La agenda paralela del G20: guerras comerciales, tensiones geopolíticas y el futuro del multilateralismo

Los 20 líderes de los países y organizaciones miembros del grupo llevarán a Buenos Aires los conflictos, desencuentros y proyectos a futuro que se han gestado en todo el año. Hay expectativas por las reuniones bilaterales que se llevarán a cabo durante la realización de la cumbre

Algunos de principales líderes mundiales tendrán reuniones bilaterales durante el G20

Los líderes de los 19 países más importantes del mundo y de la Unión Europea se encerrarán durante dos días en un centro de convenciones de la ciudad de Buenos Aires, Argentina, para limar asperezas, negociar acuerdos y plantear la dirección del futuro cercano.

Por supuesto, el G20 es más que una cumbre anual de dos días, y desde principios de año se han estado dando reuniones de trabajo entre ministros y otras instancias de debate y cooperación.

Pero, al mismo tiempo, todo parece girar en torno al momento en el que los líderes se vean a la cara todos juntos y al mismo tiempo, y para que se celebren -a la par- reuniones más acotadas.

Detrás de ellos llegan los conflictos comerciales, las tensiones geopolíticas e históricas, las distintas situaciones internas y los dispares proyectos a futuro en un mundo que parece desordenarse cada año un poco más y en el cual el multilateralismo se encuentra en jaque.

Argentina organiza por primera vez la cumbre del G20 (Gustavo Gavotti)

La guerra comercial entre las dos principales potencias

Quizás el conflicto más candente de los que afectan hoy al mundo es la escalada de aranceles entre Estados Unidos y China, históricos socios comerciales, que mantiene a la economía global en vilo.

Reestructurar la relación comercial a fuerza de tarifas había sido una de las promesas del presidente Donald Trump, luego de acusar a China de aprovecharse y mantener un superávit demasiado abultado. Sin embargo, pocos creyeron que la cumpliría con tanta celeridad. Este año el Tesoro estadounidense impuso aranceles a productos chinos, en especial acero, aluminio y maquinarias, por 50.000 millones de dólares, provocando una reacción similar y recíproca de Beijing contra productos de consumo. Las promesas a futuro hablan de hasta 267.000 millones gravados.

Los primeros efectos ya se sintieron en China, con una caída este año del crecimiento económico al 6,5% para el tercer trimestre de 2018, por debajo del 6,7% esperado. Pero también ha sacudido al resto del planeta, expectante por los cambios en la demanda en las dos economías más grandes del mundo.

La guerra comercial ya está afectando a China y hay expecativas en todo el mundo (AFP)

Al respecto, se espera que Trump mantenga una reunión, posiblemente el 2 de diciembre y tras el cierre del G20, con el presidente de China Xi Jinping en Buenos Aires. Es sin dudas una de las más esperadas y trascendentes.

El nuevo NAFTA

Trump no sólo cargó contra China por la relación comercial: también lanzó advertencias y aranceles a casi todos sus socios, incluyendo la Unión Europea y Canadá y México, históricos miembros del tratado NAFTA (TLCAN).

Esta situación provocó este año una renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, y se espera que Trump se reúna con el presidente mexicano saliente, Enrique Peña Nieto, y con el primer ministro Justin Trudeau para firmar el documento en Buenos Aires.

La libre navegación del Pacífico y las ambiciones de China

Estados Unidos y China importarán otra crisis a la cumbre del G20 y su reunión bilateral, quizás de menor impacto global que la guerra comercial pero de fuerte incidencia geopolítica.

El presidente de Estado Unidos, Donald Trump, el saliente mandatario de México Enrique Pena Nieto y el primer ministro Justin Trudeau

Desde hace casi una década Beijing ha estado expandiendo su influencia en su costa sobre el Océano Pacífico y más allá, y ha promocionado su iniciativa de "Un cinturón, una Ruta" para crear una conexión terrestre y marítima eficiente entre China y Europa, una suerte de nueva "Ruta de la Seda".

Para esto ha ampliado enormemente las capacidades de su marina, habiendo desplegado su primer portaaviones y en plan de agregar otros tres a la flota. También ha avanzado en la construcción de islas artificiales y bases militares en islotes y arrecifes por todo el Mar del Sur de China, incluyendo aguas diputadas con Filipinas, Malasia, Vietnam, Brunei, entre otros países.

Frente a esto, buques de guerra estadounidenses regularmente navegan en aguas internacionales cercanas a esto territorios, provocando reacciones en Beijing ante lo que los chinos denominan "provocaciones". Washington, en cambio, defiende el derecho a la libre navegación y desconoce la soberanía china de las regiones en disputa.

El momento en el que un destructor chino casi embiste a una nave de Estados Unidos en el Pacífico

Corea del Norte, del deshielo al estancamiento

De las amenazas cruzadas de guerra nuclear en 2017 al deshielo y los apretones de manos en 2018, la tensión en la península coreana parece haberse aplacado a fuerza de reuniones bilaterales, primero entre el presidente surcoreano Moon Jae-in y el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, y luego entre este último y el presidente Trump.

Pero aunque la retórica se ha moderado y los ejercicios militares estadounidenses y las pruebas misilísticas norcoreanas han sido limitadas, poco se avanzó realmente desde la declaración alcanzada en junio en Singapur.

Corea del Norte sigue teniendo un arsenal nuclear, pequeño pero aún así peligroso especialmente para la vecina Corea del Sur, el estado de guerra con Estados Unidos persiste desde 1952 y la península continúa siendo un polvorín y otro espacio de choque entre Washington y Beijing, último aliado del régimen en Pyongyang.

El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, junto al presidente de Estados Unidos, Donald Trump (Reuters)

Al respecto, se espera que Moon Jae-in y Trump mantengan una reunión bilateral en Buenos Aires.

De la injerencia rusa y la proliferación nuclear a la guerra en Siria

Las relaciones entre Rusia y Europa y Estados Unidos están en un momento de fuerte tensión y escalando desde la crisis en Ucrania desatada en 2014, luego de la anexión de Crimea. Las dos principales superpotencias nucleares del mundo están chocando en diferentes frentes y tenían incluso una reunión pautada entre Trump y el presidente Vladimir Putin para el sábado en Buenos Aires para discutir "la seguridad estratégica, el desarme y los conflictos regionales", pero el jueves finalmente el mandatario estadounidense canceló el encuentro.

Trump aún lidia dentro de su país con la investigación en curso por la presunta injerencia de Rusia en las elecciones presidenciales de 2016, cuando se habrían lanzado desde este país numerosas campañas "sucias" y ciberataques contra la demócrata Hillary Clinton pero también contra el sistema político estadounidense en general.

La guerra civil siria persiste desde el 2011

Por otro lado, el Reino Unido, principal aliado político y militar de Estados Unidos, también se encuentra en una escalada de tensiones con Moscú luego de que agentes del Kremlin intentaran asesinar al ex espía ruso Sergeui Skripal con un poderoso agente químico en Salisbury, al sur de Inglaterra.

Siria sigue siendo, sin embargo, el verdadero "frente" en el que tropas de Estados Unidos, el Reino Unido y Rusia prácticamente se ven los rostros en medio de la guerra civil que desde el 2011 asola al país con entre 350.000 y 500.000 muertos, cinco millones de refugiados y siete millones de desplazados.

Washington y Londres han apoyado a un sector de los rebeldes, liderado por los kurdos, que se levantaron contra el dictador sirio Bashar al Assad, mientras que el apoyo de Moscú es precisamente la razón por la que el gobierno del líder del partido Bath no colapsó en 2015. La guerra persiste ahora en una controlada violencia de menor intensidad a la registrada en años anteriores, pero no hay acuerdo para cierre al conflicto y el inicio de la reconstrucción. El escenario sirio continúa partido en un cóctel que también involucra a Turquía e Irán.

Otro punto central en la agenda entre Trump y Putin es la cuestión nuclear y los desafíos a la proliferación, luego de que el mandatario estadounidense anunciara en octubre su intención de retirarse del tratado de limitación de armas atómicas de alcance medio (INF, en inglés), que ha sido central desde 1987 para reducir los arsenales de estas armas de destrucción masiva en ambos países.

El misil nuclear Pershing II

El Brexit, el fin de la era Merkel y el acuerdo con el Mercosur

Tras largos años de negociaciones desde el referéndum que en junio de 2016 inició la salida del Reino Unido de la Unión Europea, Bruselas y Londres parecen haber llegado a un cuestionado acuerdo para efectivamente concretar el "Brexit" el 29 de marzo de 2019.

Cuando esto se lleve a cabo, si es que logra superar la resistencia en el parlamento británico, sellará el golpe más duro para el proyecto de unificación europea.

Atrás parece quedar, también, el liderazgo de la canciller alemana Angela Merkel, cuyo partido -la Unión Demócrata Cristiana (UCD)- viene de una serie de malos resultados electorales golpeado por la ultraderecha (AfD) y los verdes (Grüne). Estos movimientos parecen haber sellado su futuro político: anunció el mes pasado que éste será su último mandato.

Pero antes de irse, dentro cuatro años, Merkel parece haber aceptado la necesidad de acercar aún más a su país con la Francia de Emmanuel Macron, para cerrar filas contra el golpe del Brexit y el aumento del nacionalismo de ultraderecha.

Manifestantes en contra del Brexit (Reuters)

El asesinato de Jamal Kashoggi y el príncipe reformista

El 2 de octubre el periodista disidente saudita Jamal Khashoggi entró al consulado de su país en Estambul, Turquía, y ya nunca volvió a salir. El reino petrolero primero negó cualquier responsabilidad con su desaparición y luego admitió que el reportero había muerto dentro de la delegación diplomática, culpando a elementos rebeldes en sus servicios de inteligencia.

Según las fuerzas de seguridad turcas, que denunciaron el asesinato desde un principio, el cuerpo de Khashoggi fue desmembrado y luego desechado como parte de un asesinato político ordenado desde las alta esferas de poder en Arabia Saudita.

Casi todos, incluyendo la CIA estadounidense, cargaron contra el príncipe heredero saudita Mohammed bin Salman (MBS), hijo del actual rey y autoproclamado promotor de un reformismo moderado en el ultraconservador reino. Se especulaba con una posible reunión bilateral entre Erdogan y MBS, que no ha sido negada ni confirmada por los entornos de ambos líderes.

El periodista asesinado Jamal Khashoggi (AP)

MBS es también ministro de Defensa de Arabia Saudita y ha sido criticado por escalar la intervención de su país en la guerra civil en Yemen en contra de los rebeldes hutíes que se levantaron en 2015 y se cree están apoyados por Irán. Desde el inicio del conflicto se estima que cerca de 8.000 civiles han muerto en los bombardeos sauditas.

El polémico príncipe ya llegó a la Argentina y la organización Human Rights Watch presentó una denuncia por delitos de lesa humanidad contra él ante la justicia argentina.

La eterna crisis en Crimea

Apenas cinco días antes del inicio de la cumbre del G20, tres buques ucranianos intentaron cruzar el estrecho de Kerch en el Mar Negro y fueron interceptadas por una flotilla rusa. Las naves y sus 24 marineros resultaron apresados.

El confuso incidente volvió a visibilizar este interminable conflicto iniciado entre febrero y marzo de 2014, cuando Rusia avanzó y anexó la península de Crimea, a costa de Ucrania, mediante un referéndum.

Poco después, rebeldes prorrusos se levantaron contra Kiev en la región de Donbass, el Este ucraniano, proclamando dos pequeñas repúblicas alineadas con Moscú e iniciando una cruenta guerra civil que aún persiste y ha dejado un saldo de unos 10.000 muertos, entre militares y civiles, y más de un millón de desplazados.

El momento de la colisión en el estrecho de Kerch

Desde ese momento los Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá y Australia, entre otros países, han impuesto sanciones económicas contra la Federación Rusa, lo que ha generado una escalada de tensiones que también persiste.

Se esperaba que durante la fallida reunión entre Trump y Putin del sábado se tratara también este tema, que ya ha motivado a Ucrania, que no es miembro del G20 ni tampoco país invitado, a enviar a su viceministra de Información promocionar la postura de Kiev.

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