Análisis de “Cyberpunk 2077”: una obra tan fascinante como fallida

El nuevo título de CD Projekt Red no está a la altura de las expectativas, pero así y todo sigue siendo una experiencia única

Cuando abordamos las primeras impresiones de Cyberpunk 2077 hace algunas semanas mencionaba que no era posible hablar de este juego sin mencionar la polémica que lo rodea. Y esto sigue siendo cierto porque desde ese artículo hasta hoy los días para el desarrollador polaco CD Projekt Red fueron de todo menos tranquilos. Haciendo un repaso rápido: CD Projekt Red intentó ocultar las versiones de consolas de pasada generación -rotas, todas ellas- al entregar para análisis sólo las de PC, que son las que mejor funcionan. Acto seguido, los jugadores se sintieron profundamente defraudados y las reseñas negativas en todos lados no tardaron en llegar, ya que en PlayStation 4 y Xbox One el juego apenas funciona.

Esto derivó en acciones que cayeron en picada más una posible demanda por parte de la junta de inversores; PlayStation lo retiró de la tienda en una movida sin precedente alguno, ofreciendo devoluciones. Microsoft resolvió modificar su política de devoluciones para tomar nuevos reintegros y cadenas del extranjero como GameStop declararon al juego como “defectuoso” para que aquellos que lo compraron en su versión física puedan hacer la devolución pertinente. Situaciones inéditas en la industria para el juego más esperado de los últimos años. O el crunch: la administración de la empresa llevó a sus empleados a trabajar durante extensas jornadas laborales, seis días a la semana, con un cronograma imposible que, con el resultado puesto, no sirvió para nada. A todas luces, Cyberpunk 2077 salió muchos meses antes de lo que debería haberlo hecho.

Así de roto se lo ve a Cyberpunk 2077 en consolas de pasada generación. Eviten estas versiones a toda costa.

Pero el juego ya está entre nosotros. Hay una parte de los jugadores que no han podido disfrutarlo, si es que cabe ese término, pero también hay quienes todavía siguen perdidos en las callejuelas de Night City, esa megalópolis repleta de neón, puestos callejeros de comida, rascacielos y vistas alucinantes; tan hermosa, tan superficial. Este es, de hecho, mi caso: terminé la historia principal con dos de los posibles finales -podés repetir el segmento final para ver qué pasa- y aunque tengo mucho para jugar en mi consola, opto por ver con qué me encuentro en esta hostil ciudad.

Detrás de todo el ruido e interferencia, detrás de toda la discusión en redes sociales y noticias rimbombantes en casi todos los portales del mundo, hay un juego. Uno que tiene un par de ideas muy interesantes que nunca llegan a explotar del todo. Un título signado por la inconsistencia como concepto, sin importar qué apartado mires. Gráficamente es una belleza por momentos: lo jugué en Xbox Series X y aunque he encontrado problemas técnicos, la experiencia general fue mejor de lo que esperaba. Night City es el paraíso para un fotógrafo frustrado como yo: cada cruce de calles plantea una postal, cada peatón o situación azarosa que se da en la calle. Pero también encontramos rincones recónditos de geometría mal resuelta y rota, compuesta por polígonos de texturas sin sentido, como si alguien hubiera empezado un boceto para terminar en un bollo de papel arrugado.

Keanu Reeves como Johnny Silverhand es el mejor personaje del título. (Captura de Xbox Series X)

Lo mismo pasa con la historia: tal vez lo mejor que nos ofrece Cyberpunk 2077. Es una obviedad decirlo, pero Keanu Reeves como Johnny Silverhand se roba el juego y aunque al principio es algo denso con sus intervenciones, promediando el juego hacemos las paces con él. El periplo de V -nuestro personaje, al que creamos a nuestro gusto- nos lleva a conocer también a un repertorio de aliados y enemigos con toda la profundidad que no encontramos en el mundo abierto en el que se apoya el juego, y que componen algunos pasajes que se van a quedar conmigo por un tiempo largo. Pero a su vez, las facciones en tensión dentro de la aventura -los Voodoo Boys, por ejemplo, o los Garra del Tigre- responden a los prejuicios y lineamientos más arquetípicos de lo racial, al punto de volverse un relato retrógrado.

Ni hablar de las Moxes: una banda de trabajadoras sexuales cuya utilización en la historia deja muchísimo que desear, más allá de la noble idea de empoderarlas de alguna manera. En cuanto al combate pasa lo mismo. Cada tanto te encontrás con armas realmente únicas -en especial aquellas a las que podés conectarte para mejorarlas- o mismo las katanas con diversos efectos, pero los enemigos rara vez plantean una pelea que se sienta épica, ni siquiera los jefes. Y para peor, el armamento se rige por una regla de puntos de daño que termina por sacarle el gusto a enamorarte de un arma determinada para mejorarla ad infinitum: tal vez en una misión secundaria eliminás a un guardia común y corriente que te da una pistola normal que pega muchísimo más la legendaria que venís usando.

El combate de Cyberpunk 2077 siempre se ve espectacular, más allá de que la jugabilidad y el sistema de daños no ayuden siempre. (Captura de Xbox Series X)

Casi todas las buenas intenciones, casi todos los momentos de brillo que alcanza Cyberpunk 2077 tienen el contrapunto de algo que no funciona bien o que no estuvo lo suficientemente cocido como para ser parte del juego final. No puedo contar con exactitud cómo varios de los momentos más íntimos y emotivos que el juego te ofrece se vieron arruinados por gente fumando una pistola, o mismo Johnny Silverhand haciendo aparecer mágicamente más de 30 cigarrillos en pantalla, fumando uno de ellos -el de su mano- y fumándolos todos a la vez. Son errores bastante grotescos que incluso después de tres parches oficiales siguen apareciendo y te sacan del hechizo que Cyberpunk 2077 te pone cada vez que lo jugás.

Y creo que esa es la mejor manera de definir por qué sigo jugando Cyberpunk 2077 incluso después de terminarlo: porque cuando todo encaja y funciona, puede ser algo bastante increíble. Por lo general, cuando un título tiene este tipo de fallas no siento la necesidad de seguir jugando, incluso con un compromiso editorial asumido. Tener la capacidad de maravillarme a ese punto cada vez que prendo la consola y continúo la partida habla del potencial bruto que tiene este juego para brillar. No importa si después un par de NPCs tildados en la geometría rompen una escena cándida, o si no sucede nada interesante entre el punto A y el punto B de una misión secundaria genérica. El mundo te absorbe, la propuesta también. Con más trabajo, esto podría haber sido el juego del año.

Night City es imponente. (Captura de Xbox Series X)

No quiere decir que esta sea la sentencia definitiva de Cyberpunk 2077: si hay algo que tiene CD Projekt Red es que sabe cómo seguir trabajando sus juegos post lanzamiento. Como mencionaba, ya hay tres parches que resuelven una buena cantidad de problemas en el juego. The Witcher 3 -su último hit- ha cambiado aspectos fundamentales de la jugabilidad en base al feedback con la comunidad y hablar de aquel juego hoy es muy distinto de lo que fue cuando se lanzó originalmente. En el mejor de los casos, Cyberpunk 2077 tendrá un destino de grandeza si CD Projekt Red se las ingenia para que este barrilete de hojalata pueda levantar vuelo.

Tal vez llegue el momento en el que la ciudad tenga vida orgánica, con patrones de tráfico que se sientan como un lugar, con peatones que tengan agendas y que aparenten tener una vida propia. Sueño con un parche que vuelva a Night City tan responsiva y vibrante como sus neones aparentan serlo. Con un combate más refinado y un sistema de roleo que tenga sentido -porque podés pasar el juego sin desarrollar demasiado las mil opciones que tenés en este aspecto. Estamos en la era de la internet y de los parches a la carta: todo puede cambiar. La foto de este momento, la que requiere un análisis de este tipo, retrata a un juego singular, fallido como pocos, pero con un encanto indiscutible que siempre te tiene con ganas de volver por más.

El reparto de Cyberpunk 2077 está repleto de personajes alucinantes y muy queribles. Viktor Vektor es uno de ellos. (Captura de Xbox Series X)

No suelo darle varias pasadas a juegos de este tipo, pero si los parches lo ameritan, estoy dispuesto a volver a dedicarle otras sesenta horas más de mi vida. Está roto y es polémico, pero Cyberpunk 2077 supo conquistarme con su universo, sus ideas, las historias ocultas y sus personajes, porque después de vivir esta aventura me fui con una sensación cálida, pese a lo oscuro que puede llegar a ser: es como si me hubiera hecho de nuevos amigos. Y por esto lo recomiendo, incluso con todas sus falencias, eso sí: sólo en PlayStation 5 o Xbox Series X -esta última, la mejor en consolas para jugarlo- o en una PC adecuada para correrlo.

Desarrolla: CD Projekt Red

Distribuye: WB Games Latinoamérica

Fecha de lanzamiento: 10 de diciembre de 2020

Plataformas: PC, Xbox One, PlayStation 4, Stadia

Versión analizada: Xbox Series X (tanto en PlayStation 5 como en Series S/X funciona en modo retrocompatible)

Puntaje: 7.5

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