Análisis de “Rocket League”: papi fútbol sobre ruedas y gratis

Uno de los títulos online más interesantes de los últimos años ingresa al formato “free-to-play”.

Quien esté leyendo este análisis quizás entre en confusión. Rocket League, desarrollado por el estudio Psyonix, no es un título nuevo. Al contrario, desde el 7 de julio de 2015 se encuentra disponible en PC, y desde entonces ha arribado a otras plataformas como PlayStation 4, Xbox One y Nintendo Switch. La novedad que justifica esta reseña es que, a partir de esta semana, el título es gratis para todas las plataformas.

Sin embargo, antes de poder comentar qué es lo que ofrece concretamente la versión gratuita, es necesario primero explicar en qué consiste este videojuego. Básicamente, se puede describir al título de dos maneras: una sumamente superficial y una segunda un poco más elaborada.

Superficialmente, Rocket League es un juego de fútbol pero con “autitos de juguete”. Los partidos ocurren en canchas más reducidas que las convencionales, con una pelota enorme y pequeños vehículos como jugadores. El objetivo es claro: colocar la pelota dentro del arco rival. Es en el “cómo” donde el título demuestra una ideal original y pulida, la cual funciona en muchos niveles.

Al vehículo se lo puede manejar como en cualquier título arcade de carreras, con la posibilidad de utilizar un turbo, el cual se va recolectando en diferentes puntos en la cancha, y también realizar breves derrapes que ayudan a cambiar rápidamente de dirección. Lo distintivo aquí radica en el poder saltar con el vehículo y realizar distintos movimientos en el aire, casi como si se tratase de un Tony Hawk.

De esta forma, y luego de varias horas de juego, se empieza a rascar la verdadera profundidad de Rocket League. El mismo termina siendo mucho más que una combinación de un deporte hartamente conocido y practicado con una idea bizarra que milagrosamente funciona. El resultado es directamente la creación de un nuevo deporte, uno que—lamentablemente—nunca se podrá observar en la televisión cercana, pero que sin dudas generaría muchas emociones de ser posible.

Los estadios están cerrados como si fueran jaulas, con reglas que acompañan a esta decisión. Es más, el reglamento es ciertamente escaso, con la posibilidad de golpear a la pelota de cualquier forma que sea posible, además de poder chocar tanto a aliados como a rivales, con el agregado de poder hacer explotar a estos últimos.

No existen los tiros de esquina, tampoco los laterales. La pelota simplemente rebotará con los extremos de la cancha, dando el pie a esperar el pique para poder realizar tiros aéreos espectaculares que terminen en gol. O incluso, quienes empiecen a agarrar la mano a los controles y a la física del título podrán manejar sobre las paredes y los techos, aprovechando nuevas dimensiones de juego.

El modo convencional de enfrentamiento es de tres jugadores contra otros tres. Pero Rocket League también cuenta con modos de dos contra dos, un mano a mano e incluso una locura de hasta ocho jugadores en pantalla. Todos los partidos se pueden disfrutar en una cantidad elevada de escenarios disponibles, entre los cuales se incluyen de manera gratuita a todos los que han ido saliendo al mercado a lo largo de los años, como contenido descargable.

Como si fuera poco, una vez que se haya subido hasta el nivel 10 de experiencia (cada partido ganado o perdido otorga puntos), se desbloquearán algunos modos especiales que agregan más variedad al título. Por ejemplo, uno de ellos reemplaza el arco por una especie de anillo de básquet gigante, cambiando totalmente la dinámica para poder anotar goles. Otro se transforma en un pseudo “hockey” sobre nieve, cambiando el balón por un disco, objeto más difícil de elevar por el aire.

Los modos anteriormente descriptos están bloqueados por nivel porque requieren de un entendimiento y aprendizaje sobre la dinámica y el control del vehículo muy importante. Afortunadamente, Rocket League también trae una serie de tutoriales, divididos por acción (como “ser arquero” o “meter goles”) y a su vez subdivididos por dificultad, los cuales ayudan significativamente a la comprensión de este divertidísimo juego.

Otro gran factor positivo que se encuentra en el título es que su funcionalidad online funciona de maravillas, descontando algunas—esperables—caídas de servidores en su primer día de relanzamiento. El juego cuenta con un sistema de búsqueda de partida que funciona muy velozmente, y con la posibilidad de pedir revancha o buscar el siguiente enfrentamiento de manera muy fácil. Debido a ésto, aparece una sensación de estar jugando casi sin interrupciones, además del clásico escenario de “bueno, una más y me voy a dormir”, lo cual no termina sucediendo.

Para concluir este apartado, es importante mencionar que el título cuenta con funcionalidad “cross play”. Es decir, personas que lo estén jugando desde diferentes plataformas pueden competir entre sí, sin importar si alguien está usando una PC y otro una PlayStation 4. Lamentablemente, se echa en falta que aún no está disponible el chat de voz entre jugadores desde distintas consolas.

Todo lo descripto hasta este momento consiste en el contenido gratuito que cualquier usuario puede utilizar desde el primer minuto. Si alguien se pregunta dónde empieza a aparecer el factor dinero, es en el contenido cosmético del título.

Por un lado, se podrá ir desbloqueando nuevos tipos de autos, como también diferentes aspectos customizables de los mismos (diseños, ruedas, accesorios, tipo de propulsión, etc.), de manera gratuita, simplemente subiendo de nivel y completando desafíos. Por otro lado, el título también cuenta con una tienda donde se pueden comprar partes o vehículos enteros utilizando la moneda de Rocket League, mediante micro-transacciones.

A su vez, también se encuentran dos tipos de Battle Pass, es decir, aquel “pase de contenido” que permite ir desbloqueando contenido único a medida que se sube de nivel en dicho pase. El juego cuenta con uno gratuito y con otro Premium, el cual cuesta aproximadamente 10 dólares. Honestamente, al ser un contenido que no afecta a lo jugable, solo a lo estético, se siente un precio aceptable teniendo en cuenta todo lo que el título ya ofrece de manera gratuita.

Por todo lo dicho, y reiterando una vez más lo gratuito del paquete, Rocket League es un gran producto que merece al menos un fin de semana de prueba con amigos. Como dato de color, quienes lo adquieran a través de Epic Store, la tienda online de Epic Games, obtendrán un cupón de descuento de 10 dólares para títulos de un costo mayor a 15. Además, Rocket League está compartiendo un evento con Fornite, el reconocido battle royale masivo.

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