El videojuego más divertido del momento: Así es el “Fall Guys: Ultimate Knockout”

El videojuego de Mediatonic es el party game definitivo y garantiza muchísimas horas de entretenimiento, risas y dolores de cabeza.

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Fall Guys: Ultimate Knockout

El último juego publicado por Devolver Digital es un arma de doble filo. Por un lado, Fall Guys: Ultimate Knockout pone sobre la mesa una premisa sencilla, la cual es muy accesible para casi cualquier persona sea asidua jugadora o no. Pero por el otro, contrasta toda esa simpleza llena de colores y super amigable visualmente con partidas extremadamente frenéticas, las cuales por momentos –guste o no– pueden llegar a sacar lo peor de uno.

Fall Guys: Ultimate Knockout es muy simple. El estudio tomó prestado el concepto de battle royale, lo redujo a su más mínima expresión y lo combinó con el espíritu de competencias como Supermatch o The floor is lava. El resultado es el party game definitivo de los últimos años, en el cual el absurdo termina siendo el diferencial que hace que cada carrera sea memorable.

No hay mucho que aprender antes de empezar la primera pendencia. Se puede correr, saltar, hacer un salto hacia adelante, agarrar a otros jugadores y no mucho más. Con esa información, y sin tutoriales innecesarios, arranca la hecatombe. De hecho, lo único que se puede hacer además de jugar, es personalizar al personaje que nos acompañará en este periplo tan peculiar de diversión y –no voy a mentir– bronca.

Las partidas están divididas en cinco pruebas distintas, las cuales varían según la cantidad de jugadores que van quedando de pie a medida que transcurre la contienda. Los primeros niveles –que arrancan con 60 jugadores– suelen ser los que más se repiten, pero a medida que se avanza van apareciendo otro tipo de pruebas más desafiantes y entretenidas. Y es ahí donde más jugo se le puede sacar a la experiencia. Es que después de unas cuantas pasadas, las carreras de obstáculos del comienzo se vuelven bastante tediosas y –a no ser que se juegue con amigos o amigas– se transforman en, valga la redundancia, el mayor obstáculo a la hora de disfrutarlo en solitario.

Pero eso no le quita valor al juego de Mediatonic. De hecho, esa sensación de “¿hay que jugar otra vez esta carrera?” ocurre gracias a algo que el título hace muy bien: mantener al jugador enganchado por horas hasta que por fin le llegue el momento de festejar el tan ansiado primer lugar. Es muy fácil perder la cuenta de cuántas carreras se llevan jugadas –y perdidas–, y esto es posible gracias a un equipo de desarrolladores que entendió que para hacer un videojuego exitoso, muchas veces no son necesarias grandes florituras técnicas, sino que con sólo introducir un poco de aire fresco alcanza.

Mis sesiones de juego siempre culminaron por dos motivos muy puntuales: porque por fin lograba salir en primer lugar, o me cansaba de perder. ¿Por qué explico esto? Es que nunca saqué el juego por aburrimiento o por lo repetitivo que a veces son algunos desafíos. Por muchas horas que se le dedique, siempre habrá una prueba nueva o una variante interesante de alguna que ya se haya jugado. Superar la primera carrera, la cual se siente como un segundo hogar y que se puede recorrer casi con los ojos cerrados, es el precio que hay que pagar para poder disfrutar la magia de esta entrega.

Algo que también mantiene de los battle royale clásicos, es que cualquier manera de jugar que se quiera adoptar para conseguir el primer lugar es totalmente válida. En juegos como Call of Duty: Modern Warfare o Fortnite se puede ir a lo rambo y salir a matar a cuanto enemigo se cruce; o se puede acompañar la acción de un modo más prudente para asegurarse un lugar en la pelea final. Acá, de alguna manera, también se puede accionar de esa manera.

De hecho, hay tantas formas correctas de jugar como personas en la partida. Siempre es factible encontrar al usuario que sólo juega a hacer perder al resto o a aquel que se manda como caballo a buscar el primer lugar hasta en las pruebas donde incluso llegar primero no cambia en nada; y también están los contendientes más precavidos, aquellos que buscan siempre ir lento pero seguro.

Pero si hay algo que enseñan todas las horas invertidas en Fall Guys: Ultimate Knockout es que si se juega demasiado enfocado en ganar, se la pasa muy mal. Y aunque parezca una contradicción–¿quién jugaría con la intención de perder?–, hay mucho de cierto; ya que a veces es difícil lidiar con la frustración que pueda generar perder tantas veces seguidas una partida por un mínimo desacierto. Al final del día, es más probable disfrutar mucho más el juego cuando se juega sólo por diversión, buscando pasar un buen rato y no con la cabeza puesta únicamente en tratar de ganar.

Fall Guys: Ultimate Knockout no escatima en cuanto a modificaciones cosméticas. Como ya es costumbre en casi todos los títulos con apartado multijugador, a medida que se sube de nivel se van desbloqueando distintos ítems, colores y modificaciones estéticas que ayudan a diferenciarse entre tanta multitud colorida. También es posible comprar algunos objetos más especiales haciendo uso de la moneda del juego, la cual se obtiene completando partidas o poniendo la tarjeta de crédito. Las coronas–el premio al máximo vencedor–también pueden intercambiarse por artículos cosméticos, pero éstos son más exclusivos.

Su bajo precio en Steam y la posibilidad de descargarlo gratis en PlayStation 4 (con la suscripción de PS Plus) hacen de esta propuesta algo mucho más interesante. De hecho, por estos mismos motivos los servidores se vieron colapsados de jugadores durante las primeras horas de vida del juego, provocando muchos cortes en las partidas. Sin embargo, gracias a un correspondiente mantenimiento a tiempo, los servidores empezaron a fluir y el juego alcanzó un funcionamiento casi perfecto.

Fall Guys: Ultimate Knockout garantiza decenas de horas de entretenimiento y también una–no tan pequeña–cuota de sufrimiento. Con una premisa bastante sencilla, pero con una ejecución muy sólida y soberbia, lo último de Devolver Digital tiene todo para instalarse como uno de los mejores multiplayers del año. Incluso en los momentos de bronca, producto de una seguidilla de derrotas en la ronda final, siempre habrá ganas para probar suerte en una partida más.

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