Para ciertas generaciones, la saga Uncharted ocupa el lugar del héroe de acción que Hollywood no supo darnos después de Indiana Jones. En esa misma línea de pensamiento podríamos ubicar a Mass Effect: una obra titánica de ciencia ficción cuya elaboración es tan densa y profunda que podría estar a la altura de Star Wars o Star Trek, ocupando otro de los espacios que la industria cinematográfica ha dejado vacante desde aquellos tanques. Así, podría decirse que Mass Effect: Legendary Edition es de alguna manera el equivalente a la trilogía original remasterizada de Star Wars, porque introduce cambios muy pequeños en la estructura de la obra mientras que la vuelve disfrutable en lo que refiere cuestiones técnicas que hoy se entienden como norma en un ámbito como el de los videojuegos.
Mass Effect: Legendary Edition es exactamente eso. Es un compendio que incluye los tres títulos de la trilogía y casi todo el contenido descargable disponible para los tres juegos, además del “final bueno” de la última entrega, surgido después de una vieja rencilla entre los desarrolladores y la comunidad que es mejor olvidar. Esta remasterización está pensada particularmente para PlayStation 4, PC y Xbox One, pero si juegan en PlayStation 5 y Xbox Series S|X podrán disfrutar de una resolución mayor y mejor tasa de cuadros. En el caso de las consolas de última generación, el juego corre a 4K y 60 cuadros por segundo, y hasta 120 en el caso de Series X, razón por la cual se muestra en el menú como un juego optimizado para el sistema.
Independientemente de dónde lo juguemos, lo que no se puede obviar es lo bien que lucen los tres juegos de la serie: las mejoras hacen que todo tenga un aspecto nítido y vigente. Sólo al apreciar ciertas animaciones faciales queda en evidencia que, en efecto, estamos hablando de una serie que nació tiempo atrás: un momento en el que muchos de los métodos de desarrollo y mecánicas de juego que son corrientes hoy en día recién estaban empezando a gestarse. La versión utilizada para este análisis fue la de Xbox Series X, y visualmente la trilogía remasterizada es un festín, con un modo fotográfico que se llevará horas del jugador y que hacen de testigo de lujo para vislumbrar lo hermoso que se ve todo en la galaxia que se nos plantea.
La narrativa, el sistema de diálogos y la posibilidad de llevar adelante la aventura bajo nuestros propios términos sigue siendo el norte de la experiencia Mass Effect, así como también la posibilidad de elegir ser un renegado violento o bien alguien caracterizado por su diplomacia. En la serie jugamos como el Comandante Shepard: un personaje que tendrá el aspecto que deseemos y que representará a los humanos en el Concejo de la Ciudadela, una suerte de congreso compuesto por diversas razas alienígenas del espectro galáctico planteado por el título, en el que la raza humana es la recién llegada. Así, la humanidad tiene que ganarse la confianza y para eso estamos nosotros: con armas y una tripulación de aliados fieles debemos resolver el misterio detrás de un ataque desconocido en una colonia que, para resumir tres juegos en una oración, desemboca en una amenaza que pone en peligro la existencia de la vida en el universo.
Los juegos originales tenían una promesa que pocos habían hecho hasta el momento: todas las decisiones que tomamos en cada juego se trasladan al siguiente. Mass Effect nos pone constantemente frente a decisiones que alteran no sólo aspectos básicos de la narrativa, sino que influyen directamente en grandes porciones del cosmos, por así decirlo, como también en la relación que tenemos con los acompañantes de este gran viaje. Los personajes y las relaciones que podemos entablar con ellos -románticas incluso- siguen siendo de lo mejor que tiene la trilogía, junto con su extenso relato. De este modo, la experiencia que podemos extraer del extenso viaje que nos plantea puede variar muchísimo entre quien juega, independientemente del tipo de final que logren al culminar Mass Effect 3.
Es una frase trillada, pero que en Mass Effect tiene todo el sentido: lo importante está en el viaje. Lo narrativo y los personajes son tan potentes, que son lo que más recuerdan los jugadores a casi 14 años del estreno de la primera entrega y son, evidentemente, los factores que nos hacen perdonarle los bordes más ásperos de la experiencia Mass Effect. Esta remasterización llega al rescate principalmente del apartado jugable del primer Mass Effect, donde las modificaciones que introduce tienen que ver con mejoras en la jugabilidad que lo colocan en una página un tanto más moderna que el original.
Desde la supresión del requisito de especialidad para manipular ciertas armas o mejoras en la respuesta del sistema de cobertura, todas las actualizaciones no quitan naturalidad sino que vuelven más ameno un título que nunca fue brillante cuando nos pedía ejecutar el verbo constante en la trilogía: disparar. Jugar el primer Mass Effect en esta remasterización se vuelve muchísimo más tolerable, pero no es excepcional ni mucho menos. Mass Effect 2 y 3 son juegos de una concepción más moderna, pero incluso con todas las mejoras puestas sobre la mesa no logran volar alto en este sentido.
Mass Effect: Legendary Edition necesita que tengamos presente el contexto de su origen para entender algunas las pequeñas falencias que todavía se palpan años después. Otros cambios significativos que notarán particularmente aquellos que hayan jugado los títulos en su versión original tienen que ver con las mejoras a la conducción del Mako -un vehículo para explorar superficies planetarias- e inevitablemente lamentarán la supresión de las instancias de conducción en Mass Effect 2. Mass Effect 3 no incluye el -mediocre- modo multiplayer original. También se alteró el aspecto de Tali, la popular ingeniera quariana y uno de los posibles intereses románticos del protagonista. Dos puntos que muchos fanáticos podrían sentir como negativos pero que los recién llegados a la franquicia apenas notarán.
Y ese es uno de los puntos clave de la cuestión. Electronic Arts y BioWare lograron un ajuste muy fino entre mantener la esencia intacta de la obra original pensando en los fanáticos, pero también alterar lo justo y necesario para que la trilogía sea jugable al día de hoy gracias a intervenciones técnicas y de contenido inteligentes. Se trata de una recopilación realizada con mucho amor y respeto, muy generosa en contenido -cada juego no dura menos de 30 horas- y con un nivel técnico que eleva la dirección artística y la imaginería propuesta por la franquicia, la cual no tiene nada que envidiar a las más pintadas obras de la ciencia ficción moderna. Por esto es que es imposible no recomendar Mass Effect: Legendary Edition; constituye la mejor forma de experimentar y disfrutar por primera vez -o de nuevo- una trilogía única en su clase, y entender así un fenómeno que muy probablemente no se vuelva a repetir.
Desarrolla: BioWare
Distribuye: Electronic Arts
Fecha de lanzamiento: 14 de mayo de 2021
Plataformas: PC, Xbox One, Xbox Series X/S, PlayStation 4 / 5
Versión analizada: Xbox Series X
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