La consola híbrida de Nintendo cumple cuatro años y se encuentra en su mejor momento. Según reportes de finales del año pasado, Nintendo Switch logró superar en cuatro años el total de ventas de Nintendo 3DS en todo su ciclo de vida (diez años), actualmente situándose por encima de los 80 millones de consolas vendidas, convirtiéndose así en una de las cinco consolas más vendidas en toda la historia de Nintendo. Con el diario del lunes es fácil hacer un análisis, pero lo cierto es que no todo el mundo confiaba en el potencial de Nintendo de cara a la llegada de Nintendo Switch.
Razones no faltaban: Nintendo Wii fue un éxito en ventas pero sus últimos años de existencia fueron cuanto menos olvidables, con una total falta de foco y soporte de juegos desarrollados por terceros. La sucesora fue Wii U, una consola a la que no le faltaron grandes juegos, pero su lanzamiento y promoción fue tan confuso que no había quedado claro si era una consola nueva o un accesorio para Wii, y la oferta tecnológica tampoco la hacía atractiva para ese ansiado soporte de terceros que tanto se había hecho desear en la generación anterior. Los números son contundentes: Wii U no llegó a los 14 millones de consolas vendidas en todo el mundo, lo cual la pone más cerca del fracaso que del éxito.
Cuando los primeros detalles de Nintendo Switch salieron a la luz, jugadores y prensa especializada los recibieron con un profundo escepticismo. Una vez más, Nintendo se abría de la carrera tecnológica propuesta por Sony y Microsoft al ofrecer nuevamente hardware de menor potencia, ahora al servicio de una consola tanto portátil como de sobremesa. ¿Otra vez controles por movimiento? ¿Cómo podría competir un sistema así con el resto? Bastó que llegara la presentación oficial para entender que a diferencia de lo que ocurrió con sus antecesoras, Nintendo tenía muy en claro hacia dónde quería ir en esta oportunidad.
Apuntada hacia un público más maduro, Nintendo Switch hizo click con los jugadores desde el primer momento en que se presentó: la posibilidad de jugar en cualquier sitio y continuar luego sentado en el sillón; la faceta social que habilitó el uso de los controles removibles, el diseño atractivo de todo el paquete. Nintendo Switch sí ofrecía algo para los jugadores habituales o más dedicados, y aquellos que buscaban un plan más familiar, o casual. A diferencia de muchas presentaciones de otras consolas en la industria que hablaban de funciones que nunca llegaron al público general, Nintendo Switch es la única que cumplió sobremanera todo lo que había planteado previo a su lanzamiento. De más está decir que aquel 3 de marzo de 2017 cuando se puso a la venta al público general, fue un furor tal que al día de hoy sigue en vigencia.
No llegó sola, sin embargo: los juegos son una de las razones por las cuales el público elige a Nintendo y en este sentido la jugada fue maestra. Porque Nintendo Switch llegó con The Legend of Zelda: Breath of the Wild, título que redefinió en gran manera todo lo que conocíamos respecto a los juegos de mundo abierto. Un fenómeno tal que desde su salida, siempre está dentro de los 20 juegos más vendidos del año en los mercados más importantes. Aclamado por la crítica y los jugadores por igual, Breath of the Wild ofrecía una de las aventuras más inolvidables que se pueden experimentar con los videojuegos, con un aspecto visual insuperable al punto tal de plantarle cara a los juegos mejor realizados en PlayStation 4 y Xbox One. Ese mismo año, Nintendo Switch también recibió Super Mario Odyssey: la última entrega en 3D de la franquicia más popular y exitosa de Nintendo, que nuevamente volvió a escribir la forma en la que percibimos los juegos de plataformas en tres dimensiones.
El primer año de Nintendo Switch fue impecable en materia de lanzamientos, de hecho, es probable que sea la consola con mejor año de lanzamiento en la historia: dos contendientes a juegos del año (Super Mario Odyssey y The Legend of Zelda: Breath of the Wild) a los que se sumaron Splatoon 2, Super Mario Kart 8 Deluxe, Xenoblade Chronicles 2 y un soporte de terceros extendido con títulos como Mario+Rabbids: Kingdom Battle, la posterior llegada de adaptaciones milagrosas de juegos como Doom y Wolfenstein, sin dejar de mencionar la enorme cantidad de juegos independientes exitosos que encontraron un estupendo hogar en la consola híbrida de Nintendo.
Nintendo Switch empezó a convertirse en un bien preciado: Nintendo no daba abasto con la fabricación de unidades para satisfacer la demanda del público, cosa con la que vienen lidiando desde el momento en el que fue lanzada al mercado, con una profundización de la problemática durante la pandemia de COVID-19. Posteriormente llegaron más juegos descollantes como Animal Crossing: New Horizons o Luigi ‘s Mansion 3 entre muchísimos otros. Aunque es difícil ver en la consola superproducciones como los nuevos Assassin ‘s Creed por ejemplo -habida cuenta de las limitaciones técnicas- Nintendo ha demostrado que no necesita de esos tanques realmente. Año tras año han sabido asegurar una buena cantidad de producciones originales más las adaptaciones del frondoso catálogo de hits que tuvo la difunta Wii U, poniendo sus juegos a disposición de una audiencia todavía mayor.
El futuro, al menos en materia de juegos, todavía es prometedor. The Legend of Zelda: Breath of the Wild 2 es el que más ilusiones despierta entre los jugadores, pero también resta por conocer qué va a pasar con Metroid, Star Fox y otros gigantes como el próximo Bayonetta o No More Heroes 3. Lo más interesante, sin embargo, es lo que ocurrirá con el sistema en cuanto al hardware. Nintendo Switch recibió una versión netamente portátil -Nintendo Switch Lite- de gran desempeño de ventas y además, una reedición de la consola original con mejoras en el consumo de energía y capacidades de la batería, lo cual le da una autonomía todavía mayor a la original.
Pero hace tiempo se viene hablando de una supuesta “Switch Pro”. En parte porque hay juegos que llevan al límite las capacidades técnicas de la consola, al punto de ser un inconveniente para el disfrute, pero también por el advenimiento de las pantallas con resoluciones a 4K -Nintendo Switch actualmente soporta una resolución Full HD, es decir, 1080p). En este sentido hay distintos reportes que apuntan a una supuesta Switch Pro para finales de año que tendrá una pantalla OLED fabricada por Samsung -lo cual mejorará el uso de la batería- y un dock nuevo con la posibilidad de escalar a una resolución de 4K. Se cumpla o no este reporte, una cosa es cierta: Nintendo está apostando a mantener la base de Switch firme, sin generar cambios drásticos que dividan a su público. Algo parecido a lo que hacen empresas como Apple, mejorando sus productos año tras año sin dejar afuera a los dispositivos anteriores. Fragmentar su base de jugadores sería un error. ¿Por qué deberían hacerlo?
Nintendo Switch se encuentra en su mejor momento, con un tendal de juegos para quienes decidan invertir en ella, liderando en ventas alrededor del mundo y, según palabras de Doug Bowser -Presidente de Nintendo of America- la consola recién está a la mitad de su ciclo de vida. Si esto es cierto, si realmente queda tanto hilo en el carrete para la consola híbrida de Nintendo entonces habrá que prestar atención: podríamos estar en presencia de un hito en la industria en términos de suceso al punto que podría alcanzar a PlayStation 2 como la consola más vendida de la historia, además de contar con un catálogo de exclusivos insuperable.
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