Ninja representa varias generaciones de gamers. Realiza transmisiones de videojuegos desde 2011, cuando la plataforma Twitch todavía era Justin.tv. Con casi una década de experiencia, es el número 1 del mundo, una celebridad en Estados Unidos (y otros países), con un equipo detrás que lo ayuda a negociar contratos, patrocinios y campañas. Si bien el año pasado abandonó la plataforma de Amazon para migrar a Mixer de Microsoft, ayer volvió a transmitir en Twitch partidas de Fortnite y Call of Duty: Modern Warfare.
Tyler Blevins nació en 1991 en Illinois, Estados Unidos. En su casa, su madre lo apodó Ninja (cuando se portaba mal) y comenzó a usar ese nombre de usuario en sus primeras transmisiones. Empezó a jugar profesionalmente con el título Halo 3 y su primer torneo fue a los 17 años, en Ohio, con un grupo de chicos que había conocido en internet. Fue un encuentro presencial al que lo acompañó su padre.
Tiempo después, su novia (quien hoy es su esposa) y su hermano le aconsejaron abandonar Halo, donde había alcanzado su techo de popularidad como streamer. Así fue que comenzó a hacer transmisiones de otros battle royale en línea como H1Z1 y PUBG, que llegaban a una audiencia aun mayor. En 2017, cuando Epic Games lanzó Fortnite, Ninja se sintió atraído por el juego que atrapaba a jóvenes adolescentes y vio una oportunidad para llegar a esa audiencia, haciendo transmisiones muy divertidas del juego. Es que ser streamer no es solo transmitir el juego, sino que consiste en entretener e interactuar con la audiencia. Y Ninja sabe cómo hacerlo.
Tiene más de 24 millones de suscriptores en YouTube y cuando estaba en Twitch, alcanzó más de 12,5 millones. Su pase de Twitch a Mixer se dio a través de un contrato millonario que cambió las reglas del juego. No trascendió la suma oficial, pero algunos rumores indicaban que se trataban de decenas de millones de dólares y se vivió como un pase del fútbol de élite.
Un equipo de abogados y contadores, entre otros profesionales, forman parte de su equipo, ayudándolo a analizar contratos, por ejemplo. En un mes normal, según ESPN Magazine, el team de Ninja obtiene fácilmente más de USD 1 millón.
Si bien el sistema de donaciones y suscripciones de la audiencia formó parte de su éxito en sus inicios, Ninja creció teniendo una línea de venta de merchandising, y tarifas de aparición y patrocinios, que lo hacen facturar millones de dólares. Actualmente, por ejemplo, es parte de una campaña global de Nike.
En 2019, Ninja decidió abandonar la plataforma de streaming Twitch y migrar a Mixer, de Microsoft. Pero hace dos meses, esa plataforma anunció abruptamente que cerraba ya que no pudo obtener el éxito esperado. Ninja tuiteó que tenía “algunas decisiones que tomar” y se desconectó silenciosamente del servicio.
Hoy es agente libre, volvió a transmitir en YouTube y desde ayer apareció nuevamente en Twitch. Sin dudas, es el streamer más codiciado. Además, es una celebridad en Estados Unidos y quiere llegar aun más lejos. Ha confesado que le gustaría trabajar en Hollywood, sumándose a alguna película, haciendo voces o trabajando en animación. El año pasado filmó un cameo en la película de Ryan Reynolds, Free Guy.
Ha tenido participaciones, por ejemplo, en el programa de televisión “The Tonight Show Starring Jimmy Fallon”, de la NBC, en donde le ha enseñado al conductor su famoso paso de Fortnite Pon Pon. Además, tiene un libro denominado “Get Good”, una guía para sumergirse en el mundo de los videojuegos; ha transmitido desde una carpa especial en el festival de música Lollapalloza; y hasta ha aparecido en la campaña de aniversario de 100 años de la NFL.
Además, Fornite ha visto crecer a Ninja, y el streamer al juego. Hoy es uno de los títulos que más transmite, y hasta se ha dado el lujo de jugar en dúo con el rapero canadiense Drake.
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