Federico Bal se convirtió en nuevo jugador de Playerunknown’s Battlegrounds del equipo argentino Maycam Evolve Gaming y la noticia cayó como una bomba en el mundo de los deportes electrónicos. La llegada del ex Bailando generó miles de reacciones de todo tipo en la escena competitiva de la región. Algunos lo vieron con buenos ojos, por la visibilidad que puede darle a los esports, y a otros más escépticos les pareció una tomada de pelo.
Será su primera incursión en el mundo competitivo se da de la mano de un proyecto de la organización que busca llegar a más medios, marcas y público a través de figuras de esta índole. El actor se mostró muy agradecido por esta oportunidad. “Es genial porque Evolve vea mi lado más popular y también de fan. Eso es también un poco lo que quieren mostrar: que todos podemos jugar y que no necesariamente tenés que ser un pro. Podés ser un chabón normal que termina de trabajar y se sienta a la noche y jugar, y al mismo tiempo ser bueno o aceptable. Y eso me encanta”, le contó a Infobae.
Lo cierto es que el mediático es un fan de los videojuegos de toda la vida, y tendrá la chance de demostrar sus habilidades con el mouse y el teclado por primera vez de manera profesional. El principio de su historial gamer se remonta a su infancia. “Desde muy chico jugaba al Atari en lo de mis primos. Después me compraron mi primera consola que fue un Sega Génesis. Pasé por la Super Nintendo, todas las Playstation y el GameCube”, agregó.
La transición entre un jugador que se desempeña de manera ociosa y alguien que lo hace de forma competitiva no es sencilla. Fede Bal relató cómo fue que decidió animarse al cambio: “Me quise volver profesional cuando entendí que era un momento de recreacion tan grande que puede romper los límites de un niño. Podemos ser adultos, tener hijos, familia y aun así juntarnos a la noche y dedicarle un tiempo para entrenar. Poder generar una sociedad donde charlamos, nos divertimos y al mismo tiempo competir. En ese momento sentí que me empecé a volver bueno. Soy amateur, pero siento que tengo mi habilidad. Y me pareció una propuesta muy buena poder llegar a este equipo. Va a exponer algo de mí que tengo como hobbie y lo va a llevar a un lugar más profesional”.
Fede Bal es la primera incorporación de Evolve en su escuadra de PUBG. Sus otros tres compañeros aun no fueron presentados y el objetivo es que comiencen a competir juntos a partir de febrero, cuando el actor finalice su temporada en Mar del Plata. Actualmente se encuentra protagonizando la comedia Mentiras inteligentes, que se exhibe en el teatro Lido, junto a Mica Vázquez, Arnaldo André y Nora Cárpena.
Por otro lado, explicó cuáles son sus objetivos como jugador profesional: “Yo quiero llevar a este equipo tan lindo y tan copado a un lugar de mucha más visibilidad. Creo que a las marcas le va a interesar apostar por nosotros y ver como crecemos, como entrenamos y competimos en algún certamen. Me parece que eso es lo importante. Mi objetivo no es ganar torneos, sino mostrar lo divertida que puede ser una competencia y lo interesante que es que un grupo de amigos juegue profesionalmente”.
Durante los últimos años buscó mostrarse como un referente del mundo gamer en el país, y hasta condujo su propio programa de entrevistas a famosos de la farándula llamado Videojugadores. Esto lo posicionó en el epicentro de las críticas de gran parte de la escena. Su incorporación será una gran apuesta por parte de Evolve, que ya empezó a rendir frutos porque la noticia se volvió tendencia en Twitter, aunque no precisamente por halagos. Su llegada podrá darle a la organización un agregado que pocos jugadores pueden: “Creo que puedo aportar visibilidad y mostrar que cualquuera puede jugar. Que alguien de le tele puede estar en este mundo tan lindo. No solo los que están rankeados y juegan en serio”.
Por último, diferenció al Fede Bal mediático del jugador: “El primero tiene que caer siempre bien o dentro de todo tratar de ser politicamente correcto. El segundo puede desplegar más su ira cuando las cosas no salen bien en un equipo, cuando se pierde un torneo o una partida. Ahí se puede salir un poco de lo aceptado que pasa en la tele y detrás de un monitor poder hatear, gritar y enojarse si es lo que necesita el juego y la partida”.