La megacumbre de líderes del mundo reúne a los poderosos pero no a los mejores

Representan el 85% del PBI del planeta. Sólo participan 3 de los 10 más destacados en desarrollo humano

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Están presentes absolutamente todos máximos
Están presentes absolutamente todos máximos representantes de los diez países más poderosos del mundo, en términos de su aporte al PBI mundial (Julieta Ferrario)

Están presentes absolutamente todos máximos representantes de los diez países más poderosos del mundo, si por poder se entiende su Producto Bruto Interno: desde Donald Trump y Xi Jinping como mandatarios del número uno y dos del ránking, hasta Michel Temer y Justin Trudeau por Brasil y Canadá que ocupan el noveno y décimo lugar respectivamente, pasando por Shinzo Abe de Japón, Angela Merkel de Alemania, Theresa May del Reino Unido, Emmanuel Macron de Francia, Narendra Modi de India, y Giuseppe Conte de Italia, que respectivamente figuran en los puestos tres al ocho.

Y también participan los mandatarios de la mayoría de los siguientes 10 países que siguen en el ránking de potencias productivas. Está Moon Jae In de Corea del Sur que ostenta el undécimo lugar y Recep Erdogan de Turquía que figura en el puesto diecinueve.

Sólo dos de los diecinueve países miembros del G20 (el vigésimo es la Unión Europea) no forman parte del lote de las 20 principales potencias. Uno es la Argentina, que acaricia el ingreso a ese club desde la posición 21 en nivel del PBI, pero en términos del índice de desarrollo humano se ubica mucho más lejos, está en el puesto 47. El otro es Sudáfrica, que está lejos de acceder al top 20 ya que ocupa el escalón treinta y cuatro.

La Argentina acaricia el ingreso al Club del G20 en términos de PBI desde la posición 21, pero en términos del índice de desarrollo humano se ubica mucho más lejos, está en la 47

Pero así como no hay duda de que nuclea a las principales potencias, el G20 no puede arrogarse el privilegio de reunir a los mejores, si por mejores se entiende a los países de mayor bienestar y no a los que producen más.

De las varias maneras de medir el bienestar de un país, la más común y utilizada es el índice de Desarrollo Humano que elabora anualmente el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, y que además de tomar en cuenta el Producto Bruto per cápita (no el Producto Bruto global) considera el nivel de educación y de salud de los países.

Según el último ránking, siete de los diez mejores países no integran formalmente el G20. No está ni el primero ni el segundo, Noruega y Suiza, y tampoco Irlanda, Islandia, Suecia, Singapur y Holanda, que ocupan respectivamente los puestos 4,6,7,8 y 10. Casi todos están representados indirectamente como miembros de la Unión Europea, que es el vigésimo socio del G20.

Siete de los 10 mejores países no integran formalmente el G20. No está ni el primero ni el segundo, Noruega y Suiza, y tampoco Irlanda, Islandia, Suecia, Singapur y Holanda, que ocupan respectivamente los puestos 4,6,7,8 y décimo

Esta cumbre del G20 se desarrolla bajo el título "Un Futuro Equitativo y Sustentable". ¿No sería razonable, lógica y elemental, que para tomar decisiones sobre esos temas participen las potencias pero también los mejores?

Considerando que, al menos formalmente, la problemática de la equidad forma parte de la agenda, la formación de los mejores podría realizarse en base a un indicador de Desarrollo Humano algo más sofisticado, que además del Producto Bruto per cápita, la educación y la salud, incluye en la fórmula de medición la variable desigualdad.

La formación de los mejores podría realizarse en base a un indicador de Desarrollo Humano algo más sofisticado, que además del Producto Bruto per cápita, la educación y la salud, incluye en la fórmula de medición la variable desigualdad

En el top 10 de los países como mayor Indice de Desarrollo Humano corregido por desigualdad, también hay 7 que no están presentes en Buenos Aires en forma directa: Noruega, Holanda, Suiza, Dinamarca, Suecia, Irlanda y Finlandia.

El capitalismo y sus defectos

Desde hace muchos años el mundo está en una etapa donde el capitalismo no parece tener modelo alternativo, y da la impresión de que eso va a prolongarse por mucho tiempo más.

Pero el dominio casi absoluto de ese sistema y la falta de utopía alternativa no hace más que resaltar las enormes diferencias de los capitalismos realmente existentes, con combinaciones tan disímiles como la variante no democrática y de omnipresencia estatal china, las rémoras de los Estados de Bienestar europeos, el libremercadismo cada vez más excluyente de Estados Unidos, y el modelo nórdico o escandinavo, que a juzgar por el ranking de los mejores es el que más resultados está dando y el menos presente en Buenos Aires.

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