El predio de una de las residencias de la escritora argentina Victoria Ocampo, en la localidad de Beccar, al norte del Gran Buenos Aires, fue el lugar elegido para la primera de las actividades estipuladas para los acompañantes de los líderes que llegaron a la Argentina para la Cumbre del G20.
La anfitriona para la ocasión fue la primera dama argentina, Juliana Awada, quien siguiendo con el protocolo dio inicio al llamado "Programa de acompañantes" del encuentro.
Con las calles de la zona cortadas, el barrio, que habitualmente es tranquilo y está rodeado de árboles y naturaleza, se vio completamente alterado por el fuerte operativo de seguridad. Incluso en algún momento de las horas previas a la comida, se llegó a escuchar algo de reggaeton de fondo que salía de una de las residencias vecinas.
Con el correr de las primeras horas de la mañana, fueron llegando distintos invitados, pequeñas comitivas y hasta un grupo de granaderos para participar del evento.
Las últimas en arribar fueron las comitivas de Estados Unidos y Francia, que finalmente también fueron parte del encuentro.
Según había informado la organización, cada primera dama o acompañante tenía permiso para ingresar con hasta tres acompañantes.
Rodeadas por extensos jardines las primeras damas fueron ingresando a la casona construida en 1891, hoy convertida en museo, donde fueron recibidas por la esposa de Mauricio Macri.
Sonriente, Awada dio la bienvenida a los invitados y también a los fotógrafos presentes, a quienes les agradeció especialmente haber viajado hasta Beccar para cubrir la actividad, que describió como "muy importante para la Argentina".
Siguiendo con lo estipulado por el protocolo, los invitados posaron para tradicional foto de familia con la ecléctica fachada del palacete de fondo.
De inmediato, poco después de posar con todos para los fotógrafos, Melania Trump se retiró de la residencia.
Después de caminar por los jardines, las primeras damas pasaron al interior y recorrieron cada uno de los salones de la casona que mantienen intacto el espíritu de una de las intelectuales más importantes de la Argentina.
Allí, Juliana brindó unas palabras de bienvenida dónde hizo mención al trascendente rol de Victoria Ocampo en la historia argentina, su lucha por los derechos femeninos y su compromiso por la igualdad de género, dos causas que la primera dama defiende.
El prestigioso chef argentino Francis Mallmann agasajó a las primeras damas con un exquisito menú, compuesto por humita del norte argentino, ensalada de centollas fueguinas, merluza.
Postre: flan y panqueques con dulce de leche.
Durante la recepción que se extendió hasta la 13, disfrutaron de una recepción en los señorales jardines al sonido del cuarteto de cuerdas se acoplaba al sonido de la naturaleza.
Victoria Ocampo tenía un sueño, y ése era el diálogo entre culturas, algo que ocurrió este mediodía.
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