Las claves de Humankind: el juego que podría destronar a Civilization

Amplitude Studios nos trae un juego con ideas ingeniosas que de por sí aportan una necesaria frescura al género milenario de la gran estrategia

Es imposible pensar en la gran estrategia sin evocar a Civilization. La obra de Sid Meier sentó las bases de lo que interpretamos como las reglas generales de este tipo de juegos: mapas hexagonales, sistemas de diplomacia, exploración, expansión e instancias de batalla que poco tienen que ver con la frenética propuesta de la estrategia en tiempo real. Aunque hay estupendos ejemplos aplicados en un entorno de ciencia ficción como Stellaris, lo cierto es que cuando se abordan sucesos históricos, Civilization es el gran referente.

Pero Amplitude Studios está dispuesto a cambiar esta perspectiva con Humankind, su nueva producción que llegará en abril de 2021 y que tuvimos ocasión de probar gracias a un acceso anticipado facilitado por el distribuidor. Humankind toma algunas páginas del libro de Sid Meier, pero en su mayoría muestra elementos que quienes hayan jugado a otros juegos de Amplitude -Endless Legend- sabrán reconocer. Esto se refiere a elementos que van desde la composición y mecánicas de reclamar territorios y fundar ciudades, al apartado que habla de cómo explotar los recursos disponibles en el mapa.

Como todo juego de este tipo, se nos presenta un mapa en el que, partiendo desde la era neolítica, debemos explorar para ganar recursos, conocimientos e ir evolucionando y atravesando distintas eras hasta llegar a la modernidad. Sin ir más lejos, la versión que pudimos probar dejaba ver los rudimentos de jugar en la era neolítica por primera vez e incluía además la posibilidad de pasar por la era antigua, clásica, medieval y finalmente, principios de la modernidad.

En Humankind se presenta un mapa en el que, partiendo desde la era neolítica, se debe explorar para ganar recursos, conocimientos e ir evolucionando y atravesando distintas eras

En líneas generales, la meta es explorar, plantar un asentamiento y expandir los límites de nuestros dominios para poder avanzar eras fundando así ciudades y entrando en contacto con el resto de los imperios que se desarrollan en el mismo mapa. En cuanto a lo que pudimos probar, el límite máximo de jugadores controlados por la inteligencia artificial era de siete, cosa que hizo muy interesantes las partidas más avanzadas, ya que es ahí donde brillan las mecánicas distintivas que en última instancia harán de Humankind algo único.

Podemos empezar hablando de la diplomacia: algo que algunos reconocerán de Civilization. En Humankind se dan relaciones más orgánicas con el resto de las civilizaciones que confluyen en el mapa, ya que estas se basan en elementos contextuales que tienen que ver con la disponibilidad de recursos, puntos de “fama” -luego comentaremos sobre esto- e influencia dentro del mapa. Así, hay muchos puntos de tensión que atender y, en consecuencia, los beneficios por mantener buenas relaciones pueden ser muy variados.

Otra característica de Humankind es que las civilizaciones que podemos elegir no son rígidas. Cada una tiene características que las definen y plantean beneficios y penalidades a la hora de encarar una partida. Pero cómo se desarrolla el devenir de cada una y qué características tiene depende íntegramente de cómo avanzamos en el juego y qué elementos queremos incorporar a nuestra facción. De ahí que Amplitude Studios dice que, si bien en esta demo contábamos con diez civilizaciones por era, las combinaciones son tantas que es posible hibridar y hablar de un teórico de cientos de civilizaciones posibles.

Pero lo más jugoso es lo distinto que es hacerse con la victoria en una partida de Humankind. Una de las cosas que más me aburre de este tipo de juegos no tiene que ver con su ritmo ni su mecánica: sino con el concepto de victoria a través de ejércitos numerosos o bien extensión absoluta en el mapa; dos hitos que terminan por echar por tierra todo el entramado que este tipo de juegos suele plantear. Humankind evita caer en ese lugar al utilizar un sistema de puntuación denominado “fama”, mediante el cual se decide el ganador una vez que se terminan los turnos de la partida.

Esto quita los puntos de tensión sobre elementos concretos y permite explorar a fondo la enorme cantidad de sistemas y elementos novedosos que plantea el juego: el dominio marítimo nos permite desarrollar la posibilidad de cambiar de continente; también hay un rol importante de la idea cívica y religiosa dentro de las mecánicas que puede llegar a reportar puntos de fama. O por ejemplo, eventos históricos reales que se activan de manera contextual según las situaciones que se desarrollen entre las civilizaciones en el mapa, donde el juego nos invita a dejar nuestra marca brindándonos decisiones a tomar.

Técnicamente es un juego precioso, con animaciones muy correctas y, lo más importante, un diseño de interfaz sumamente amigable que no se interpone en el disfrute. La información es muy clara y prácticamente no cuesta nada sentarse a jugar y disfrutar Humankind en los primeros 15 o 20 minutos. En definitiva, el próximo juego de Amplitude Studios tiene todo para hacerse con la corona de los juegos de gran estrategia: elementos clásicos e ideas novedosas en el marco de un título ambicioso que ya brilla en su acceso anticipado y que todavía tiene tiempo para crecer. Llegará a nuestras manos en abril de 2021.

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