. No fue una estrategia de marketing: “Yo voy a hacerlo para vendérselo a todos”. De hecho yo creo que al estar en el medio hay un público de internet que me pierdo y un público más grande que también me pierdo. Hay una franja importante en el medio que esa es donde yo trabajo.
El fútbol ocupa un lugar fundamental en la vida de Lucas y también en su trabajo. Es una manera directa de conectar con su público, y el punto en común para unir dos generaciones distintas que sienten la misma pasión por el deporte. Fue el inventor de “La teoría” sobre los futbolistas colombianos, que reza que los cafeteros juegan “sin contexto” al fútbol, y que un día pueden clavarla al ángulo y otro hacerse expulsar por alguna situación random. Dicha idea se viralizó e incluso llegó a programas televisivos. Durante la Copa América el término que se hizo viral fue el de “Ankara”, como sobrenombre de Messi. Nació de un relato catalán, y que transicionó de un “Encara Messi” al “Ankara Messi” que replicaron periodistas, comentaristas y hasta cuentas oficiales de clubes en Instagram y Twitter.
-Hace poco Coscu contó que estuvo con Messi y que hablaron del Ankara. ¿Vos suponías que le había llegado esa data?
-Yo como conozco a alguno de los chicos que juegan en la selección, somos amigos con Rober, dije “bueno, quizás en algún momento le preguntaron”, aparte lo de Ankara estuvo dando vueltas por todos lados. Alguien le tiene que haber dicho a Messi “che loco, ¿por qué te están diciendo Ankara?” Pero me encanta, es hermoso. Sobre todo me dejó tranquilo la idea de que no le molesta. Porque capaz que no le gusta que le digan así y yo paso de héroe a villano en unos segundos. Hermoso, hermoso saber aparte que en esa mesa estaba presente uno. Muy groso.
-Fuiste una suerte de abanderado de la selección, tanto en la Copa América como en los Juegos Olímpicos, e hiciste que mucha gente se enganche con el equipo de vóley por ejemplo.
-Es algo que me gusta un montón. No te voy a mentir. Yo de chico estudié periodismo deportivo y yo quería cubrir a la selección argentina de fútbol o cubrir un juego olímpico. Nadie empezó a ver la Copa América por mí, el vóley argentino no me debe nada a mí ni mucho menos. Pero ya con que una persona se haya copado porque entró al stream y yo estaba hinchando las bolas con el vóley es algo que me es gratificante. Era algo que yo quería hacer de adolescente. Yo quería ser periodista deportivo, y no el que analiza el juego. Hoy en día me siento cómodo en ese rol de estar ligado al deporte, pero de un lugar que tiene que ver con el humor o la opinión, pero al costado del camino. Me gusta el lugar que ocupo ahí medio en el medio de todo. Y más que esté ligado con la selección argentina. Es una de mis primeras pasiones el deporte, y el deporte de selecciones es siempre el que más me gustó. El año que viene ojalá poder ir al Mundial.
-En la escena de creadores de contenido de Argentina hay mucha variedad. Hay streamers, youtubers, músicos o comediantes, pero todos forman parte de lo mismo. ¿Vos lo sentís así?
-Es cierto, lo siento de esa manera y me parece buenísimo porque genera un ambiente de comunidad y una idea de fortaleza y de que uno nos vamos legitimando a otros. Me parece que es una buena idea que se dio genuinamente y que le da fuerza al movimiento. También tengo que decir que la idea de empatar todo me parece un tanto desacertada. Me parece que somos todos lo mismo pero no somos todos lo mismo. Hay gente que hace cosas muy bien, pero son distintas disciplinas. Duki es un artista increíble. El último disco es una bomba, Si yo lo empato a Duki con un chico que juega Fall Guys, no estoy hablando de nadie en particular, pero son distintas las disciplinas. Lo que está haciendo Duki me parece que tiene algo más sustancial. Entonces empatar todo nos da fuerzas a todos para salir adelante y decir “bueno que vamos, vamos todos”. Inclusive Duki mismo lo va a bancar a morir, pero a la hora de seccionar me parece importante valorar más el trabajo que puede ser de un Duki que yo jugando al Dark Souls en stream.
-¿Hasta qué punto se puede hacer humor?
-No creo que haya un punto. Es como preguntar hasta qué punto se puede hacer drama. ¿Hasta qué punto se puede hacer drama para vos?
-No sé si hay un punto...
-Exacto. Tenemos el problema todos de poner el humor como si fuera un género menor que tiene que rendir cuentas. Nadie le pide la cuenta a la lista de Schindler. Nadie le pide los papeles a Spielberg a ver que hizo. No. Si es una obra maestra, y si existe una obra maestra que existen, del género de comedia, se tendría que hacer de la misma manera, porque son géneros. También se le pide la cuenta al terror por ejemplo, como si fuese un género menor.
- ¿Creés que pasa con tu trabajo también? Como es humor mucha gente lo ve como “hace videítos en internet” y no lo ve como algo serio?
- La gente desvalorizando es normal, qué se yo. Realmente esa bala no me entra. Generalmente viene íntegramente ligado a lo económico eso. Siempre que viene alguien, ya sea de la televisión, un señor grande, una señora grande o alguien joven, porque la gente joven también es permeable a las ideas de economía, está íntegramente ligado al dinero, no a la valoración de lo que se está haciendo. “Mira esté como boludeando frente a la cámara se llena de guita”. Estamos poniendo el foco íntegramente sobre el dinero. Lo que legitima es el dinero, no lo que se está haciendo. Lo que a él le parece injusto es que yo gane dinero con eso, no que le parezca malo. La relación es nula, no le parece ni malo ni bueno. Le jode que en su idea del dinero fácil. Más que están boludeando, tienen el pelo de colores o juegan a los videojuegos.
- Igual ahora está cambiando el tono de la frase. Ahora es más un “mirá como gana plata con los jueguitos, vamos a hacer jugar al nene también”.
- De vuelta, no me parece algo superador eso, me parece peor. Estamos utilizando solo la vara del dinero. “Mirá este. Esta ganando plata jugando a los jueguitos, a ver si me pongo a jugar a los jueguitos”. Es como que la única vara a tener en cuenta a la hora de opinar de lo que estamos viendo es si eso genero o no dinero. Si nosotros en nuestra vida personal solamente nos vamos a mover en base a si algo genera o no dinero nunca iríamos a visitar a nuestra abuela. Salvo que nuestra abuela nos pague. Y nunca tendríamos lasos familiares.
- Incluso tampoco haríamos muchas cosas que nos gustan.
- Yo tampoco estoy viniendo acá a hacer un culto de que yo vivo de la papa. Mirá la cantidad de cosas que me compré con dinero. Vivo en el mismo mundo que todos y me encanta el dinero. Estoy hablando del peligro de solo utilizar el dinero como norte de todo. Y encima lo que sucede e relaciona nuestro trabajo es que nosotros hacemos. Ya sea jugar jueguitos en una acción que no está relacionada a ganar dinero. Osea jugar jueguitos es igual perder el tiempo. La idea de que perdiendo el tiempo gana dinero es lo que genera esa dicotomía de decir no, no, no, no, el mundo no es de esta manera. Después habría que pensar por qué a una actividad que no genera dinero automáticamente la catalogamos como pérdida de tiempo. ¿Qué sería aprovechar el tiempo? ¿Ganar dinero?
- ¿Para vos qué es aprovechar el tiempo?
- Lo más importante en la vida de un ser humano es el desarrollo, el crecimiento, el conocimiento. Me parece algo más interesante. Una herramienta más fuerte para enfrentarnos a la vida que el dinero. El dinero me parece una herramienta fuertísima igual, y es la que maneja todo. La que maneja todo es el dinero para afuera, de nuestro cuerpo para afuera. Yo creo que hacia adentro nuestro, si yo acepto que hacia adentro mío la unica herramienta, mi único interés es el generar dinero estoy pensando muy mal de mi mismo. Estoy limitándome mucho a mí. Solo me va a mover la promesa de la guita. A mí me interesa crecer, me interesa formar una familia, querer a mis afectos. Esto suena a un lugar común, pero a mí me encanta la guita, me encanta gastarla. Yo vivo en el mundo de todos y tengo la misma miseria que todos. Y muchas veces hago algo por dinero y después digo “la concha de la lora, solamente me metí acá por guita”, y me pasa 100% de las veces.
- Esta bueno como consejo para mucha gente. Vos en su momento también quisiste agarrar algún laburo para tener guita rápido y ahora vivís de lo que te gusta y apasiona.
- Sí, pero el sistema te mete adentro, te hace parte. Es lo mismo, mi trabajo está ligado a lo que me gusta. Mi trabajo no sale de las mismas normas o reglas que un trabajo normal en el mundo en el que vivimos. No es que yo le gané al sistema, y es por acá, vengan todos. Yo no le gané, no lo voy a ganar. Soy parte pero cada tanto estoy en mi sillón tranquilo viendo la película y por esa hora y media le gané. Después me levanto, voy a stremear… De hecho cuando stremeo no estoy ganando, estoy streemando para él.