Un pedido que fue casi una orden. Mauricio Macri se comunicó anoche y durante toda la mañana de hoy con los funcionarios argentinos a cargo del documento final de la cumbre del G20 con un mensaje preciso: "Logremos un acuerdo y que haya cumbre consensuada", dicen que deslizó.
En medio de la vorágine del debate de los sherpas del G20 para arribar a un texto consensuado para la declaración final de presidentes, Macri insistió en abordar una negociación entre todas las comitivas para evitar un portazo de Donald Trump o de algún otro jefe de Estado que empañe todo el desarrollo de la cumbre.
La orden emitida por Macri sustancialmente al canciller Jorge Faurie y al sherpa jefe del G20 el argentino Pedro Villagra Delgado no parece sencilla de cumplir. Hasta hoy a la mañana subsistían entre las delegaciones de los 20 jefes de Estado diferencias en torno a tres temas centrales: el comercio, los subsidios de China al acero y el capítulo de cambio climático.
Los sherpas del G20 estuvieron toda la noche tratando de cerrar cada párrafo del documento final en una tarea de ingeniería diplomática que aun pende de un hilo.
"Macri quiere sacar los párrafos más conflictivos del documento pero lograr un texto firmado por todos", dijo a Infobae un encumbrado funcionario de la Cancillería.
En los pasillos de Costa Salguero y entre la delegación argentina pesa mucho hoy el fantasma de la reciente cumbre de G7 en Canadá donde Trump se fue dando un portazo o la decisión de Estados Unidos que en la cumbre del G20 de Hamburgo firmó en disidencia el documento.
Sin embargo, la intención de Macri de arribar a un acuerdo es más fuerte que cualquiera de todo lo que traba hoy el documento. Hacia las 11 los sherpas trasladaron a los presidentes el pre-borrador final de la cumbre para que le hagan algún retoque y lo devuelvan a los referentes de cada delegación para la redacción final con los cambios propuestos por los presidentes.
Las palabras de Macri en la apertura de la cumbre invocando a Nelson Mandela en virtud de una actitud dialoguista entre los líderes y aquella frase de "administrar las diferencias" resonó en todo momento entre los sherpas.
La delegación argentina cuenta con el respaldo de Francia, Gran Bretaña, Italia, España, Brasil, Alemania y Australia para arribar a un acuerdo. Pero estas posturas dialoguistas chocan con la tesitura de China por los subsidios al acero y una actitud multilateralista extrema contra el proteccionismo de Trump. También Turquía y Estados Unidos se pusieron firmes en el tema de cambio climático.
El mayor riesgo que hay en función de lograr un consenso a toda costa es transversal a todas las delegaciones: nadie quiere que haya un acuerdo lavado que sólo sea una simple declaración de deseos.
Macri dijo ayer en la apertura de la cumbre del G20 en Costa Salguero que aspira a "crear las bases para los consensos de los próximos 10 años: es una gran tarea que tenemos por delante". Quizás es una expresión demasiado ambiciosa aunque traduce el nivel de desesperación que hay en el Gobierno para que la cumbre no sea un fracaso aunque ello implique un documento lavado.
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