“Hitman 3”: el asesino más famoso se despide a lo grande en el reciente capítulo

IO Interactive se luce con un cierre de trilogía ambicioso y arriesgado que alcanza algunos de los puntos más altos de la serie

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Hitman 3

Con Hitman 3, IO Interactive vuelve a elevar la vara respecto a lo que esperamos en un juego de infiltración -y mundo abierto, por qué no- mediante la implementación de una clara línea narrativa. El reboot de la serie de 2016 -polémico por su formato episódico- y luego Hitman 2 en 2018 abordaban una historia en la que Agente 47 y su compañera inseparable, Diana Burnwood, se ponían al hombro la titánica misión de suprimir a Providence: una suerte de cofradía conformada por la elite mundial que maneja los hilos del mundo como lo conocemos, desde las sombras.

Aunque la idea narrativa estaba ahí mediante algunas escenas cinemáticas que funcionaban como interludio entre las misiones, los grandes protagonistas de aquellos juegos eran los mundos abiertos que suponían cada uno de los niveles; los sistemas de juego y mecánicas, la repetición y la noción de beber de a pequeños sorbos la historia de cada lugar -y del todo al final de cuentas- a medida que íbamos reiterando cada misión, descubriendo detalles cada vez más jugosos.

Hitman 3 se siente más contenido en una narrativa necesaria para terminar de unir los cabos sueltos que se arrastran hasta esta tercera entrega, haciendo del Agente 47 un personaje más presente, con intenciones y motivaciones más claras. De este modo, las primeras pasadas por cada uno de los nuevos niveles se sienten tal vez más encorsetadas y menos flexibles que en las entregas anteriores: con menos lugar para el caos y la experimentación, algo que los más ortodoxos jugadores de la serie podrían llegar a mirar con malos ojos.

El nivel de Dubai en Hitman 3 pone en manifiesto las mejoras en el motor propietario de IO Interactive.
El nivel de Dubai en Hitman 3 pone en manifiesto las mejoras en el motor propietario de IO Interactive.

Pero lo que hizo grande a esta nueva venida del Agente 47 sigue estando presente. Por fuera de la pasada narrativa del rigor, existen un tendal de objetivos alternativos y subhistorias en cada nivel que hablan de la maestría en el diseño de la que ostenta IO Interactive. Lejos del paraguas de Square Enix al volverse independientes, incluso se animan a realizar distintos ensayos de sigilo y acción, haciendo que cada nivel de Hitman 3 tenga no sólo una temática distinta sino también un acercamiento fotográfico y de puesta en escena único.

El nivel de Berlín tiene una iluminación y corrección de colores compatible con los thrillers policiales nórdicos; Dubai podría ser tranquilamente un pasaje de cualquier Misión Imposible; Dartmoor nos invita a jugar al detective como hilo conductor principal de la misión, debiendo resolver un asesinato investigando y entrevistando a sospechosos. Cada nivel es un experimento en sí mismo y en conjunto, todo funciona. La conclusión narrativa de la trilogía encierra algunas revelaciones y vueltas de tuerca sumamente efectivas, encontrando en este apartado uno de los puntos más fuertes del cierre.

La propuesta jugable sigue siendo la de siempre: explorar cada nivel con la idea de eliminar a uno o varios objetivos. Podemos optar por seguir algunas de las historias principales de cada nivel, o bien podemos intentar resolver los asesinatos a través de nuestros propios recursos: explorando, escuchando conversaciones ajenas para obtener información vital sobre puntos de interés. Es posible, por ejemplo, entrar a los tiros de la manera menos prolija posible y cumplir con el objetivo principal, pero el chiste de Hitman consiste en asesinar y escapar sin ser detectado.

El Agente 47 es multifacético, al punto de poder permitirse un camuflaje como DJ en una disco. El nivel de Berlín es alucinante.
El Agente 47 es multifacético, al punto de poder permitirse un camuflaje como DJ en una disco. El nivel de Berlín es alucinante.

En este sentido, Hitman 3 sigue evocando esa sensación de superación constante que pocos juegos consiguen acuñar mientras jugamos, gracias a una estudiada planificación. O no. En la misión de Dubai opté por tomar el lugar de otro asesino a sueldo para eliminar a uno de los dos objetivos principales. Literalmente perdí tres oportunidades de cometer el asesinato y logré hacerlo de la forma menos pensada: activando una alarma de evacuación y saboteando un kit de paracaídas. Aunque esto podría ser considerado como un pequeño spoiler, lo cierto es que cada nivel encierra decenas de formas distintas de ejecutar el arte del asesinato.

Ahí se apoya el sistema de progresión: cada misión tiene un puntaje respecto a cómo actuamos y la primera pasada no será perfecta. Eso llegará con el tiempo, con la práctica y con el descubrimiento de distintos elementos. Cuantos más atajos, ítems recuperados, ambientes o espacios descubiertos y conversaciones escuchadas logremos develar, mayor será el nivel de maestría en cada nivel. Esto nos permite insertar distintos elementos como por ejemplo, maletines con ítems valiosos, o por ejemplo habilitar diferentes puntos de inserción en el mapa, con disfraces incluidos.

Así, Hitman 3 se asegura un nivel de rejugabilidad enorme, a la altura de sus predecesores, además de ofrecernos una libertad absoluta para jugar y planificar a nuestro antojo, con un set de sistemas que actúan en consecuencia a lo que hacemos, respondiendo con suma naturalidad gracias a una inteligencia artificial mejorada. En este sentido, Hitman 3 también es un paso hacia adelante en la implementación del Glacier Engine, su motor propietario. Tanto en consolas de nueva generación como PlayStation 4 o Xbox One, el rendimiento técnico en cuanto a la calidad gráfica y performance es absolutamente maravilloso: un ejemplo a seguir en estos tiempos de transición.

El nivel de Chongqing posee una ambientación que bien podría ser de Blade Runner.
El nivel de Chongqing posee una ambientación que bien podría ser de Blade Runner.

Pero lo que más impacta es la culminación de la trilogía como un todo. IO Interactive definió a esta nueva era de Hitman como una plataforma y ciertamente, era un concepto difícil de vislumbrar en aquel entonces. Hoy, al ver el apartado de “Campañas” en Hitman 3, es realmente increíble constatar que un mismo juego contiene a los dos anteriores y ocupa menos espacio en el disco rígido que los primeros dos juegos instalados -aclaración: es necesario haber comprado los anteriores para acceder a los niveles anteriores. Lo que es mejor, estos niveles tienen todas las mejoras técnicas de la nueva versión del motor, al igual que el uso de nuevos elementos como la cámara del teléfono digital, propia de la tercera entrega.

Ahí, el mundo del asesinato se vuelve en verdad una suerte de mapamundi interactivo en el que hacer turismo por lugares como Nueva York, Miami, París, o Mendoza, con una fenomenal atención a los usos y costumbres de nuestro país, mas allá de la malograda animación de los personajes tomando mate. Hitman 3 no sólo es una maravilla en términos jugables y conceptuales: da cátedra en diseño y también en la idea de que es posible construir una plataforma viable, sin letras chicas y con el jugador en su centro, valorando su tiempo y dinero invertido. Puede que no todas las ideas nuevas cuajen del todo bien, pero no quedan dudas de que este cierre está a la altura de las circunstancias y excede las expectativas; un juego absolutamente recomendable para los habitué y a los recién llegados, en particular, si pueden permitirse invertir no sólo en esta tercera parte, sino en toda la trilogía.

Desarrolla: IO Interactive

Distribuye: IO Interactive

Fecha de lanzamiento: 20 de enero de 2021

Plataformas: PlayStation 4, PlayStation 5, Xbox One, Xbox Series X/S, PC, Google Stadia, Nintendo Switch

Versión analizada: Xbox Series X

Puntaje: 8.5

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