Marcos Peña envió anoche un mensaje de agradecimiento a los que trabajaron en el G20

Anunció que el Gobierno convocará a todos los que trabajaron en algún aspecto de la organización para felicitarlos personalmente

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(Foto: Nicolás Aboaf)
(Foto: Nicolás Aboaf)

Los teléfonos de los ministros del Gabinete nacional recibieron anoche un mensaje vía WhatsApp con pedido de distribución entre cada uno de los que trabajaron en la organización del G20.

"Gente, buenas noches, terminó el G20. Se fueron todos felices por un acuerdo histórico, todos los presidentes destacaron la organización, el clima que se generó, la calidad de todo que vivieron estos días. Y creo que vale el reconocimiento. Obviamente, primero el liderazgo de Mauricio, que la rompió en estos días y en este proceso, pero también a todos los que trabajaron en este monumental trabajo en equipo a lo largo de todo el año, haciendo que esto funcione muchas veces desde tareas muy pequeñas y otras más grandes. Pero es un orgullo enorme. Lo vamos a reconocer en un evento que vamos a organizar esta semana, pero mientras si pueden reenviarle esto a sus equipos, a la gente que estuvo trabajando, desde el primero hasta el último, para un primer agradecimiento. Y que esta noche festejen y duerman tranquilos, así pueden sentir la tarea cumplida. Abrazo grande. Marcos, desde acá".

Era la voz del Jefe de Gabinete que, todavía desde Costa Salguero, y feliz por el resultado de la cumbre, se acordó del descomunal esfuerzo que miles de personas del Gobierno, "desde el primero hasta el último", pusieron lo mejor de cada uno para llevar adelante el desafío más grande que tuvo la Argentina en la organización de un megaevento de escala global, un riesgo fenomenal si salía mal.

Para un país con vocación de aislamiento, la apuesta del G20 era -por cierto- peligrosa. Nuestro país  está siempre al borde del papelón y más de una vez se debe haber preguntado Mauricio Macri quién lo llevó a meterse en semejante lío, donde se jugada a cara y cruz el prestigio de la Argentina y el suyo propio. Pero una vez asumida la responsabilidad, no tenía más remedio que seguir adelante. Y los resultados están a la vista.

Se temió que la cumbre fracasara. No solo no sucedió, sino que Buenos Aires fue escenario de la firma del nuevo acuerdo del NAFTA, de la primera conferencia de prensa de un premier británico en Buenos Aires, de una nueva reunión de los países miembros del BRICS, de infinitas reuniones bilaterales para distender los diversos conflictos internacionales. Y de una tregua entre los Estados Unidos y China en la guerra comercial que perjudica al conjunto de las economías.

Se temió que no hubiera documento final. Lo hubo y el texto dejó altamente conformes aún a los ambientalistas más exigentes, ya que existió enorme habilidad para encontrar las palabras que dejaran conformes a todas las partes.

Se temió que se incendiara la Ciudad. Hubo manifestación, pero no se produjeron incidentes, porque hubo un trabajo de prevención como nunca antes se había conocido.

Argentina es una sociedad que teme, que vive cuestionándose, que descree de sus propias capacidades. En este caso, demostró que tiene profesionales de gran talento para llevar adelante los desafíos más complejos y una fenomenal capacidad de organización, seguramente porque logró hacer acción lo que el Gobierno suele repetir como un mantra: trabajar en equipo.

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