En mayo del año pasado, Patrick O’Brien se encontraba jugando Ultimate Team. Uno de los equipos que le tocó en suerte como rival incluía dentro del once inicial a una versión digital del legendario delantero del Arsenal, Ian Wright. O’Brien perdió el partido, pero también los estribos: su reacción fue la de dirigirse a Instagram, buscar a Ian Wright y acosarlo a través del sistema de mensajería privada de la red social. Los mensajes, como trascendió a raíz de una denuncia, tenían un altísimo contenido racial. Según se dio a conocer, Patrick O’Brien envió por lo menos 20 mensajes con toda clase de insultos y amenazas a la integridad física del ex jugador.
La denuncia rápidamente se convirtió en un caso mediático, al punto que captó de inmediato la atención de los medios y de todo el sistema de justicia del pequeño condado de Kerry, en Irlanda, por lo que Patrick O’Brien fue imputado de inmediato. En noviembre de 2020 se declaró culpable de dos cargos por acoso y aceptó un período de probation que, según el juez de la causa, concluyó de forma ampliamente satisfactoria según los informes de los agentes, a la vez que el culpable “incluso donó todo el dinero que tenía en su poder -cerca de 500 euros- a la Red Irlandesa Contra el Racismo”. Así mismo, consideró que si bien el contenido de los mensajes es por demás aborrecible, “los comentarios no representan la visión del acusado”, y que “fueron dichos sin pensar en el medio del calor del momento con el propósito de dañar, por un joven naif e inmaduro”.
En estos argumentos basó el juez para decidir perdonar O’Brien, evitando así que cumpla una condena que podría haberlo visto tras las rejas. Al respecto, el juez consideró que el joven debía estar agradecido por la gentil actitud de Ian Wright de perdonarlo pese al daño causado. Sin embargo, Wright no se mostró para nada satisfecho con el fallo y declaró desde su cuenta de Twitter: “Al ver esta sentencia, no puedo dejar de preguntarme qué tipo de disuasión habrá para cualquiera que profiera este tipo de abuso vil y racista”. “Perdoné para seguir adelante con mi vida y evitar más angustia, no para que sirva para alivianar una sentencia. Esta persona me deseó la muerte simplemente por mi color de piel, no hay nada de inmaduro ni naif en todo eso”.
Paradójicamente, Patrick O’Brien enfrentará las consecuencias de sus actos no a través de la justicia, sino en el juego mediante el cual se puso en esta situación: FIFA. Al conocerse el fallo y la desazón de Ian Wright, EA decidió expulsar de por vida al joven jugador, intentando plasmar un fallo ejemplar para eliminar el racismo y la toxicidad de su juego y la comunidad que lo rodea. David Jackson -Vicepresidente de marca en EA FIFA- comentó: “Valoramos muchísimo nuestra alianza con Ian Wright y queremos que sepa que tiene nuestro apoyo. El comportamiento de este jugador es inaceptable en todos los niveles y no vamos a tolerarlo. Tenemos reglamentos específicos que guían nuestras acciones en situaciones como estas, y hemos tomado medidas para expulsar al jugador de por vida, evitando que tenga acceso a nuestros juegos. El racismo debe terminar. Estamos comprometidos a seguir trabajando en el juego positivo, a través de acciones que hagan a nuestra comunidad más divertida, justa y segura para todos”.
Ian Wright, ex delantero del Arsenal y campeón de la Premier League actualmente se desempeña además como analista deportivo. También conduce su propio podcast, “Everyday People” en el que expresó su agradecimiento al apoyo brindado por Electronic Arts. El caso de Wright es uno más de los que se suma a una oleada de ataques racistas a jugadores de fútbol de la Premier League a través de Instagram. Voceros de la red social prometen “acciones y ajustes” para evitar el acoso a través de los mensajes privados de la red.
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