Entre copas con "Baron B" -uno de los espumantes más selectos-, bandejas repletas de canapés y música ecléctica, la plana mayor del Gobierno y dirigentes de la oposición confluyeron en el cóctel organizado por la Casa Rosada tras la reunión bilateral que Mauricio Macri y su par italiano, Giuseppe Conte, mantuvieron a última hora de la tarde de este jueves en el Museo del Bicentenario, en vísperas del inicio de la cumbre del G20.
"Hemos tenido una muy buena reunión y en vísperas de un evento inédito en la historia de nuestro país. Quiero celebrar este encuentro donde ratificamos coincidencias. Tenemos una agenda rica en términos de futuro. No solo de empresas italianas históricas, si no que seguimos renovando con iniciativas de avanzada, como los satélites por la gestión de emergencia", resaltó Macri en un discurso breve, tras los himnos de ambos países, en el que escasearon los anuncios. "Estamos exportando por primera vez aceite de nuez", aclaró.
Conte -que llegó al consejo de ministros de Italia hace algunos meses-, por su parte, subrayó el buen vínculo entre ambos países, se refirió al intercambio cultural, habló de una cumbre "muy estimulante" y de lograr la "cohesión de la comunidad internacional" y remarcó su visita a Argentina como la primera de un país "en América del Sur". "No es una casualidad", dijo, y terminó su discurso como el presidente argentino: "¡Viva Argentina, viva Italia!".
Debajo del escenario montado en el Museo del Bicentenario, en el subsuelo de Casa Rosada, escuchaban gobernadores del PJ como Juan Manzur, Domingo Peppo y Gerardo Zamora; el neuquino Omár Gutiérrez y el santafesino Miguel Lifschitz; Miguel Ángel Pichetto, jefe del bloque del PJ federal en el Senado; el diputado Daniel Scioli, mezclados entre casi todo el gabinete nacional y empresarios de la talla de Eduardo Elsztain, Adelmo Gabbi, Cristiano Ratazzi y Alejandro Macfarlane. Fabián Perechodnik, secretario General de la Gobernación bonaerense, representó a María Eugenia Vidal.
Scioli y el ministro Rogelio Frigerio conversaron un buen rato, animadamente. Incluso el ex gobernador bonaerense y ex candidato presidencial del Frente Para la Victoria se acercó a saludar al Presidente, igual que Pichetto y el resto de los gobernadores.
La recepción encabezada por Macri y Conte, en un ambiente distendido y cordial, sirvió como escenario para el primer evento social entre dirigentes opositores y oficialistas, a horas del inicio de la cumbre que estará atravesada por la guerra comercial entre Estados Unidos y China. De fondo, hubo desde tango, improvisado por una banda en vivo, hasta música de Gilda y de Antonio Ríos.
Este viernes, tras la primera jornada de la cumbre, el cóctel se trasladará al Teatro Colón. El Gobierno invitó a ex presidentes, a los jueces de la Corte Suprema, a todos los gobernadores y a legisladores de todos los espacios políticos. Aunque a última hora de este jueves aún había dudas por las asistencias.
"Argentina tiene un lugar muy especial en el corazón de los italianos, la comunidad más poblada en el mundo está acá en Argentina", había dicho el primer ministro italiano en sus palabras. "Cuando viajamos a su país nos sentimos realmente cómodos", lo había recibido Macri, minutos después de la reunión que mantuvieron en el despacho presidencial.
En la noche de este jueves, Conte tenía previsto cenar con empresarios en la embajada de aquel país.
Más allá de la importancia del G20 -en algunos dirigentes del PJ sobrevolaba aún el discurso de Emmanuel Macron, referido al cambio climático y a las complejidades del comercio mundial-, la nota distintiva del evento entre los presidentes de nuestro país y de Italia fue la presencia de Gianni Infantino, presidente de la FIFA, escoltado por el vocero presidencial, Iván Pavlovsky, y el empresario Fernando Marín.
Minutos después de que Macri y Conte cerraran sus discursos, la Conmebol confirmaba que la Superfinal entre River Plate y Boca Juniors, suspendida el fin de semana en medio de un bochornoso operativo de seguridad y acusaciones cruzadas, se jugará el domingo 9 de diciembre en Madrid con público de ambos equipos.
En ese momento, en el entorno más íntimo del jefe de Estado le confirmaban a este medio que no había pautada ninguna reunión entre Infantino y el Presidente durante estos días. No hizo falta: menos de cinco minutos después de esa confirmación, Macri y el presidente de la FIFA charlaban afablemente, en medio del museo, a la vista de todos.