Cómo es el proyecto que busca que los esports sean reconocidos como deportes

El streamer Gerónimo "Momo" Benavides encabeza la propuesta: piden la reducción de impuestos y poder cobrar en el banco, y en moneda internacional, lo ganado.

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El streamer Gerónimo Benavides, mejor conocido como “Momo”, quiere crear un proyecto de ley para que la escena profesional de los videojuegos sea considerada un deporte. “En un punto primordial, tal vez el eje que motivó a la ley es la declaración de los deportes electrónicos como disciplina, reconocida a nivel nacional e internacional, lo que implicaría poder realizar torneos oficiales, poder competir a nivel internacional representando a Argentina y, sobre todo, un reconocimiento para aquellos chicos, o grandes, que dedican su tiempo a los juegos”, dijo a Infobae Gaming.

Momo es un reconocido streamer en la comunidad de los videojuegos y le faltan 4 materias para recibirse de abogado. En la plataforma Twitch tiene más de 380.000 seguidores y en Youtube, más de millón de suscriptores. Trabaja su proyecto de ley en conjunto con el youtuber Leandro Riccio, que es abogado, entre otros profesionales. Hoy “Momo” está terminando de escribir un resumen del proyecto, que circulará pronto en redes sociales.

Este grupo quiere impulsar la creación de una ley que regule los esports y las personas que trabajan dentro del ámbito digital de manera profesional. Además, busca reducir los impuestos a las empresas de deportes electrónicos, motivar a que los jugadores profesionales no migren a equipos extranjeros y poder cobrar por banco lo ganado en moneda internacional.

Gerónimo Momo Benavides, streamer, impulsor
Gerónimo Momo Benavides, streamer, impulsor de la "ley Momo" (Instagram: @gero.momo)

“Yo no trabajo solo, tengo un equipo muy formado. Trabajo con otro abogado que es Lean Riccio; también con otro abogado especialista en tributación, con másters en Europa, que es Enzo Prunes; con mi amigo Fernando Soria, especialista en representación de jugadores, con máster en Europa, y hoy haciendo un máster en la FIFA. Bueno, somos un equipo muy grande que trabajamos con un diputado que también puso a disposición su grupo de trabajo y nos está ayudando mucho. No voy a dar los nombres, sí les voy a decir una cosa, esto no es política partidaria, hay que entender que los caminos legales para realizar este tipo de cosas es a través de la legislatura”, señaló.

Por otro lado, Momo habla de otra preocupación: los creadores de contenido, fuera de la profesionalización de los deportes electrónicos. “El capítulo 2 de este proyecto de ley va a tratar de crear un monotributo tecnológico que no solo incluiría a un jugador, incluiría creadores de contenido de todo tipo, YouTube, Instagram, Twitch, multiplataforma, como así también a los trabajadores de medios electrónicos, que también estarían incluidos en el mismo”, explica.

En este sentido, la “ley Momo” propone que tengan un incentivo para quedar fuera del impuesto a las ganancias y fuera del pago de IVA. “Este monotributo es voluntario, no es obligatorio, y a comparación de la ley, esta nefasta que van a hacer, que quieren presentar, que dudo que salga, no hay penalizaciones más que aquellas en las que algunos se retrasan en el pago del monotributo. El hecho de que sea voluntario y de hacerle entender que el empleador no pagaría ni aportes, eso lo pagaría el monotributista, generaría varios beneficios, ni hablar de que nosotros estamos planteando la posibilidad de poder cobrar en dólares dentro del país”, manifiesta.

Entonces, la idea sería empezar a trabajar con plataformas digitales de pago como PayPal, Neteller y otras que trabajan de manera directa con bancos. “Es como funciona en Estados Unidos, eso es algo que imitamos del sistema estadounidense, pudiendo depositar sus dólares en los bancos que están adheridos, que los puedan retirar, algo que es una traba muy grande que estamos viviendo”, agrega.

La idea de Momo no es nueva, pero sí piensa en la comunidad de jugadores. Hace dos años, un grupo de diputados promulgó una ley para regular esports. Tuvo una recepción negativa en la comunidad gamer debido a que, entre otras cosas, desestimaba los juegos que según señalaba, generan “furia, agresión o crueldad”, en referencia a títulos en primera persona (FPS) o los MOBA (Multiplayer Online Battle Arena) que no podrían ser considerados esports.

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