Primeras Impresiones de “The Pathless”: una hermosa y profunda isla por explorar

Mundo abierto, combates con bestias temibles y mucha libertad en el camino

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The Pathless

En el año 2016, el estudio Giant Squid lanzaba al mercado Abzû, una aventura submarina con un buceador como protagonista. Gracias a este título, el equipo desarrollador demostró sus destrezas para poder crear ecosistemas preciosos, llenos de colores y vida, en una experiencia inmersiva como pocas.

The Pathless, el más reciente videojuego del equipo, tiene marcadas diferencias con su antecesor. Ya no es una aventura acuática, sino terrestre y por momentos aérea. La mecánica central de exploración, la cual se explicará más adelante, es muy distinta y funciona como la insignia distintiva del título. Sin embargo, aquellos aspectos esenciales de Abzû, como la sensación reconfortante de exploración y el sentirse adentro de un mundo especial, están presentes aquí.

¿Cómo inicia The Pathless? La protagonista arriba a una isla desconocida, por razones igual de oscuras, y se irá armando el relato a pequeños pasos. Ni bien se permite el control del personaje, algo específico ocurre: la cámara se centra en ella, pero de una manera en la que la protagonista queda pequeña, de manera notable si se lo compara con otros títulos de acción y aventura en tercera persona. Lo que más se ve en pantalla es el escenario.

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The Pathless propone una inmensa isla llena de secretos por descubrir (Foto: Giant Squid Studios)

Lo anterior corresponde a una decisión jugable, por un lado, y a una filosofía de diseño, por el otro. El verdadero protagonista de esta historia es el universo que se presenta. La protagonista es un mero nexo entre el jugador y este mundo. De acuerdo, dicha afirmación se puede aplicar a incontables títulos, en especial a los de mundo abierto de los últimos años, como The Legend of Zelda: Breath of the Wild. No obstante, es gracias a su particular forma de navegar esta isla y a la, hasta el momento, nula historia del personaje principal, que la experiencia en cuestión se destaca.

A los pocos segundos de comenzar a manejar al personaje, se explican casi todos los botones y habilidades necesarias para avanzar en las primeras horas. Manteniendo presionado y soltando el gatillo derecho, la protagonista disparará flechas a objetivos fijos en el área. Estos últimos son una especie de “rombos”, los cuales permanecen siempre en el mismo lugar y se regeneran al poco tiempo. Cada vez que se destruya estos elementos, el personaje recibirá cierta cantidad de energía que llena una barra de estamina. Al gatillo restante se lo usa para correr y trasladarse por el escenario.

Con tan sólo los dos gatillos mencionados, más la posibilidad de saltar, ya se empieza a sentir cuál es el alma de este videojuego. Mientras se corre y se gasta la barra antes mencionada, se puede seguir disparando flechas para mantener el “flow” de un movimiento veloz y continuo. Esta mecánica se siente muy fresca y novedosa, esencial para la exploración que espera. Al poco tiempo se va mejorando, con la aparición de un ave que permitirá realizar saltos más altos y también planear.

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Arco y flecha es el arma elegida por el misterioso protagonista de The Pathless (Foto: Giant Squid Studios)

Descrita a grandes rasgos la jugabilidad, ¿qué es lo hay que hacer en esta isla? Básicamente, hay una “presencia” que ha corrompido a unas bestias míticas, a las cuales es necesario liberar. Para ello, será necesario “activar” ciertas torres que las mantienen “prisioneras”, resolviendo algunos interesantes puzzles en el camino. Aunque la premisa suena similar al Zelda anteriormente mencionado, la misma tiene sus elementos propios, como un mundo prácticamente sin otros enemigos más que estas criaturas y quien las ha corrompido, lo cual distingue radicalmente al título en cuestión.

Las primeras dos horas en “The Pathless” fueron harto positivas. Aunque el objetivo es claro —liberar a las bestias y luego enfrentar a la presencia—, no se dan muchas indicaciones al respecto. Cada jugador podrá trazar el camino que quiera, empezar a liberar a la criatura que le parezca, en un enorme mapa interconectado entre sí. La forma de navegar sobre este último se siente muy bien y, por el momento, no aburre nunca. Genera mucha satisfacción realizar ciertas corridas y saltos puntuales, llegar de un punto a otro de maneras distintas.

La isla es inmensa y está llena de secretos, como acertijos que otorgan un elemento especial para “mejorar” al ave que acompaña, lo cual invita a su exploración y a perderse un rato en estas tierras. Hablando del ave, es en ella en donde se han podido notar algunos “detalles” que podrían llegar a ser molestos a futuro.

El águila representa una de
El águila representa una de las mecánicas centrales de The Pathless (Foto: Giant Squid Studios)

La misma permite al jugador resolver varios acertijos relacionados con mover un ítem y colocarlo en una plataforma. El problema con ello es que al pájaro no se lo puedo controlar manualmente, tampoco dar indicaciones sobre a dónde depositar el elemento que tiene entre sus garras. Simplemente se acerca al jugador, a veces poniéndose automáticamente donde debería estar y otras obligando a que el personaje se posicione de una manera específica. Ciertos momentos se volvieron un poco tediosos, al no entender si el animal no estaba realizando lo que debía o si faltaba algún elemento en la resolución del puzzle.

Por el momento, sólo este “detalle” y algunos movimientos de cámara han sido molestos, pero sin llegar a opacar de forma significativa a la experiencia en general. Esta última se mantiene sumamente divertida y original. En un futuro análisis, se comentará si este título termina de redondear su propuesta u otros obstáculos aparecerán en su camino.

The Pathless ya se encuentra disponible para PlayStation 4, PlayStation 5 y PC.

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