El primer DLC de The Division 2 es un muy buen regreso al punto cero de la pandemia

Hace casi 3 años Ubisoft se adentró en el terreno de los MMORPG, o también conocidos como juegos de rol online masivos. Y el resultado fue semi amargo. Presentó un shlooter (la combinación de shooter y looter) competente pero la combinación de una serie de problemas en su arquitectura online junto con poca variedad de misiones atentaban contra la experiencia.

En 2019 el estudio francés aprendió las lecciones y entregaron una secuela mucho más sólida. Nueva ciudad (nos mudamos del epicentro de la epidemia en Nueva York a Washington D.C), nuevo loot y mucho más contenido junto con un endgame que alargaba el juego hasta varias docenas de horas.

Sin muchas cosas que arreglar este primer DLC de The Division 2, tiene como premisa trasladar de volver al Ground Zero. Desde su año de lanzamiento, el juego ha recibido contenido gratuito de apoyo, pero este es el primero que es pago.

En lugar de suceder en la capital de Estados Unidos, la acción transcurre en Nueva York, el escenario del primer juego. El objetivo: realizar una cacería humana a un exagente que ahora es quién corta el bacalao en el sur de la ciudad. Plot twist: el agente que llega a Nueva York lo hace en una zona donde The Division no es exactamente bienvenida.

Para dar con su ubicación, primero tenemos que obtener información de sus cuatro lugartenientes, repartido cada uno en su respectiva zona. Es la misma mecánica de juego que Ubisoft ya ha aplicado en Far Cry: New Dawn. Hay que seguir el camino de migajas de pan que deja cada lugarteniente -que se los puede buscar en cualquier orden- hasta tener la información necesaria para cazar al pez grande.

Warlords of New York gana en frescura al darle a cada subjefe su estilo de combate. Los hay desde aquellos que usan drones para atacar, tanques con armaduras casi impenetrables y especialistas en guerrilla urbana. Y para ser un DLC no es particularmente corto. Su campaña principal toma unas 8 horas que se pueden alargar hasta 14 si queremos completar todo.

A su vez, las cuatro zonas tienen su serie de eventos que alargan aún más el juego. Desde misiones secundarias que nos dan mejor loot, y valen la pena hacer en algunos casos, hasta los eventos que se repiten (ejecuciones públicas que evitar, altavoces que emiten propaganda que apagar y puntos de control que controlar) desde The Division 2.

Sin embargo no todo es positivo. Los servidores en América Latina de Ubisoft aún están lejos de lo deseable. Cada conexión a una partida nueva toma más tiempo de lo entendible. El match making, hasta ahora, ha sido frustrante. Para un juego con una dificultad considerable y pensado para jugar con un squad, especialmente en partes donde los disparos vienen de todos lados, es incomprensible la baja calidad de los servidores.

En los últimos años, Ubisoft le ha brindado un fuerte apoyo a sus videojuegos postlanzamiento. El contenido -tanto gratuito como oneroso-que recibieron los más recientes Assassin’s Creed y que sorprendentemente For Honor se siga expandiendo son simples muestras. de una política loable y no muy repetida en los estudios más grandes. Esa política se mantendrá con The Division 2 ya que está anunciada una futura raid y actualizaciones gratuitas para la expansión.

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