"Te voy a sorprender", le escribió Mauricio Macri a Emmanuel Macron a través de WhatsApp. El presidente argentino y su colega francés chatean con asiduidad y el desafío de Macri no estaba vinculado a la alta política. Durante su último viaje a París, Macri y Juliana Awada fueron invitados por Macron y su esposa Brigitte al exclusivo restaurant Guy Savoy. Macri quedó impresionado por el gesto del matrimonio francés y ahora pretende doblar la apuesta con un viaje al Delta y un almuerzo en la isla El Descanso. La agenda diseñada por Macri y aceptada por Macron exhibe la sintonía personal entre ambos jefes de Estado y la profundidad de la alianza bilateral entre Argentina y Francia ante los desafíos geopolíticos que provoca la guerra comercial desatada por Estados Unidos contra China.
Macron se enfrentó con Donald Trump durante su último encuentro en París, y el temor de la Casa Rosada era que sus diferencias políticas complicaran la agenda del G20. El presidente francés cree en la cooperación internacional y el libre comercio, dos conceptos de política exterior que el presidente americano considera una antigüedad académica. Estas diferencias, si se exacerbaban en Buenos Aires, podían transformar al G20 en un campo de batalla con resultado incierto.
Los temores de Balcarce 50 llegaron sin intermediarios al Palacio Eliseo, y la respuesta vía Whatsapp fue tranquilizadora y optimista. Macron le aseguró a Macri que no iba a poner en riesgo el G20 de Buenos Aires y que trabajaría para lograr un documento final que permita evitar un conflicto con la Casa Blanca y satisfacer los intereses de todos los actores de la cumbre del G20 en Argentina.
Macri hizo su tarea y aprendió a entender los movimientos políticos alrededor del planeta. El presidente argentino asumió que Macron se está transformando en el líder de la Unión Europea y que Francia prefiere su mirada del mundo ante la perspectiva que plantea Jair Bolsonaro, el sucesor de Michel Temer en el Palacio del Planalto de Brasilia. Macron considera que Bolsonaro pretende representar en el Mercosur las ideas de American First de Trump y ya se decantó por Macri, que mantiene relaciones fluidas con Trump y que a su vez defiende la libertad de comercio y el multilateralismo diplomático.
Macri puso muchísima voluntad política para lograr un acuerdo histórico entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur. Macron aseguró al presidente argentino que no sería un obstáculo para cumplir con ese sueño geopolítico de Macri, y honró sus compromisos asumidos en la última reunión bilateral que mantuvieron en el Palacio del Eliseo. Sin embargo, el acuerdo Mercosur y UE encalló en las últimas negociaciones que se trenzaron en Bruselas. Las diferencias técnicas en cuatro andariveles específicos –autos, identificación de origen, leche y tráfico marítimo-, aún no pudieron ser resueltas por una decisión política coordinada a ambas márgenes del Océano Atlántico.
Macri propondrá a Macron avanzar sobre la burocracia de la UE en Bruselas y encontrar un punto de contacto que permita lograr un acuerdo político que selle las relaciones bilaterales entre Europa y el Mercosur. Macron está de acuerdo con su colega argentino, pero el tiempo conspira contra las aspiraciones de ambos jefes de Estado. Bolsonaro asume en un mes la presidencia de Brasil y la Unión Europa se encamina a elecciones parlamentarias, un escenario político que no es propenso para plantear un acuerdo con un bloque económico que supuestamente compite con ciertos commodities europeos. Se trata de una falacia: Mercosur y UE pueden funcionar como economías integradas y estructurar un mercado inédito para ambos bloques regionales.
En la agenda de Macri y Macron también estará la guerra comercial que protagonizan Estados Unidos y China. Se trata de un combate mundial que afecta la economía de todos los países y que Macri y Macron observan con atención para evitar que las diferencias entre Xi Jinping y Trump provoquen una crisis global sin antecedentes.
Ambos presidentes intentan contener a Trump y establecer una agenda común que permita encontrar una solución a la contienda entre Washington y Pekín. En este sentido, Macri y Macron funcionan en tándem y tratan de alinear a sus socios del Mercosur y la Unión Europea. La reunión bilateral de hoy pretende profundizar esa estrategia común y además obtener un documento final del G20 que satisfaga a todos los países que llegarán a la Argentina. Una tarea que no será fácil: depende de la voluntad política de Trump y Xi, que cenarán a solas en Buenos Aires cuando la cumbre del G20 haya terminado.